Gustavo García entre las fotos de dos de los alcaldes culleros Juan Martín García y José Moreno Junco 26/12/2014 FOTO: ANTONIO ARENAS

Gustavo García recupera la historia de Cúllar Vega entre 1931 y 1939

No es el primer trabajo de estas características que realiza Gustavo García (Ogíjares, 1979). Con anterioridad, este licenciado en Historia por la UGR y administrativo del ayuntamiento de Ogíjares publicó en 2011 como coautor el dedicado a esta localidad durante el mismo período y dio forma a la ‘Historia de la Zubia de José Marín’ (2013). Considera muy importante conocer los hechos ocurridos durante la represión y comienzos de la guerra civil que difícilmente se pueden entender sin saber lo que sucedió entre 1931 y 1936.

Tras ofrecer unas pinceladas de la situación socieconómica de Cúllar Vega que comienza el siglo con 900 habitantes dedicados casi exclusivamente a la agricultura ofrece un panorama general del advinimiento a nivel nacional de la II República con las transformaciones que introdujo especialmente con la reforma agraria para centrarse en este municipio donde fundamentalmente había dos sindicatos agrarios, diferentes en cuanto a su naturaleza.. Por un lado el sindicato San Miguel de corte más conservador, en el que se aglutinaban un reducido número de pequeños propietarios, labradores, e incluso algunos grandes propietarios. Prácticamente el único hasta 1931 en cuyo período llegó a tener 111 afiliados.

Con el nacimiento de la II República surge la Sociedad Obrera ‘El Trabajo’ que aglutinará a los jornaleros, aquellos que únicamente contaban con la fuerza de sus brazos para conseguir un jornal por lo que tenían que ser contratados por los modestos o grandes propietarios para poder alimentar a su familia. “Lo más llamativo de este sindicato es la fuerza que cobra en un municipio como Cúllar Vega, que apenas cuenta en 1935 con 1200 habitantes pues llega a tener cerca de 200 afiliados. En este período el autor se detiene para explicar el funcionamiento de las Comisiones Agrarias, las Bases del Trabajo, el Laboreo Forzoso y los Censos de Campesinos, los incumplimientos de los Términos Municipales y la huelga de junio de 1934. También da cumplida cuenta de los resultados de las elecciones municipales y la composición de las diferentes corporaciones. A continuación recoge la situación de Cúllar Vega durante la Guerra Civil y el inicio de la represión franquista que se saldará con el fusilamiento de cinco represaliados de los que recoge una breve reseña biográfica y sus partidas de defunción: Manuel Burgos Sánchez, Juan Martín García, Antonio Saldaña Guerrero, Juan Sánchez Gutiérrez y Juan Sánchez Zamora.

Gustavo García junto a la cruz que en memoria de todas las personas que dieron su vida por este país /A.A.
Gustavo García junto a la cruz que en memoria de todas las personas que dieron su vida por este país /A.A

Satisfecho

“Me siento satisfecho por haber podido recuperar los testimonios de los familiares y al menos intentar restaurar la dignidad de estas personas que en aquellos momentos fueron represaliados y sus familias condenadas al silencio hasta hace muy poco tiempo”, indica tras aclarar que su “delito” fue haber pertenecido a al sindicato ‘El Trabajo’ o a la corporación municipal republicana. Por ello fueron subidos al «camión» y acabaron con sus huesos en los alrededores del cementerio de Otura. En este sentido Gustavo García explica que “he querido plasmar en el libro las sensaciones lo cual no es nada fácil. El ruido de un camión en mitad de la noche de verano debió ser bastante dramático. Un camión que ya se sabía lo que venía a hacer, cuando su único delito es haber sido alcalde o concejal o haber tenido algún cargo dentro del sindicato ‘El Trabajo’. Miedo, pánico, silencio,…” A ello añade el ensañamiento con los familiares de las víctimas pues no solo eliminaron físicamente a los líderes sindicales y políticos sino que a sus hijos se les obligó a participar en la guerra civil del lado franquista.

