Esta huelga debe hacer reflexionar al Gobierno sobre la oportunidad y la validez de una ley de Educación que nace ya con fecha de caducidad y no ha conseguido el menor consenso político ni social. Con la vista puesta en el día después de la huelga, ANPE solicita al menos un aplazamiento en el trámite del Senado que permita buscar un acuerdo y consenso mínimos en los aspectos más controvertidos de la LOMCE: la configuración y el diseño curricular, la pérdida de peso de importantes materias y las medidas que perjudican directamente a la enseñanza pública y las condiciones laborales del profesorado.
Como ANPE ha venido denunciando esta reforma se orienta solamente hacia el cambio curricular y deja de lado las políticas del profesorado. Es fundamental que el Ministerio abra un proceso negociador para abordar el Estatuto Docente y que cesen inmediatamente los recortes en educación. Además el calendario de aplicación de la LOMCE que comienza el año próximo resulta prácticamente inviable con la redacción aprobada por el Congreso, debido a la complejidad de algunas de sus medidas en la organización de los centros, la distribución de los horarios de las materias y a la incidencia de los recortes en los efectivos docentes.
La sociedad española es consciente de la importancia de la educación y se merece un nuevo intento de elaborar una reforma educativa que responda a las necesidades de profesores y alumnos, contenga medidas que combatan verdaderamente el fracaso y abandono escolar, motive al profesorado y le devuelva la confianza. Si en este momento crítico el Gobierno de España no es capaz de escuchar este rechazo de la comunidad educativa y de limar las medidas más controvertidas de la ley, la LOMCE será un proyecto agotado antes de nacer y una lamentable oportunidad perdida para hacer la reforma global, profunda y con visión de futuro que necesita la educación en España.
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