Estimado Director de IDEAL:
Chapó por los maestros y maestras que cada día añaden a su trabajo un valor adicional motivado por una gran vocación y la fuerte convicción de hacer siempre bien las cosas. Chapó por los maestros y maestras que disfrutan de sus alumnos, del tiempo que pasan con ellos, que se alegran por sus logros y se preocupan por sus fracasos. Maestros y maestras que no sólo enseñan los contenidos académicos establecidos, sino que su ambición les lleva a buscar siempre algo más para enriquecer el proceso de formación de sus alumnos. Una ambición que no está basada en la compensación económica, sino en la recompensa de ver cómo sus alumnos avanzan y cada día son un poco mejores. Maestros y maestras que no miran hacia otro lado porque es más fácil y cómodo, sino que se implican sin condiciones y sin reservas en tu referente a su trabajo. Maestros que no se dejan vencer por el desaliento, porque su sistema de valores fuerte, y no se dejan vencer por los contratiempos que a veces el propio sistema, e incluso los padres les ponemos.
Chapó por los maestros y maestras que educan en valores sociales y morales como la puntualidad, el trabajo, el esfuerzo, el compañerismo, la solidaridad,… y que predican con el ejemplo.
Chapó por los maestros y maestras que ven en cada uno de sus alumnos un proyecto que requiere todo su esmero y dedicación con la misma intensidad con que cada uno de nosotros vemos a nuestros propios hijos. Su perseverancia y esfuerzo, aún con los impedimentos que encuentran en el camino, son la esperanza de generaciones futuras más y mejor formadas. Ellos y ellas son una bendición y una victoria del sistema educativo de este país. A ellos mi admiración y agradecimiento.
Eduardo J. Arco Lara. GRANADA
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Gracias por confiar en la profesión de maestro Sr. Director de IDEAL: Encontrándome a las puertas de mi jubilación y tras haber dedicado cuarenta años de mi vida a ejercer la mejor profesión del mundo, maestra, al leer en la sección de cartas la que ha escrito el señor Eduardo Arco Lara me he emocionado tanto que se me han saltado las lágrimas solo de pensar que aún quedan padres que piensen así de nosotros en estos tiempos que corren. En esa carta ya se ha dicho todo, me gustaría que la leyesen mis compañeros/as y todos al unísono poder decir «Chapó por los padres como usted Sr. Arco» y mil gracias por confiar en las personas que se dedican a esta profesión, tan ardua y vituperada algunas veces pero tan comprometida y hermosa la mayoría de ellas. ¡Feliz Navidad y salud para todos! Ángeles Guirado Martínez. PÍÑAR |
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