De Juan Sánchez Gutiérrez informa que fue alcalde desde febrero de 1936 hasta el 21 de julio de ese año. Antes de ello fue el líder del sindicato ‘El Trabajo’, y posiblemente la persona que más había luchado en favor de que se cumplieran los decretos republicanos en pos de una reforma agraria con el laboreo forzoso, los términos municipales, las bases del trabajo, y “claro las personas que representaban el régimen no podían permitir que saliera de rositas alguien que les había sacado los colores al decirle que estaban incumpliendo la legalidad republicana. Esa fue su culpa y por eso se le fusiló”. De su hijo Juan Sánchez Zamora, indica que fue “una especie de líder intelectual” y que llegó a publicar una obra teatral en 1931 titulada ‘La descendencia familiar’. Fue una de las mentes pensantes de Cúllar Vega, uno de los grandes intelectuales del municipio y su labor estaba encaminada a acabar con las desigualdades.

Gustavo García ante la casa del pueblo que empezó a construirse en el período estudiado/A.A.
Gustavo García ante la casa del pueblo que empezó a construirse en el período estudiado/A.A.

También aclara que no se puede olvidar de Juan Martín García, y de Antonio Saldaña, quizás el gran desconocido de todos estos represaliados, del que apenas ha podido investigar al no haber contactado con familiares que hayan querido explicarle detalles de su vida, actuaciones durante el periodo y de cómo fue su asesinato puesto que a él no se le subió al “camión”. Por último, Manuel Burgos Sánchez, importante líder sindical además de concejal que sí fue subido al camión y fusilado con sus compañeros. Tras narrar estos tristes acontecimientos el autor se detiene en la Ley de responsabilidades políticas que tenía la doble pretensión de terminar de aniquilar a los enemigos del régimen franquista ahora por la vía de la incautación de bienes y dotarse de medios y recursos.

“Su plasmación en Cúllar Vega es bastante simple, tanto a los cinco represaliados como a unos cuantos más a los que se aprovecha para darles una lección lo que se hace, ahora sí, es enjuiciarlos con una ley de responsabilidades que jurídicamente hoy no se sostendría puesto que uno de los principios es la retroactividad de las leyes en su aspecto negativo y esta ley en sus primeros artículos deja claro que iba a ser retroactiva con lo cual se enjuició a casi todo el mundo por actividades que había sido anteriores a la aprobación de la misma”. Conclusión: se les enjuicia, se les declara culpables y se les incautan todos los bienes, además se le ponen sanciones, y se les inhabilita para cargos públicos. Concluye el libro con los represaliados en otros municipios de la Vega como Ogíjares donde hubo seis o el caso llamativo de Alhendín donde de los siete fusilados, tres fueron mujeres.

Gustavo García (dcha) junto al alcalde de Cúllar Vega, Jorge Sánchez, autor del prólogo /A.A.
Gustavo García (dcha) junto al alcalde de Cúllar Vega, Jorge Sánchez, autor del prólogo /A.A.

Completa la publicación con sendos capítulos dedicados a la represión en el bando republicano y la represión contra la Iglesia Católica, pues “aunque en Cúllar Vega no hubo víctimas de la represión republicana tengo el deseo de ser lo más objetivo posible para que se puedan analizar los dos tipos de actuaciones represoras y que todo el mundo pueda juzgar por sí mismo. Yo en ningún momento he querido juzgar ni dar opiniones personales, sino lo que he querido es ser objetivo, poner los hechos y los datos y que sea el lector el que lo haga con la mayor de las libertades”.  Los interesados en adquirir esta publicación que ha tenido una tirada de unos mil ejemplares pueden acercarse por el ayuntamiento de Cúllar Vega donde se ofrece por el coste simbólico de 5 euros, dinero que se dedicará a futuras investigaciones. En estos momentos Gustavo García además de dedicarse a la recopilación de la obra de Juan Sánchez Zamora, indica que le gustaría dar un pequeño salto y pasarse a la comarca del Marquesado del Zenete puesto que allí la historia fue bastante distinta a lo ocurrido en la Vega, y dado el interés por parte del ayuntamiento de Huélago de sacar una historia de esta misma época en esta población y varios proyectos que están en el aire pendientes de que la Junta de Andalucía o los ayuntamientos puedan subvencionarlos.

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Gustavo García, junto al monumento al tabaquero/A.A.

Título: Cúllar Vega, 1931-1939

Autor: Gustavo García García

Edita: Ayuntamiento de Cúllar Vega

Diseño de cubierta: Ferrán Rodríguez

Páginas: 234

Precio: 5 euros

Punto de venta: Ayuntamiento

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