‘El Defensor de Granada’ se hace eco de un “Proyecto importante” –así lo titula–, y le dedica casi una columna. Principia así: “En el Gobierno Civil de esta provincia presentó ayer el rico propietario de Huéscar, D. Claudio Penalva y Navarro un proyecto de aprovechamiento de agua para la producción de energía eléctrica, que por su importancia para la industria de aquella región, creemos conveniente dar a conocer, siquiera sumariante a nuestros lectores”. La idea es aprovechar todo el caudal de agua del río Guardal, con objeto de aplicarla como fuerza motriz para la instalación de una fábrica destinada a suministrar alumbrado eléctrico y transporte de energía para usos industriales, “que dé luz a los pueblos de Huéscar, Baza, Guadix, Puebla de Don Fadrique, Cúllar Baza, Galera, Orce, Benamaurel, Zújar, Caniles y otros pueblos”.
El caudal del río a finales del siglo XIX, según D. Claudio, es de 1.500 litros de agua por segundo y, para ello, se utilizará un enorme salto de agua, de 105,73 metros de altura y la fuerza efectiva será de 1.264 caballos. La presa se construirá en el Canal Ballesteros Altos, a unos diez kilómetros de Huéscar, “tendrá dos metros de altura, y el espesor de un metro en la coronación y 6.5 m. en su base. El presupuesto de las obras, hasta poner el agua utilizada en condiciones de producir energía, es el siguiente: costo del canal de entrada, pesetas 63.123,42: costo del de salida, 300. Total 63.423,42”. A la solicitud del propietario al gobernador, le acompaña una memoria y los planos de las obras, diseñados por una compañía de Barcelona, “bajo la inmediata dirección del ilustrado –querrá decir ilustre– ingeniero D. Francisco Casamajó. Reconociendo la importancia de este proyecto, han hecho proposiciones a D. Claudio Penalva para asociarse a la explotación varias importantes casas de España y de París, y algunos capitalistas de la región”.
‘El Defensor de Granada’ finaliza la crónica diciendo que “si el proyecto se aprueba y llega a realizarse, es probable que en plazo no lejano queden unidas por medio de un tranvía eléctrico las provincias de Murcia y Granada, pues actualmente se estudia el enlace de Murcia con Caravaca, y una vez el tranvía en esta población podría utilizarse la fuerza motriz de la fábrica de Huéscar para hacerlo llegar desde Caravaca hasta Guadix”. Lo de unir las provincias de Murcia y Granada con un tranvía, se quedó en las buenas intenciones, pues, la primera línea de la sociedad ‘Tranvías Eléctricos de Granada’ se abrió en 1904, entre Cocheras-Puerta Real y Plaza Nueva, y en los años siguientes se extendió a los pueblos del Área Metropolitana, sin olvidarnos del tranvía de Sierra Nevada, que se inauguró en 1925. Por lo demás, la provincia de Granada siempre tuvo unas carreteras tercermundistas, debido a la orografía y al ser una de las provincias más pobres.
Se puede decir que las provincias de Murcia y Granada se unieron con la línea férrea de Guadix a Almendricos. El tramo Baza-Guadix entró en servicio en 1907, después de que comenzara a funcionar en Almendricos, en 1876. Pero la línea Baza-Guadix fue cerrada en 1984 por el Gobierno de Felipe González, con la solemne excusa de que no era rentable, aunque en realidad fue para costear el AVE de Sevilla a Madrid. A esto hay que añadir que, con la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona del 92 (un político japonés confesó entonces que su país no hubiera podido organizar estos dos eventos, por falta de presupuesto), España quedó arruinada de tal forma que no había dinero ni para pagar a los pensionistas en 1996. Recordemos que la comarca de Baza sufrió restricciones de agua, mientras que las fuentes de la Expo de Sevilla la malgastaban a raudales.
Precisamente, el Gobierno socialista sacrificó la única vía férrea que tenía la zona más pobre de España –las comarcas de Guadix y Baza–, para ponerle el AVE a Sevilla. El razonamiento es así de simple: le quitamos el tren y el agua a estas comarcas para que la Expo de Sevilla y la imagen de España triunfen en el extranjero. Es necesario que estas comarcas sigan en la pobreza y sus habitantes emigren a la costa, para que Sevilla progrese y alumbre por sí y a la Humanidad. A pesar de que condenaron –una vez más– a la región a la Prehistoria, esta siguió votando masivamente al socialismo, como si aquí no hubiera pasado nada. Y hoy día, hasta para arreglar las carreteras –como la de Benamaurel a Huéscar– la Junta dice que no tiene dinero, mientras va pagar 127.000 euros en dietas a los parlamentarios, en los meses de verano que está cerrado el Parlamento.
