– ¿Haber impartido clase en el mismo centro que lo hizo el autor de ‘Campos de Castilla’, le ha influido para la publicación de este libro?
– Imparto clases de ética y filosofía en el IES Los Cerros, de Úbeda desde 2003, pero resido con mi familia en Baeza desde 2006; y sí es cierto que en Baeza la presencia histórica y poética de Antonio Machado es muy reconocida por las instituciones y el turismo. Pero la influencia de Antonio Machado me viene de los tiempos de mi bachillerato y de mi licenciatura en Filosofía por la Universidad de Granada, destacando la extraordinaria labor académica y personal del catedrático don Pedro Cerezo Galán como estudioso de la obra de Antonio Machado, cuyos libros han influido en la redacción de este.
– ¿Qué tal fue Machado como profesor de Francés?
– En el libro incluimos testimonios de algunos de sus alumnos en Soria, Baeza, Segovia y Madrid, hablando con respeto y aprecio de su profesor de francés. Él reconoció abiertamente –en 1913- que no tenía demasiada vocación docente y que más bien sentía una “aversión a lo académico”, aunque enseñó con decoro y con deber. ¿Puede un profesor de idiomas enseñar bien su materia si no es familiarmente bilingüe ni ha tenido una experiencia viva en ese idioma durante años? En el libro tratamos ampliamente esta problema educativo lamentablemente actual.
– ¿Qué otras cosas le unen y le separan de D. Antonio?
– Me unen muchas cosas con este honesto poeta español y profesor de francés. Aunque distantes en el tiempo, don Antonio Machado y yo –como muchísimos españoles- compartimos algunas semejanzas: fuimos alumnos regulares, aprobamos la oposición para profesores de instituto a la primera, apostamos por una pedagogía del cariño con los alumnos, nos preocupa la educación para mejorar nuestra sociedad, somos licenciados en filosofía, él entonces “aprendiz de ruiseñor”, yo aprendiz de escritor, ambos hemos residido en Baeza, nos gusta el mundo rural, el romanticismo y la cultura del flamenco, como a su padre Demófilo, y otras cosillas como hasta el apellido Ruiz… Me separan de él que no soy masón, soy padre de dos hijos con mi mujer inglesa, y me siento más anglófilo que francófono…
– ¿Cuáles considera que son las aportaciones más novedosas de su libro?
– Cuando le envié un ejemplar al profesor don Pedro Cerezo Galán, gran especialista en filosofía española y en especial en la obra de don Antonio Machado, me escribió una carta a mano indicando que la vida docente de Machado no había tenido un tratamiento monográfico y que era un asunto controvertido; de hecho busqué títulos similares en otros idiomas y no los encontré; por ello, el libro es realmente novedoso, pero no sólo porque trata de los problemas educativos e institucionales en la época del poeta, sino porque critica problemas educativos actuales –con la participación de mis alumnos y compañeros profesores- como la insuficiente selección y evaluación de los docentes, la pedagogía burocrática, el fracaso escolar impuesto por ésta, la rigidez de los currículos, la escasa atención cariñosa a las familias y sus problemas, el aula de convivencia como cuartelillo de expulsados, la escasa atención a la formación profesional, etc. El libro es una exposición real y directa de un profesor en activo sobre los problemas diarios en los centros.
– ¿Cuándo y cómo le ha ido dando forma?
– En 2008 publiqué un largo artículo “Antonio Machado en María Zambrano” (www.aafi.net), y desde entonces fui pensando en escribir un libro sobre la educación, al hilo de muchas conversaciones que mantuve con mi mujer, profesora inglesa, durante años, y otros compañeros de centro y amigos; como vivíamos en Baeza y la presencia machadiana es diversa y amplia, al final fue surgiendo un proyecto de libro, claramente ideado en la participación de la VII semana machadiana en Baeza; en el siguiente año, con ciertas prisas mías y gracias a la concejalía de cultura pudimos presentar el libro en VIII semana, aunque la edición fue personal y propia. Agradezco hondamente al director del IES Santísima Trinidad Rogelio Chicharro y a Filomena Curiel, asesora cultural, su disponibilidad para poder participar en aquellos actos culturales. A lo largo de dos años realicé muchas lecturas de las obras machadianas y de alguna bibliografía secundaria, así como incluí colaboraciones de alumnos y profesores amigos; ha sido un trabajo arduo en un diálogo silente con la palabra en el tiempo de don Antonio Machado. La tarea de escribir fue continuada siguiendo la biografía del poeta, y no fue difícil ya que tenía experiencia en escribir y de hecho pueden encontrar bastantes artículos míos disponibles en internet.
