Reflexiones en torno a «Los canallas no traen rosas sino espinas» de Enrique Hormigo

 

Reflexiones en torno a ‘Los canallas no traen rosas sino espinas’ (Enrique Hormigo)

«Este libro he tardado aproximadamente dos años en escribirlo. A su contenido y calidad literaria hay que añadir el enorme trabajo de recopilación de información y recogida de documentación que hay detrás. No hay nada dejado al azar. No hay absolutamente nada producto de mi invención. La historia que se cuenta es ficticia, esa es la única invención, pero el marco donde se desenvuelve esa historia, los ambientes marginales, delincuenciales y carcelarios en los que se mueven los personajes y los comportamientos de esos personajes son completamente reales.

Todos estos ambientes recogidos en la novela, y el comportamiento de todos y cada uno de los personajes que aparecen, provienen del conocimiento que he adquirido sobre los mismos a lo largo de mi andadura profesional como detective privado y como abogado. Para escribir este libro he tenido oportunidad de entrevistarme con prostitutas, con mujeres maltratadas, con delincuentes, con personas que están en situación de privación de libertad y con demás personas en grave riesgo de exclusión social, y con ello he escrito una historia -o varias- absolutamente desgarradora, descarnada, en la que vamos a poder ver lo mejor y lo peor del ser humano. Tendremos ocasión de escarbar, junto con Emilio Gálvez, el detective protagonista de esta novela, en esos submundos marginales y podremos conocer buena parte de los problemas y las inquietudes de esas gentes, tan alejadas muchas veces de nosotros, la “sociedad oficial”, pero al mismo tiempo tan cerca, pues esas personas están en nuestras calles, en nuestros barrios, a escasos minutos de donde vivimos.

 

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‘Los canallas no traen rosas sino espinas’ es una novela con fuerza, lo mismo que su título; un título que dice mucho sobre el devenir de la historia que en ella se cuenta: Rosas y espinas. Amor, fragilidad, incluso ilusión, frente a odio, violencia, dominación. Todos estos ingredientes metidos en una coctelera nos va a dar una bonita historia de amor a la vida, pero una vida llena de obstáculos (perversión, violencia, crueldad…) provocados por todos aquellos comportamientos brutales de muchos de los hombres que van sembrando temor a su paso.

¿Cuántas veces nos hemos preguntado cómo funcionan las cárceles españolas por dentro, cómo interaccionan los reclusos entre ellos, cuáles son sus anhelos, sus inquietudes, sus esperanzas, sus tristezas, sus pasiones, cómo son sus llantos? En esta novela el narrador va a interactuar en el mundo carcelario con todos los personajes privados de libertad, personajes que van a funcionar conforme a su particular código carcelario, con sus propias normas, al margen de la legislación penitenciaria y donde se va a ver, una vez más, todo lo bueno y lo malo que encierra el ser humano, la honestidad frente a la perversión, el odio frente al amor, la debilidad frente a la fortaleza, esa dicotomía constante entre las rosas y las espinas.

Del mundo carcelario se habla en profundidad, pues es muy conocido por mí. Mi experiencia profesional me ha proporcionado un valioso conocimiento sobre el funcionamiento de este mundo, y sus gentes, tan desconocido para la generalidad de las personas. He hablado con cientos de reclusos, con ONG, con autoridades penitenciarias, funcionarios de prisiones, educadores, asistentes sociales y demás personas y organizaciones cercanas a las cárceles españolas, por lo que he querido plasmar mis conocimientos en una bonita novela que seguro que va a llegar al corazón.

“Una bonita historia de todo lo bueno y malo que esconde el ser humano”

Durante toda la novela se habla de ambientes marginales, de prostitución, de drogas, de prisiones…, de gentes desfavorecidas que viven al margen de una sociedad que hemos inventado entre todos. Por todo ello esta novela es algo más que una novela negra perteneciente al género policíaco. Si por género policíaco se entiende un encargo de investigación y tras las oportunas gestiones se consigue un objetivo con mayor o menor suspense con mayor o menor acción, diremos que se trata de una novela de ese género muy entretenida, pero es mucho más que eso; es también una novela social, comprometida con los problemas del momento y crítica con esta sociedad que hemos construido entre todos, aunque pensada para medrar a su manera unos pocos olvidándose de la marginalidad, cada vez mayor, en la que caen muchos estratos de esta sociedad no pensada para ellos.

Finalmente esta novela intenta romper con el clásico etiquetamiento literario y cinematográfico del detective privado como héroe o villano. Los detectives privados somos gentes de carne y hueso como Emilio, el protagonista de la novela, capaces de soñar, de sentir, de llorar y de emocionarse. Detectives que no saltan por precipicios, ni de trenes en marcha, ni son expolicías corruptos y borrachos que los han echado de la policía y no les queda otra que ejercer como detectives. Es gente normal, y así es Emilio, el protagonista de esta historia, un detective de ficción, pero sin etiquetamientos, que podría ser un personaje completamente real, de los muchos que actuamos a diario en calles y despachos. Por eso esta novela es totalmente adictiva, porque va a estar presente en todo momento el realismo, un realismo que seguramente no puede apreciarse, como sería lo deseable desde mi humilde entender, en muchas de las novelas de este género que se están publicando».

 

Sinopsis

El enigmático tatuaje en la espalda de una joven huída de su casa se halla la clave de un sórdido caso de explotación sexual que el detective Emilio Gálvez se propone a toda costa desvelar, escarbando en el submundo carcelario y en los ambientes marginales del Madrid de nuestros días.

Una vez más, el autor nos muestra con asombrosa habilidad todo lo bueno y malo que esconde el ser humano donde la generosidad y la ingratitud, el amor y el odio, la bondad y la perversión, se dan la mano para hacer una bonita historia, pero a la vez sobrecogedora y descarnada.

 

Portada de la segunda novela de Enrique Hormigo 
Redacción

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