Talleres, coloquios y proyecciones
Según los responsables de la organización de esta actividad, “emprendimos un proyecto que nos ha llevado a transformar espacios, cambiar horarios y organizar los tiempos”. Así en la antigua biblioteca se habilitaron cinco zonas, a modo de habitaciones fielmente decoradas, donde se impartieron los distintos talleres: cocina, dormitorio, costura, plancha y tendido de ropa y economía doméstica.
Divididos en pequeños grupos, todos los alumnos y alumnas del instituto han participado en cada uno de los talleres. Han aprendido a hacer “dedos de bruja” o pinchos de frutas; a hacer una cama u ordenar un armario; a coser un botón (o más) y hacer un dobladillo; a tender ropa y planchar una camisa; a elaborar un menú diario según unos ingresos familiares concretos.
“Hemos promovido actitudes de cooperación, de convivencia pacífica, de respeto entre sexos”, nos cuenta Lola Ruiz Domenech, profesora del centro. Y añade: “…una semana que impulsa la autonomía de los adolescentes y fomenta un cambio en los roles y valores que nos haga avanzar, de la mano, hacia una sociedad más igualitaria y justa”.
La mujer ha sido protagonista en esta semana cultural: “Han venido al centro vecinas de nuestro pueblo, madres, abuelas y tías de nuestro alumnado a contarnos lo que sucedía no hace tanto tiempo, y que es bueno que nuestros alumnos y alumnas conozcan. Porque es necesario tener memoria, conocer la historia para seguir cambiando el presente y mejorar el futuro”. Han visto y debatido sobre las películas “Persépolis” y “Quiero se como Béckham” y tres alumnas han representado el monólogo “La mujer sola”, de Darío Fo. “Hemos elegido tres alumnas, porque esa mujer sola es muchas mujeres”, nos contaba una de sus protagonistas.
El día de las Migas
El viernes, el día de las migas, el patio del instituto se transformó radicalmente. Cada clase se esmeró en preparar en directo las mejores migas -acompañadas de un postre y un segundo plato- dentro de un espacio propio que remitía a la vida y obra de Federico García Lorca. Todo un despliegue de imaginación: la casa del zapatero, los poetas por Nueva York, la casa-museo , el festival del cante jondo, la barraca, los viajes de Federico… y las mujeres lorquianas, a las que por un día las profesoras dieron vida en Bernardas y Adelas.
Y es que como es habitual desde su inauguración, el Instituto de Enseñanza Secundaria de Fuente Vaqueros, IES Fernando de los Ríos, celebró el 9 de marzo, la fiesta de las migas, que este año ha resultado un alegre y sentido homenaje al poeta e ilustre paisano, Federico García Lorca, en el 75 aniversario de su muerte. En esta ocasión, el acto escolar ponía fin a las diversas actividades que bajo el lema «De la mano avanzamos” se han desarrollado en el centro durante la semana cultural.
La fiesta de las migas comenzó asociada a la celebración del Día de Andalucía. El patio del instituto se convertía por un día en una improvisada cocina al aire libre. Los alumnos, agrupados por clases, con la ayuda de alguna madre o abuela, competían por preparar las mejores migas. Posteriormente, el patio del instituto se dividía en zonas, a modo de casetas de feria, que los alumnos decoraban en relación al tema propuesto y dejaron impagables estampas de ingeniosos disfraces y escenarios realistas de cartón. Después de que un jurado anotara las de mayor mérito, padres, hermanos y familiares de los alumnos se unían a la fiesta y daban buena cuenta de las mismas. La celebración concluía con la entrega de premios y el trasiego de recoger sartenes y hornillas, manteles y alegría.
El día de las migas de este 2012 ha tenido como motivo la figura y obra de Federico García Lorca, nacido en Fuente Vaqueros en 1898. Los alumnos y profesores del IES Fernando de los Ríos han recreado lugares, acontecimientos y personas relevantes en la vida del poeta y rescatado símbolos y personajes de su producción artística. La casa natal de Federico, el patio andaluz o la modesta sala de estar de un cortijo han sido reproducidos con esmero. El Federico cosmopolita y viajero, con fotografías de época –Buenos Aires, Nueva York, Cuba-. Las misiones pedagógicas y el Teatro universitario han sido otro de los motivos recreados. La plaza de los Aljibes de la Alhambra, donde se celebró en 1922 el festival de Cante Jondo, ha sido trasplantada a un pequeño escenario donde el duende ha vuelto a voces y guitarras de alumnos de secundaria.
La fiesta de las migas de este 2012 ha dulcificado la línea angustiosa del cielo neoyorkino de Poeta en Nueva York y las desavenencias de La zapatera prodigiosa con retratos en vivo de labriegos y gañanes de poca estatura y muchas, muchas Bernardas Alba y Adelas con ganas de vivir. Lo que los alumnos del instituto de Fuente Vaqueros no han tenido que recrear han sido los chopos, que se yerguen esbeltos a la vera del Genil, a unos poco metros, ahora manso hacia la mar.
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