De origen humilde, -su padre era un trabajador del campo al que ayudada cuando llegaban las vacaciones del seminario-, nos cuenta que en la víspera de esta entrevista participó en la tertulia que en Santa Fe organiza el Círculo La Unión, surgido hace casi un siglo para compensar el casino donde se reunían los señoritos del pueblo. Aquí lo hacían la gente trabajadora. “Me pidieron que les explicara qué es la poesía mística y que les leyera alguno”, nos indica tras lo que aclara “he tenido una profunda formación religiosa y, además, me considero una persona religiosa en el sentido profundo de la palabra. A lo largo de mi vida he ido escribiendo poemas de este estilo que tiene poco que ver con la poesía de San Juan de la Cruz por el que siento una admiración sin límites, y también por Fray Luis de León. La mía es una poesía religiosa más a ras de tierra”.
También nos cuenta cómo ha vivido en los barrios más marginales de Granada, en el desaparecido de la Virgencita o en polígono de Almanjáyar, “donde he ido escribiendo exclusivamente para mí lo que la realidad me iba inspirando, para que esa realidad en lugar de deprimirme me acercara más a Dios”. Poemas que ha recopilado, entre los que puede haber una diferencia de hasta 30 años y que el pasado verano, al regreso de las vacaciones, tras ver la convocatoria en Internet y animado por su esposa, presentara al certamen internacional de poesía mística ‘Fernando Rielo’. Los comentarios del prestigioso jurado se han convertido en la introducción del poemario que destaca “la gran fuerza expresiva y belleza que, unida a la sencillez de imágenes, lleva al lector a la vivencia personal del poema y de su significado, produciendo una emoción que halaga y suspende el ánimo”.
Debido a su timidez innata señala que “nunca he escrito para publicar”, por lo que debemos a sus amistades que Ganivet Zarcos haya dado a la imprenta ‘Resina y ónice’ (2004) con el que obtuvo el premio ‘Cuaderno del Laurel’ del Ayuntamiento de La Zubia; ‘Ligero con el Alba’ (2005); ‘Tiempo de poda’ (2006); el libro de poesía erótica delicada ‘Apátridas’ (2008), de poesía infantil ‘Vamos a soñar poesía’ (2008) ‘De hablar conmigo’ (2010) e Invocación a la Alegría (2011), además de participar en varios libros colectivos en especial en el de ‘Curas obreros en Granada’ y ‘De la plaza de Gracia al Hotel del Duque’. “Mari Luz Escribano me dice que soy el peor enemigo de mí mismo. De hecho ‘Concédeme silencio’ se ha publicado gracias a la insistencia de ella”, aclara. Con su hablar pausado nos informa de que contiene “poemas que después de haberlos leído muchas veces me siguen poniendo el vello de punta, pues detrás hay personas a las que sigo viendo el rostro como el de esa niña tan blanca, hija de una importante familia granadina que soñó con ser princesa pero que terminó víctima de la droga y de la explotación sexual”.
Poemario que está dedicado a tres mujeres: Fermina Puerta, mujer que reside en Almanjáyar que ha dedicado toda su vida a crear centros culturales y hospitalarios, con la que ha estado hombro con hombro durante muchos años. A la ya mencionada Mª Luz Escribano, su profesora de Literatura cuando estudiaba Magisterio, que junto con Tadea Fuentes, “me hicieron mucho bien por su delicadeza y sabiduría” y Remedios Sánchez que le ha impulsado para que venza la timidez y prologado alguno de sus libros. Este poemario está dividido en cuatro partes introducidas cada una de ellas por un verso de San Juan de la Cruz, con diez poemas cada una de ellas. Concluye con el epílogo titulado ‘Silencio’, en el que aparece el título de esta obra, y que fue dedicado al maestro de capilla de la Catedral, Ángel Peinado, que le puso música e “hizo una cantata de 20 minutos preciosa”.
OIR AUDIO DE LA ENTREVISTA:
Título: ‘Concédeme silencio’ Autores: José Ganivet Zarcos Editorial: Dauro Páginas: 78 p. Precio: 13 euros |