Frente a lo que algunos dicen, la Filosofía es muy diferente del mito porque significa una superación de éste. Para la Filosofía, la realidad es natural, responde a leyes naturales, no extraordinaria ni imprevisible como decía el mito; la realidad es homogénea, frente al mito que la ve diversa; es geométrica, puede medirse, frente al mito que no lo puede; la realidad es visible, inteligible y racional, frente al mito que la considera misteriosa y caprichosa; es procesual o causal, es decir, toda acción es resultado de un proceso o causa, frente al mito que sólo ve acciones caprichosas; la realidad es cíclica, es decir, los procesos no ocurren de manera aislada sino que se repiten, en tanto que para el mito hay un momento inicial que es el más importante y otro posterior o degradado.
Desde mediados del siglo XIX se pretendió negar su validez diciendo que era simple ideología, es decir, opiniones subjetivas que esconden determinados intereses de clase. ¿Pero qué es la ideología? Para Napoleón, que acusaba de ideólogos a los discípulos del filósofo Condillac, la ideología es un saber políticamente interesado. Para Marx, es la superestructura, que está integrada por la filosofía, la religión, la ética y las ideas políticas y jurídicas. Para Pareto, es teoría no científica o teoría útil para el que la usa. Para Manhein, es una visión del mundo que encierra gran parte de sentimiento e irracionalidad. En definitiva, por ideología se entendía o bien un conocimiento falseado o interesado de la realidad, tal y como afirmaba el marxismo, o un conocimiento no científico.
Respecto a la opinión marxista, podemos afirmar que históricamente era cierta, lo cual no significa que tenga que ser siempre así, ya que la Filosofía puede ser, e históricamente también lo ha sido, un conocimiento crítico y cierto de la realidad. El fallo mayor de esta crítica marxista está en considerar ideología a todo conocimiento que escape al materialismo histórico y dialéctico, lo cual es un enorme dogmatismo, puesto que la Filosofía puede ser ideología, y lo ha sido muchas veces, pero puede no serlo, y también ha ocurrido en muchas situaciones.
Frente a la opinión que existe en amplias capas de población de que la Filosofía no sirve para nada -no olvidemos que Marx afirmaba que sólo sirve para interpretar el mundo cuando lo que hay que hacer es transformarlo- nosotros queremos manifestar que sigue siendo hoy un conocimiento útil y necesario en un mundo que ha perdido el sentido último de las cosas, aunque esta disciplina a veces se haya alejado de la realidad. Hegel afirmaba que la Filosofía fue fundamental para el desarrollo de la Revolución Francesa, y el propio marxismo no sería posible sin la Filosofía de Hegel, Marx y Engels. La Filosofía no es, sin embargo, un instrumento de cambios sociales inmediatos: su utilidad es lenta y a largo plazo, aunque siempre profunda y radical. Pero además, ¿sólo por eficacia se ha de valorar la Filosofía? ¿De qué ha servido hoy, en un mundo deshumanizado, el avance de la ciencia?
Fernando Savater, a propósito de si es aconsejable o no una asignatura de Ética en el bachillerato, entiende que toda educación humanista, pluralista y laica debe transmitir unas nociones básicas sobre el sentido y el método de la valoración moral del comportamiento. Frente a lo que él llama “esperpento ético”, representado por tanto farsante que permanentemente habla de “que ya no hay valores morales” y son ellos los primeros que no tienen valores ningunos, formula él cinco principios sobre los que se asienta la ética, en contra de lo que esos agoreros y farsantes manifiestan: La ética no es un arma arrojadiza; es el empeño que cada cual pone en dar sentido a su propia libertad; es la preocupación por hacer el bien, no por quedar bien; es el arte de orientar la acción, no de desentenderse de ella; el tema de fondo cuando se estudia ética es la relación entre libertad y responsabilidad; lo típico del acierto moral no es la prohibición, ni la renuncia, ni el sacrificio, ni el deber, ni el “a aguantarse toca”, sino la alegría.
«La Filosofía, en definitiva, ha de cumplir una función fundamental dentro del sistema educativo y en la sociedad de hoy, puesto que es capaz de unir lo teórico y lo práctico y poner la razón al servicio de los comportamientos del hombre» |
La Filosofía, en definitiva, ha de cumplir una función fundamental dentro del sistema educativo y en la sociedad de hoy, puesto que es capaz de unir lo teórico y lo práctico y poner la razón al servicio de los comportamientos del hombre. Por ello, esta disciplina está hoy presente, con un amplio tratamiento de horario y dedicación, en todos los currículos europeos de la secundaria superior, al ser una materia fundamental para lograr una auténtica formación humanística. En una sociedad cada vez más tecnificada y científica es más necesario que nunca el que dichos saberes se ordenen, se jerarquicen y se les dé una orientación ética, porque sólo así se pondrán al servicio del hombre y de su mayor igualdad y dignidad. Además de la labor anterior, la Filosofía ha de asumir también otra no menos desdeñable: la de erigirse en máxima rectora de los comportamientos personales, sociales, económicos y políticos, para que todos ellos se sometan a una ética racional y universal, inspirada en la justicia, la igualdad, el respeto y la solidaridad.
Juan Santaella López
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