Quien nos lo iba a decir cuando hace tan sólo unos años los primeros móviles se asociaban a la chulería, por lo que más de uno renegaba de su uso. Pero claro, se trataba de móviles de primera generación que no tenía nada que ver con los de última generación, -por cierto, las generaciones apenas duran unos pocos años- y ya va por la 4G, después de haber superado la generación 0 (Pioneros), primera (1G Maduración de la idea), la segunda (2G de Popularización), la segunda y media (2,5G de transición), la tercera (3G) y haber llegado a la cuarta (4G).
No en vano contar con un móvil de 4G supone disponer de un aparato telefónico sin hilos, pero también de una cámara de fotos y de vídeo que ya han dado lugar a una nueva actividad humana: el periodismo ciudadano para el que no se necesita ni laboratorio fotográfico, ni sofisticado equipo de edición, tampoco máquina de escribir, ni telefax, para enviar las imagénes y textos a miles de kilómetros. Igualmente ha sustituido a las grabadoras de voz con micrófonos o sin ellos.
Así mismo, el sofisticado aparatito sirve a las mil maravillas para escuchar música por lo que ha arrinconado a la decena de artilugios que durante décadas han servido al hombre para oir música desde los gramófonos, tocadiscos y aparatos de radio, que sucumbieron con la llegada de los radiocassettes, walkman, discman y, más recientemente, los reproductores mp3. Todos estos reproductores y sus formatos (discos, cassettes y CDs) han pasado a mejor vida o son exclusivos de usuarios románticos.
Por sustituir ha llegado a suplantar a los ordenadores que en poco tiempo se han ido reduciéndose de tamaño hasta quedar en eso, en un móvil con posibilidad de enviar correos electrónicos, mantener un chat o un videochat. Igualmente de intercambiar mensajes con varios interlocutores a velocidad de vértigo (piense en el éxito del WhatsApp) y seguir videoconferencias, todo ello ya con pantallas tactiles. Pero ahí no se queda la cosa puesto que con las multiplicación diaria de las aplicaciones gratuitas o de pago para móviles podemos acceder a un mundo inimaginable tan solo unos años atrás (p.e., navegación por medio de códigos QR). Por tanto, se podría decir que quien tienen un móvil lo tiene todo en lo que a comunicación y entretenimiento se refiere.
Y si la telefonía móvil está cobrando tanta importancia en la vida diaria, la escuela no puede estar de espaldas a esta realidad. En la Red ya encontramos relaciones de las aplicaciones didácticas de la telefonía móvil y de las potencialidades de su uso didáctico ¿Y usted que opina?
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