En ese mismo documento, don de también se acompañan los expedientes de Federico García Lorca, Emilio Orozco, Francisco García Lorca, Melchor Fernández Almagro y Luis Mariscal, se recoge que «fue en 1916, cuando el niño Francisco Ayala presenta en el instituto de Granada la instancia para ser admitido al examen de ingreso. Es el 27 de mayo de 1916. A la vuelta del papel de barba está la prueba escrita del examen de ingreso: una multiplicación bien hecha y un dictado de escasamente dos líneas». Son a las que se aluden al inicio de este reportaje.
En la cuidada y excelente edición facsímil del IES Padre Suárez a cargo de Juan de Dios Vico Robles y Jacinto S. Martín -se publicó en 2007 y se hicieron 500 ejemplares-, se escribe además que superado el examen de ingreso, «el satisfecho alumno del Instituto de Granada dirige a don Reyes, el director, una segunda instancia, pues desea tomar parte en las oposiciones a premio de ingreso. La instancia está firmada el día 27 de septiembre de 1916. Consta el ejercicio de un problema y de un análisis morfológico del dictado correspondiente a un nuevo fragmento del Quijote…».
El ejercicio está fechado -es llamativa su caligrafía- el 30 de septiembre de 1916 y «firmado -es la cuarta firma de don Francisco- con una mayor seguridad y con una rúbrica mejor dibujada que las tres firmas anteriores».
En el curso 1916/1917 obtuvo en el primer curso de bachillerato tres sobresalientes en Lengua Española, Geografía y Religión, y dos notables en Aritmética y Caligrafía. En el curso 1917/1918 se matricula como alumno libre del segundo de bachillerato. De las cuatro asignaturas sólo aprueba Gimnasia en los exámenes de junio; en septiembre consigue aprobar las tres restantes.
En este punto, el texto de la obra del IES Padre Suárez explica: «El chico ya reflejaba en su trabajo escolar la situación familiar, de la que Eduardo -hermano del escritor- nos dice: ‘Nuestro padre llegó a consumar el empobrecimiento de la familia tratando de hacer negocios con espíritu caballeresco. Nuestra madre que había recibido una educación muy por encima del nivel de su época, compartió valientemente el derrumbe de su casa. Este ambiente de derrumbe es el que presidió nuestra niñez’». Son palabras que se recogen en el facsímil cuya edición corrió a cargo de Juan de Dios Vico y Jacinto Martín.
Así, en la edición facsímil del IES Padre Suárez se hace referencia a como el alumno Ayala García-Duarte, matriculado como alumno oficial, «aprobó sin brillantez los cursos tercero, cuarto y quinto de bachillerato (1918 a 1921). Las mayores dificultades se presentaban en Lengua Latina». Y detalla: «Nuestro escritor optaba por no presentarse en junio, para conseguir aprobado en septiembre».
Agrega: «Durante estos años de cierto desinterés académico, Ayala se dedicó seriamente a la pintura. El desinterés se agudizó cuando en 1921 la familia marchó a Madrid y el joven Ayala quedó en Granada para terminar el bachillerato. Matriculado como alumno libre, suspendió todo en la convocatoria de junio y consiguió superar tres de las cuatro asignaturas en septiembre. Resulta significativo para el futuro jurista su sobresaliente en Ética y Rudimentos de Derecho».
Don Francisco logró terminar el bachillerato en Madrid, en el Instituto San Isidro, durante el curso escolar 1922/1923.