–La última vez que hablamos venía de Grecia… ¿Algún objetivo en el horizonte?
–Sí, conocer el nuevo museo de la Akrópolis. Acaban de abrirlo. Que yo también he aportado mi granito de arena; los griegos han tenido una urna durante muchos años haciendo una colecta para construirlo. La próxima revindicación de los griegos es que los ingleses les devuelvan las piezas del Partenón, ahora que ya tienen el espacio.
–¿Cuál diría que es el ‘titular’ que ha guiado el curso?
–Lo que más valoro es que ha surgido una idea muy necesaria: La Alianza por la Educación. Significa que como Comunidad Autónoma tenemos que valorar más la escuela como institución. Tengo la impresión de que llevamos mucho tiempo poniendo el acento en los problemas que tiene la Educación, y hay que ponerlos, pero eso ha tapado lo bueno que se hace en los centros educativos y todo lo que hemos avanzado. Es el ejemplo de Sanidad: hay una percepción social de que la sanidad es buena y funciona, y a nadie se le ocurre invalidar ese sistema porque haya una lista de espera o un error médico. Cada vez que ocurre una agresión entre estudiantes, profesores… el planteamiento es maximalista: ‘El sistema no funciona’.
–Al principio de curso decía: «La modernización del sistema educativo y la mejora de los resultados en los centros escolares, esas dos líneas me apasionan…»
–Seguimos con ellas, por supuesto. Hablamos de modernización de infraestructuras, de la incorporación de nuevas tecnologías y también en bilingüismo. Hay muchas actuaciones terminadas; centros nuevos como Dehesas Viejas o Tablones. Actuaciones integrales en otros centros con la eliminación de barreras arquitectónicas, persianas, doble acristalamiento, instalación eléctrica… Desde Colomera donde se han invertido 690 mil euros, en el Instituto Al-Ándalus de Almuñécar 449 mil, hasta el Reina Fabiola de Motril con 1.700.000 euros…
–¿Hablamos más idiomas?
–Hemos ampliado considerablemente el número de centros bilingües de la provincia. Se va ampliar la línea en algunos centros que serán completamente bilingües. Incluso hay algún centro en Bachillerato. Además, este invierno se le encargó a la Pablo Olavide de Sevilla una valoración de la situación de bilingüismo en Andalucía y los resultados nos animaban a seguir el camino: Los alumnos de centros bilingües van cuatro niveles por encima de los alumnos no bilingües. Un niño que está en 5º tiene un nivel de 3ºESO. He visto algunas obras de finales de curso en inglés. Y ver niños hablando inglés te hace ver que los que están fuera del tiempo somos los mayores, los que no hablamos inglés…
–De los resultados escolares, ¿qué impresión tiene?
–Las pruebas de diagnóstico salieron más o menos como años anteriores, con leves mejoras. Sí está habiendo un debate muy importante sobre el fracaso escolar: Hay que ser muy riguroso con el tema. No podemos comparar el fracaso que se daba hace 20 años en los institutos de Bachillerato donde llegaba una minoría de alumnado, siempre el mejor. Otros no llegaban ni al instituto y, encima, la FP estaba muy mal vista…
–Parece que eso está cambiando, ¿no?
–Sí, es otro reto: Dignificar la FP y mejorar la consideración social que se tiene. En muchos países europeos no hay tantos alumnos universitarios. De hecho, ya tenemos licenciados que se pasan a módulos de grado superior, y viceversa. Los ciclos están más unidos a la realidad y a las necesidades del mercado.
–Y es que el trabajo preocupa mucho a los estudiantes…
–Sí, por eso hay que insistir en que la formación del alumno es la garantía para tener un empleo de calidad. El empleo está basado en el conocimiento y la formación. Tenemos que insistir en una mejor formación y una conexión que facilite el tránsito entre FP y Universidad.