El proceso, en síntesis, es el siguiente:
1º Asamblea Inicial.
El proceso se inicia con una asamblea que es la estrategia metodológica por excelencia para el desarrollo de la convivencia democrática y el aprendizaje. El origen de cualquier proyecto surge, precisamente, cuando se descubre o se toma conciencia que hay una situación problemática y esta situación invita a la participación de todos sus componentes. Es decir, partimos de sus curiosidades epistemológicas. (¿Qué sabemos y qué debemos saber?). Es el momento en el que se socializan los aprendizajes y se despierta el deseo por aprender (motivación). Se acuerda el nombre del proyecto y se sitúa en una de las cuatro dimensiones: Cognición/Metacognición, Lenguaje, Afectividad y Autonomía, es un como un modo de darle identidad a nuestro proyecto. Entre todos y todas van viendo qué saben y qué quieren saber de la situación problemática y una vez que se tiene claro esto cada grupo escribe en el ordenador o en su cuaderno de grupo lo acordado en la asamblea (hay una carpeta creada por grupo). Para responder a las preguntas de lo que quieren saber se elabora un Plan de Acción por grupos heterogéneos y cada grupo construye algo para darle respuesta a lo que desean saber.
2º Plan de acción y grupos heterogéneos.
El alumnado, en la asamblea, ha ido tomando conciencia de que hay una situación problemática. Pero con conciencia no basta. Se necesita un plan de acción para salir de ella. En este plan de acción se planifican tanto los aprendizajes genéricos como los específicos. Nos referimos con aprendizaje genérico a aquél que pretendemos que consiga todo el alumnado a través del proyecto (plan de operaciones) y con aprendizaje específico a aquél que va a ayudar a mejorar a cada persona en algo en particular. Cada grupo debe construir algo -mural, maqueta, cuento, revista, etc- que le permita resolver las dudas planteadas en la asamblea, para ello debe planificar esa construcción en compañía de la maestra o del maestro siguiendo el proceso lógico de pensamiento, a saber: qué necesitan de los procesos cognitivos y metacognitivos, lenguaje y sistemas de comunicación, afectividad, normas y valores, y autonomía para la construcción.
Después el grupo que está en la Zona de Pensar (Cognición y metacognición) comienza a elaborar su plan de operaciones, mientras tanto el resto de los grupos están sopesando posibles actividades para el proyecto o haciendo otras complementarias. Terminado el plan de operaciones cada grupo lo escribe en el ordenador, en un espacio creado para sus proyectos.
Después en la Zona de Comunicar buscan la información, tanto en libros como en ordenadores, la información que va a posibilitar el desarrollo del plan de operaciones que habían planificado. Intercambian puntos de vista, debaten qué hacer y cómo hacerlo, y deciden qué lenguajes son necesarios para ese proyecto en concreto (glosario de conceptos propios de ese proyecto, lectura, escritura, lengua, lógica matemática, artes, plásticas, etc.,). Se sintetizan las ideas principales y se escriben.
En la Zona del Amor (Afectividad) acuerdan las normas y los valores necesarios para llevar a cabo ese plan de operaciones. Y en la del Movimiento (Autonomía) se toman las decisiones para la construcción de lo que habían pensado hacer en la zona de pensar para exponerlo en la Asamblea Final. Termina el plan de operaciones proponiendo los materiales necesarios para lo que desean a construir. También se planifican los aprendizajes específicos que son aquellos que le va a ayudar a mejorar a cada persona en algo en particular y se planifican, incluso, los imprevistos (planificación en la acción) que es aquello que puede ocurrir cuando se pasa a la acción. Son los conocidos… Y sí?. Cuando termina la maestra o el maestro de planificar el plan de acción con un grupo, sigue con otro y así con todos los grupos de clase. Y los grupos siguen su indagación de manera autónoma.
3º Acción. Todo lo planificado y pensado hay que hacerlo.
Es momento de intercambios e interacciones en el aula para lograr darle solución a la situación problemática. El docente sigue el proceso de trabajo de cada grupo y le ofrece la ayuda que requiera para reconducir sus reflexiones y acciones. Una vez terminada la construcción en el que está comprometido cada grupo, cada uno de ellos recopila todo lo que ha aprendido en ese proyecto y elabora un mapa conceptual como síntesis de su aprendizaje.
4º Asamblea Final.
Es el momento de evaluar todo el proceso de trabajo realizado por cada uno de los grupos de clase y proponer nuevos proyectos. En la Asamblea Final cada portavoz cuenta qué planificaron, qué dificultades han tenido en el proceso y cómo las han resuelto, y qué respuestas han encontrado a las dudas de la asamblea y muestra el mapa conceptual que han elaborado. Cuando todos los grupos han terminado de exponer, realizan juntos el mapa conceptual de la clase donde tiene que estar reflejado todo lo que han aprendido entre todos los grupos y este mapa es el que cada niña y cada niño tiene en el libro que van construyendo a lo largo del curso. Con todos los interrogantes de los grupos surge un nuevo proyecto de investigación y de este modo se sigue investigando… y aprendiendo. La base del aprendizaje en estas clases es la investigación. Sin ella no hay aprendizaje.
El trabajo por proyectos de investigación requiere transformar el aula tanto en los agrupamientos como en la concepción del tiempo y del espacio. Con este procedimiento de trabajo lo que se pretende es que las niñas y los niños sean conscientes de su propio proceso de pensar a través de procesos de reflexión y autocorrección; o sea, que adquieran un proceso lógico de pensamiento: enseñar a pensar para actuar correctamente. Pero también se pretende que construyan sus criterios y puntos de vista personales para modificar sus pensamientos y sus acciones y, en consecuencia, para fortalecer su competencia para tener juicios correctos y para aprender a tratarse entre sí de manera razonable y respetuosa. Es decir, que este modo de aprender a aprender en cooperación permite a todo el alumnado aprender a pensar y aprender a convivir.
(*) Miguel López Melero. Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en l Universidad de Málaga
(NOTA) Este artículo se publicó en la revista ESCUELA, Nº3980 (18/04/2013)
Otros artículos de Miguel López Melero difundidos en IDEAL EN CLASE: – «Los proyectos de investigación: Cuestiones previas (2ª parte)» (23/03/2013) – «Los proyectos de investigación: Un modo de aprender a pensar y de aprender a convivir (1ª parte)» (18/02/2013) – «Algunas estrategias para construir una escuela inclusiva» (17/01/2013) – «Derribando las barreras que impiden que un centro sea inclusivo» (2ª Parte) (10/12/2012) – «Derribando las barreras que impiden que un centro sea inclusivo» (1ª Parte) (15/11/2012) – Para hablar de escuela inclusiva, primero hay que soñarla (29/10/2012) |
---|