Siguiendo con el tema que nos ocupa, Huéscar y Galera consiguieron el alumbrado eléctrico en el año 1906 –siete años después de que D. Claudio presentara su importante proyecto al gobernador civil–, mientras que Zújar y Benamaurel lo tuvieron un año más tarde. A Baza llegó la luz en 1908, de manera que cada ciudad tenía su fábrica propia.
Muchos años después, cuando D. Claudio Penalva era ya un afamado cirujano, dio una célebre conferencia “ante una gran concurrencia, en el Círculo Instructivo Obrero de Huéscar, el 6 de marzo de 1928”. Este histórico discurso viene recogido en el libro ‘En defensa del Canal de Bugéjar’, editado en el año 2000 por el Patronato Municipal de Cultura y Deportes, de Huéscar. Esta vez, el cirujano proponía la construcción de un canal y que no se llevaran el agua de los ríos de la comarca de Huéscar a las provincias de Murcia y Almería.
En su alocución, denunciaba que “se proyecta llevarse las aguas de los ríos Castril y Guardal a larga distancia, transfiriendo los derechos que a ellas tenemos, desde los años 1774, en contra de toda lógica, razón y justicia. Escasos de aguas algunos pueblos de las hermanas provincias de Almería y Murcia (alegando su abolengo de mejor derecho)…, han pretendido de los poderes públicos el aprovechamiento de las aguas que nos pertenecen y debían estar regando al menos desde principio de este siglo, 26.000 has”.
Don Claudio advertía en su discurso sobre la tragedia que le espera a la región: “El agua es vida, los pueblos que no la tienen, están predeterminados a la decadencia y aún a morir de inanición, si no se avienen a comer el negro pan de la emigración…”. Pero, también, le preocupaba la opinión de las generaciones venideras: “…de forma que sean conocidos públicamente y por las juventudes que han de enjuiciar el porvenir, o execrar tal vez, la actuación de la generación presente, si no defiende sus inmanentes prerrogativas y derechos, otorgados en bien de este fértil territorio”.
Don Claudio hacía esta pregunta con amargura: “¿Estamos nosotros ya, en el plano moral de indígenas no protegidos, para que se nos condene a contemplar eterna y dolorosamente el establecimiento de una servidumbre de paso de aguas sobre la tierra y hogar, donde nuestros mayores derramaron lágrimas en sus amarguras y los sudores de su honrado trabajo?… y ya que a este acto concurren representaciones de la región, estampemos la más enérgica protesta al otorgamiento de toda concesión, pues éste es el sentir general y el eco de la voz angustiada de nuestros antepasados… Este canal que yo llamaría Canal Primo de Rivera…”, y hablaba de compartir el agua con las provincias levantinas.
Mencionó de paso los estudios que estaban haciendo en el pueblo de San Clemente, “donde se proyecta la construcción de un pantano al que verterán los volúmenes del Castril y Guardal”. Y al final, daba las gracias a los asistentes por los aplausos y “los elevo ante el Gobierno de S.M.D. Alfonso XIII en súplica, de la justicia que nos asiste y merecemos”. El canal que proponía Don Claudio no llegó a construirse, pues en 1930 se vio obligado a dimitir el general Primo de Rivera, acabando la Dictadura. Y el pantano de San Clemente, en el rio Guardal, fue terminado en 1990. Con anterioridad, en 1984 se construyó el Pantano del Negratín, que abastece de agua a las provincias de Sevilla, Córdoba y a la comarca del Almanzora, mientras que no hay agua para regar las 23.000 hectáreas que fueron aprobadas para quince pueblos de las comarcas de Baza y Huéscar. La historia de siempre.
Se puede decir que Don Claudio fue un adelantado de su tiempo, con visión de futuro y un defensor del Altiplano. En la Zona Norte faltan personas de la talla del cirujano de La Puebla, que presenten planes y proyectos y que adviertan de los peligros de la inercia de la Administración y de la tradicional pasividad de los habitantes de la zona. Si dejan a las comarcas del Altiplano sin agua para regar y sin la vía férrea, ¿qué futuro les espera? “Comer el negro pan de la emigración”, como pronosticó Don Claudio, hace casi un siglo.
INFORMACIÓN RELACIONADA EN EL BLOG ‘ESCRITORES DEL ALTIPLANO’: – EL CANAL DE BUGÉJAR POR DON CLAUDIO PENALVA NAVARRO EL DÍA 6 DE MARZO DE 1928
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