– ¿Cómo conoció la convocatoria de este certamen que convoca la Fundación Sociedad y Justicia con el patrocinio de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip)?
– La conocí la a través de una página de Internet, escritores.org, especializada en hacer públicos los certámenes literarios. Es la primera vez que me presento a este certamen y lo hice por un doble motivo. Por una parte, porque me pareció, y veo que no me he equivocado, un proyecto serio, con el que se trata además de dar homenaje a una persona que bien que se lo merece, dada la forma criminal e incomprensible en que murió. Por otra, porque se daba la circunstancia de que este relato, que evidentemente es de tema carcelario, lo tenía escrito desde hace bastante tiempo.
– ¿Conocía con anterioridad la desgraciada historia de Conrada Muñoz?
– Recordaba de forma inconcreta que hace tiempo algunos funcionarios de prisiones habían recibido cartas-bomba, pero no la trágica historia de esta pobre señora y de su familia. Al leer ahora las referencias existentes sobre aquella noticia he sentido indignación y tristeza
– ¿Qué sensaciones experimentó cuándo le comunicaron que había conseguido el primer premio?
– Al conocer la consecución del premio sentí emoción, satisfacción y agradecimiento al jurado, aunque no conozco a ninguno de sus componentes. He leído que, al parecer, hubo al final una intensa pugna entre varios relatos.
Invita a reflexionar
– ¿Cómo se le ocurre el relato ‘Al final, ellos’?
– Lo escribí en una tarde, aunque después, a lo largo del tiempo, he realizado en él algunas correcciones. La fuente de inspiración fue, sin duda, mi aversión a la pena de muerte. He intentado abordar este asunto con un enfoque distinto al habitual y espero haber sido convincente. De todas formas, me conformaría con que alguna persona que hasta ahora haya sido indiferente ante este asunto se sintiera invitada a reflexionar sobre él.
– ¿Cuál es su opinión personal sobre la pena de muerte y su aplicación en distintos países?
– La pena de muerte es incomprensible e injusta, porque con ella no se persigue ni la rehabilitación del delincuente, por razones obvias, ni la reparación real del daño producido. Es, además, ineficaz, porque su existencia no acaba con el delito, tal cual es evidente. Se mire como se mire, tras la pena de muerte lo que se esconde es una venganza social. En un mundo que castiga una bofetada de un profesor a un alumno incluso si se trata de un alumno irrespetuoso y asalvajado, ¿cómo puede permitirse la existencia legal de una punición tan drástica, tan irreversible, tan definitiva? No se puede entender que el hombre de hoy, que ha sido capaz de llevar una nave fuera del sistema solar y de desentrañar los más profundos mecanismos de la vida, castigue a otro hombre produciéndole la muerte con cobertura legal. Es incomprensible e inexplicable.
– ¿Suponemos que estará satisfecho con la decisión del jurado?
– La valoración del jurado sólo puedo agradecerla. Tanto por escrito como telefónicamente me han dedicado palabras elogiosas que desde luego me resultan estimulantes, aunque, por lo que sé, hay otros relatos que también podrían haber obtenido el premio, así que les expreso mi agradecimiento a los miembros del jurado y hago patente mi admiración a los organizadores del certamen, pues rezuma seriedad y buen hacer.
LEER LOS RELATOS: – PRIMER PREMIO «AL FINAL, ELLOS», de Joaquín Eloy-García León – PRIMERA MENCION DE HONOR – SEGUNDA MENCION DE HONOR – TERCERA MENCION DE HONOR |
INFORMACIONES RELACIONADAS: – Joaquín Eloy-García gana el certamen de relatos ‘Conrada Muñoz’ – Nota del prensa con el fallo del jurado. – «Conrada Muñoz y el Conrada Muñoz», artículo de Opinión de Juan Chirveches incluido en la edición impresa de IDEAL, del lunes, 16 de septiembre de 2013. |