“Aunque es mi tercera novela es la primera vez que presento una obra mía en Andalucía, y lo haré en una especie de minigira que tengo que agradecer a Fernando de la Torre”, comenta este epígono de Andréu Martín y Juan Madrid antes de añadir que tras su paso por Granada, el sábado recalará en el ayuntamiento accitano (12 h) y el domingo, 4 de marzo, se encontrará con los integrantes del Club de Lectores del Centro Penitenciario de Almería (11 h). En el acto de Granada estará acompañado por la crítica literaria y directora de la Biblioteca Imaginaria, Cris Monteoliva, que será la encargada de presentarle en un acto que desean sea algo dinámico, basado en preguntas y respuestas, por lo que “podemos hablar del libro y de la literatura negra en general”.
Al hablar de esta obra Claudio indica que “la tenía in mente desde hace mucho tiempo”. Tanto como una década atrás en la que no pudo darle forma quizás “porque era demasiado joven. Se me ocurrió cuando tenía unos 20 años tras leer “La dalia negra” de James Ellroy de la que quedé impactado. Quise hacer algo parecido, pero antes escribí otras novelas hasta que me sentí preparado”, nos cuenta quien demuestra un amplio conocimiento del lenguaje presidiario aprendido “de leer novela negra, ver cine negro, e incluso, meterte en ciertos ambientes y salir vivo para poder contarlo”. Para su comprensión, junto a una relación y descripción breve de la treintena de personajes que desfilan por sus páginas se incluye al final un pequeño glosario con los términos más utilizados.
Perdedores
De su protagonista nos comenta que “quería un perdedor, un personaje bruto, que utiliza la violencia tanto física como verbal para imponerse a los demás. Es el típico tipo que te puedes imaginar como portero de un prostíbulo con el que sabes que no puedes bromear. Quería que este personaje de la calle tan deleznable, pero que a bastante gente que le ha caído bien, pues tiene que hacer de improvisado detective para evitar que le acusen a él de un crimen que no había cometido”.
Lo que sin duda habrá levantado alguna que otra ampolla en su tierra es la elección de Alicante como escenario para esta obra narrativa que para muchos es solo la ciudad de vacaciones y de la que Cerdán muestra sus miserias. En su opinión, para la gente a la que le gusta la lectura de novela negra “le ha entusiasmado de que Alicante sea tan peligrosa como Nueva York, Chicago, Madrid o Barcelona”. El prólogo está escrito en esta ciudad el 23-F de 2011 por Mariano Sánchez, quien “tiene mucha culpa de que yo haya escrito un par de novelas”. Este escritor alicantino que cultiva todos los géneros, desde la poesía hasta la investigación periodística, ha sido su maestro, se ha convertido en su mejor crítico y amigo, y quien le ha dicho claramente lo que funcionaba le ha dado claves para mejorar como escritor.
Enseñanzas bien empleadas ya que, no sólo el primer capítulo si no la mayoría de ellos comienzan con un párrafo que son “como un puñetazo al lector, pues hay que empezar con una frase muy potente” indica este joven escritor que estudió Sociología y reconoce la influencia del cine en su obra y las grandes posibilidades que su obra ofrece para una adaptación cinematográfica, sobre todo tras el éxito de taquilla y Goyas de Enrique Urbizu con su “No habrá paz para los malvados”. Por lo pronto, además de presentar su ópera prima de este género, Cerdán cuenta con otra obra que curiosamente saldrá primero en el mercado francés. También tiene otra novela histórica ambientada en la revolución rusa, que ya tiene terminada a falta de las últimas pinceladas y un relato que le han pedido cuyo protagonista es un personaje secundario de “El país de los ciegos”, e igualmente ambientada en Alicante. Lo mismo que su segunda novela negra igualmente concluida que no es una continuación de ésta pero cuyo personaje principal es el policía corrupto de la primera.
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