La actividad consistió en una serie de dinámicas lúdico-educativas con las que se pretendía que el alumnado reflexionase sobre la escuela como llave de futuro y sobre su importancia como motor del cambio social.
Durante las dos horas posteriores al recreo los alumnos de 1º y 2º de la ESO participantes, divididos en varios grupos y acompañados por sus profesores, debían realizar diferentes pruebas repartidas por los patios del Centro, y guiadas por alumnos monitores de 3º y 4º de la ESO. Ponerse de acuerdo para construir entre todos una torre de cartas, completar puzzles con frases relativas a la educación, resolver complicados acertijos, inventar un rap que hablase sobre el instituto, o pasar por un photocall con la bandera gitana fueron solamente algunas de las 30 pruebas con que contaba la gymkana y que permitieron a profesores y alumnado participante salir unas horas de la rutina y la disciplina diarias para poder reír juntos, explotar globos de un abrazo, y mostrar otra cara de la educación más feliz, solidaria y cercana.
Fue por lo tanto una jornada de fiesta y complicidad entre alumnos de diferentes cursos, etnias y motivaciones, un día que permitió que los profesores se acercaran a los problemas e inquietudes de sus alumnos, que pudieran mostrar con un abrazo el afecto sincero a muchos chavales que tan necesitados están de ese cariño.
Cabe además destacar, por encima de todo, la increíble labor de los alumnos monitores que no solo representan un ejemplo para sus profesores y compañeros, sino que, además, se entregan por ellos y hacen posible la magia, esa magia que consiste en educar con el corazón.