El reto no era sólo este, sino el poder trabajar en grupo, el realizar una tarea que suponga aportar lo mejor de cada uno de ellos. Para esta tarea pedí ayuda a nuestro profesor de Música, D. Rafael Caballero, y también a nuestra profesora de Lengua Dª. Victoria Muñoz, para que les enseñara a pronunciar cada una de las estrofas. En cuestión de una semana ya tenían la base, la música de fondo para poder rapear el poema. También sabían qué estrofa iba a cantar cada uno de ellos y cómo lo iban a hacer.
Todo esto no podía quedar así. De nuevo busqué a personas que pudieran ayudar a que esto fuera más allá. Hablé con D. Manuel Lorenzo, amigo entrañable e ingeniero de sonido y dispuesto a echar una mano por estos muchachos. Cuando le conté lo que estábamos haciendo, ofreció su estudio, Estudio Escenario, para grabar la canción de manera profesional. Estuvo en la clase con los alumnos y les explicó qué es lo que estaba dispuesto a hacer. De nuevo, los rostros de nuestros alumnos, se iluminaron de tal manera que ya algunos empezaron a contar que es eso a lo que quieren dedicarse: ser ingeniero musical, con lo cual se aprovechó para hablar de lo importante que es tener unos estudios y una meta por la que luchar. La única condición que puso D. Manuel es que se lo aprendieran de memoria. De nuevo, el rostro de algunos cambió, (cuanto dicen las caras de los alumnos) pues aprenderse algo de memoria sería una batalla ardua y casi imposible. De nuevo, el reto surgía. Se han ayudado unos a otros para que se lo supieran e incluso han tenido un compañero que ha capitaneado todo el trabajo.
Y llegó el día de la grabación. Fue un día muy bueno en el plano de la convivencia. Viajamos al estudio y cuando lo vieron, se quedaron boquiabiertos. Y los nervios surgieron cuando se ponían los auriculares y delante del micrófono tenían que ponerse a cantar. D. Manuel y su amigo y compañero del estudio, Tingui, fueron dándoles ánimos y pistas para hacer mejor la grabación. En el momento en que ellos recibieron mensajes positivos por su trabajo, todo fue fluyendo de manera natural.
Sobre la marcha, cada uno aportaba su pequeño granito de arena y, con la seriedad de unos “profesionales”, se sumaron nuevas ideas que eran aceptadas por todos y cada uno de ellos. Cuando se escuchó el trabajo final, la ilusión y la alegría de cada uno de ellos fue inmensa y más cuando lo recibieron en sus móviles. Se juntaron y la escucharon de nuevo. Les parecía increíble lo que habían hecho.
Grabada la maqueta, el siguiente paso era pensar en el vídeo clip. Otra reunión de trabajo creativa. Cada uno pensó en su estrofa y dijo como le gustaría hacerlo y donde. Todos aportaban algo para mejorar lo suyo y lo de su compañero. Era una sensación única, otro proyecto iba a salir adelante y tenían profesores que de nuevo les ayudaban.
El resultado ha sido algo muy bueno. Un éxito más para su curriculum. Son grandes pero que muy grandes.
La verdad es que no tengo palabras de agradecimiento a todos y cada uno de los que han colaborado, profesores y Estudio Escenario (Manuel Lorenzo y Tingui), que con su dedicación han hecho posible que unos muchachos hayan hecho realidad un proyecto que ha supuesto un reto para ellos. GRACIAS a todos. Aquí os dejo la letra del poema.
(*) Víctor Molinero Barranco es profesor PT del Colegio Juan XXIII, de la Chana
“Queda prohibido” Queda prohibido llorar sin aprender, Queda prohibido no sonreír a los problemas, Queda prohibido no demostrar tu amor, Queda prohibido dejar a tus amigos, Queda prohibido no ser tú ante la gente, Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, Queda prohibido echar a alguien de menos sin Queda prohibido no intentar comprender a las personas, Queda prohibido no crear tu historia, Queda prohibido no buscar tu felicidad, Alfredo Cuervo Barrero
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