Antonio Pablo cuenta cómo antes de ser profesor en la Facultad de Ciencias de Granada impartió clase como docente de Ciencias Naturales en distintos institutos. “Desde entonces como Geólogo y Paleontólogo quise aprender el máximo de cosas de campo para cuando sacara a los alumnos”, aclara antes de añadir que así comenzó a conocer plantas, insectos, pájaros,…Cuando estaba a punto de jubilarse realizó junto a Jaime unos itinerarios por la Sierra de Baza a la que han seguido los ‘Cuadernos de la Naturaleza’ que se entregan como fasciculados con la revista ‘Puerta de la Villa’,y de los que ya llevan publicados cerca de una veintena.

Por su parte, Jaime Jiménez aclara que su actividad profesional que ha desarrollado en Alicante no ha tenido nada que ver con el mundo de la Naturaleza ya que procede del campo de la Psicopedagogía. Fue igualmente tras su jubilación cuando comenzó a compartir con Antonio Pablo su pasión por el campo. Reconoce que fue su padre, aficionado a la recogida de setas, sobre todo la negra de chopo y la de cardo, quien le inculcó la afición por las setas y nos cuenta una anécdota.

“Un día que estábamos cazando encontré unas setas, las recolecté y entre ellas había una amanita faloides. Antonio me dijo lo que había hecho y cuando regresé a Alicante lo primero que hice fue comprarme una guía de setas con el que me inició en el mundo de la micología. Ahora cuando voy a buscar setas siempre llevo la cámara colgada”. De esta forma las aficiones comunes por la naturaleza y la fotografía han hecho el resto y les ha permitido que tras “muchas primaveras y otoños”, dispongan de un archivo bastante amplio, del orden de 160-180 setas diferentes, aunque en el libro no están incluidas todas pues “algunas no ha habido forma de clasificarlas”.

Comestibles y tóxicas

En este sentido Antonio Pablo aclara que la clasificación no solo es morfológica pues hay otros factores bastante importantes como es la forma de las esporas para lo que hay que ser verdaderos especialistas. “Nosotros lo hemos hecho desde el punto de vista morfológico por lo que podría ser que se nos haya escapado alguna especie”, indica.

La publicación de 90 páginas dedica las 15 primeras a realizar una breve introducción sobre este apasionante tema seguido de descripciones sobre la reproducción y desarrollo de la seta así como unas recomendaciones a la hora de recolectarlas, seguida de una corta de descripción de cada especie comenzando por su nombre científico y vulgar en el caso de tenerlo, indicación de formas y colores para concluir con su grado calidad gastronómica y recomendaciones a la hora de prepararlas.

Para Jaime la más curiosa es la sparassis crispa o seta coliflor que crece a una altitud media de los 2000 metros que cuando se le da un corte se asemeja a una coliflor, “es comestible y está rica y tiene la curiosidad de que siempre nace en el mismo sitio junto a los troncos y raíces de los pinos”.

Por parte Antonio Pablo destaca como curiosa la schizophyllum commune que está muy extendida. “Se puede encontrar en regiones de Asia donde muchas tribus la utilizan para masticarla como sustitución del chicle o goma de mascar lo que produce un gran peligro debido que tiene muchas esporas que pueden germinar en tejidos humanos provocando graves problemas”.

Las setas más buscadas por los goreños explican que son la típica seta de cardo que puedes encontrar en cualquier ladera y de chopo en los troncos de este árbol cercanos a riberas de los ríos. Otras son más raras como la amanita muscaria que sólo han encontrado en una ocasión, al igual que la amanita pantherina. Por el contrario hay otras muy abundantes como la amanita vaginata que “tienes que ir saltando para no pisotearlas” y que es comestible cuando es joven y tierna. Jaime comenta que en los últimos años se ha incrementado el número de personas que salen a campo a buscar setas e indica que “el problema es que algunos cogen incluso las setas inmaduras, lo arrasan todo”. Al parecer el año pasado hubo un problema con la recolección del níscalo pues había gente buscando “en plan industrial” lo que llevó incluso a que hubiera denuncias. Además lamenta que a estas personas vayan con bolsas de plástico o que arranca determinadas especies para luego tirarlas. “Creo que este año en la Sierra de Baza querían dar un carné de recolector de setas para que hubiese un control tanto en la forma como en la cantidad que van a recoger”, añade.

Igualmente informan que en algunos establecimientos de Gor, como el Bar Mora, suelen ofrecer la setas de chopo y cardo y a veces níscalo que ofrecen frito o con tomate. Así mismo que hay una tradición familiar de incluirla en muchas recetas de acuerdo a los usos y costumbres. Antonio Pablo también explica que en sus tiempos mozos cogía fundamentalmente las negras y blancas de chopo y cardo y que con el tiempo se ha vuelto desconfiado. “Cuando he ido conociendo esto lo único que he hecho es sacarles fotos. No me fío yo de algunas variedades y por eso no las llevo yo a mi casa”. Precisamente ese ha sido uno de los objetivos que se han marcado con la publicación de este libro que en principio iría destinado a aquellas personas que quieran saer distinguir las comestibles de las no lo son aunque “siempre se recomienda que ante la menor duda se consulte con expertos. Yo siempre les digo que jamás me he comido una seta que no haya buscado con un experto y comido entre los dos”.

Fue idea del actual presidente de la Asociación Cultural de Amigos de Gor (ACAG), Emilio Sáez la edición de este libro cuya preparación les ha tenido ocupado todo el pasado verano y que finalmente ha contado con la colaboración del Ayuntamiento al igual que en publicaciones anteriores dedicadas a la historia de Gor. Ahora ya trabajan en el próximo Cuaderno de la Naturaleza que estará dedicado a caracoles terrestres que ya tienen prácticamente terminado al que seguirá otro sobre hormigas para lo que han solicitado la colaboración de profesor jubilado Alberto Tinaut, especialista en las hormigas invasoras de Sierra Nevada.

Todo por una afición que indican les cuesta “mucho dinero” pues los viajes corren de su cuenta y Jaime reside en Alicante e igualmente han tenido que comprar el equipo fotográfico. “Lo hacemos de forma altruista pues nos queda la satisfacción de dar a conocer todo lo que tenemos en Gor y en la Sierra de Baza, lo cual es muy gratificante pues por ejemplo, en el tema de las orquídeas, había cuatro especies clasificadas en la Sierra de Baza y ahora hay 29”.

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