Esta premura ha hecho que el Consejo de Estado haya tenido que emitir un informe “con carácter de urgencia” el pasado día 20. Por su parte, desconocemos la consulta al Consejo Escolar del Estado, pues este currículo es muy distinto para Primaria del presentado en diciembre conjuntamente para las tres etapas educativas (Dictamen 1/2014 del 30 de enero).
Ya es grave que el Consejo de Estado recomiende una “sosegada revisión” del proyecto, incluidos aspectos gramaticales, advirtiendo al ministerio sobre el “carácter coloquial” de algunas expresiones incluidas en el texto (por ejemplo, al tratar los ecosistemas en Ciencias de la Naturaleza), así como sobre el uso de los signos de puntuación, que contrastan con los conocimientos técnicos que se “presumen” a la comunidad educativa a la que se dirigen. Una vergüenza para un Ministerio que vela por la correcta enseñanza de la lengua castellana, que el Consejo Escolar del Estado tenga que hacerle tales advertencias. Por lo demás, con buen criterio el Consejo de Estado denuncia “la falta de un cálculo específico sobre el impacto económico del proyecto”.
Dejando aparte estas dimensiones, por lo que me importa, en primer lugar hay una decidida apuesta por querer incorporar las competencias clave (mejor que “básicas”, para que no se parezcan a la LOE) del marco europeo en el currículo (art. 2.2). Incluso algunas críticas específicas que Fernando Trujilo y yo mismo hice en estas páginas han sido incorporadas explícitamente. Así señalábamos el desliz o contradicción en este enunciado “toda la reforma educativa se basa en la potenciación del aprendizaje por competencias, como complemento al tradicional aprendizaje de contenidos”.
Ahora ha sido cambiada, a propósito, la segunda parte. Lo que antes llamaba (art. 6) “competencias transversales”, en un “saco” que todo entraba, ahora (art. 10), con mejor sentido lo denomina “elementos transversales”. No obstante, sigue perviviendo contradicciones como resaltar tanto el emprendimiento cuando, antes, lo ha traducido (correctamente) como una competencia clave (“sentido de iniciativa y espíritu emprendedor”). Si es una competencia básica, no tiene por qué aparecer como un elemento transversal.
Al respecto, circula un borrador (“Orden ECD/xxx/2014, por la que se describe el procedimiento para establecer las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato”) donde se apoya, más decididamente, un enfoque por competencias en el currículo escolar. Dicho enfoque, preciso es reconocerlo, está muy influenciado por el trabajo desarrollado en los últimos años por el Programa “COMBAS” del CNIIE con las Comunidades Autónomas. Como tal, supone –al menos– una declaración a favor de incorporar efectivamente las competencias en el currículo. Otro asunto es que se alteren, definitivamente, los estándares de aprendizaje evaluables, para dejar de estar vinculados a los contenidos, al tiempo que las evaluaciones finales de la ESO tengan un enfoque competencial, más similar a PISA. Hasta ahora, los criterios de evaluación, operativizados en los correspondientes “estándares”, van en exceso ligados a los contenidos correspondientes, como objetivos operativos, que evidencian las tablas tripartitas de cada asignatura troncal.
Por lo demás, prescindir de los ciclos en Primaria para, en su lugar, poner seis cursos con materias y, sobre todo, profesorado diferente, encaja poco con el enfoque globalizador de las competencias. Al igual que el área “Conocimiento del medio” se vea subdivida en “Ciencias de la Naturaleza” y “Ciencias Sociales”, adelantando ya desde primero lo que debiera ser propio de la ESO. En fin, esperemos que, de modo más reposado, el currículo que en su momento hagan las Comunidades Autónomas, mejore lo que hasta ahora ha sido fruto de una precipitación, al margen de la consulta y consenso con la Comunidad Educativa. Como siempre, serán las editoriales y los libros de texto las que determinen lo que se imparta en cada curso; por lo que si no se cambian los libros (Madrid, Andalucía) tampoco se implantará la reforma.
(*) ANTONIO BOLIVAR. Catedrático de Didáctica y Organización Escolar. Universidad de Granada
– Descargar PDF de este artículo publicado en la revista ESCUELA, Nº 4015 (13/03/2014)