– Cuestiona que la formación inicial como la forma de acceso a la docencia de Antonio Machado continua sin haberse resuelto ¿Qué se podría hacer en este sentido?
– Entonces como hoy, en España empezamos a ser profesores en completa soledad con nuestros alumnos ya en clase: aprendemos a enseñar después de ser contratados como profesores. El acceso es anónimo: bolsas de trabajo, interinidad, concurso-oposición, funcionario de carrera; pero en este proceso no hay una supervisión de la vocación ni de las competencias del docente ni de su estado motivacional ni de su personalidad ni de sus recursos tecnológicos; los inspectores están muy alegres, pues se marcharon para siempre de las clases cobrando más dinero; los liberados sindicales muy reivindicativos antes de las elecciones sindicales para estar otra vez liberados, los centros de profesores y recursos son retiros espirituales, y muchos pedagogos inmersos en tecnicismos digitales sueñan sus utopías de una escuela ideal… Lo que hay que hacer es preguntar a las familias y a los alumnos, ellos os dirán qué piensan de sus maestros y profesores…Tampoco sirve poner primero la formación universitaria y después el año de practicum y grado en didáctica; en Finlandia se eligen a los docentes desde el principio y no al final del proceso. Usé ampliamente este libro Finnish Lessons de Pasi Sahlberg.
– Tras la figura de Juan de Mairena ¿se esconde el profesor ideal de Machado?
– Sin duda, don Antonio Machado expuso su pedagogía general en las reflexiones del profesor apócrifo de educación física Juan de Mairena en sus clases imaginarias de retórica y poética; quizá para comprender mejor a Juan de Mairena tendríamos que atender al maestro espiritual de la Institución libre de enseñanza, Francisco Giner de los Ríos, donde estudió el niño Antonio Machado.
– ¿Se puede ser buen docente sin vocación?
– Sí, y Machado lo intentó: pues intentó enseñar francés sin vocación docente ni experiencia viva de esa lengua; pero cuesta luego sudor y lágrimas seguir en esa teatralidad… como le costó a él. Creo que para enseñar bien hay que amar la propia disciplina e ir continuamente actualizando problemas y modos de abordarlos con una pedagogía del cariño y la bondad con los alumnos…y llegado el agotamiento docente, habría que buscar otras salidas profesionales, y la misma administración debería poder ofrecerlas, como debería haber ofrecido a don Antonio Machado una permuta de plaza de profesor de francés a profesor lengua y literatura española.
– ¿Cómo se pueden tener los mismos problemas en materia educativa que hace un siglo?
– Muy sencillo, porque las instituciones educativas antes de la II República, en el franquismo y en la democracia de las Autonomías han ido reproduciendo, ampliando y profundizando las rigideces burocráticas y tecnocráticas en educación: más inspectores no significa mejor evaluación orientativa de los docente; más centros de profesores no significan más ayuda a los maestros y profesores, más gasto en ordenadores baratos no significa más motivación para los alumnos y las familias, más horas de clase no ayuda a la atención de los alumnos, más materias no significa respectar las elecciones de los alumnos, más reducciones horarias en los docentes y direcciones de centros es más escaqueo –cobrar más por enseñar menos y a menos-, y así podríamos seguir con los delegados de educación, consejeros, secretarios generales.… Hay que atender a la realidad de los centros desde su contexto municipal, escuchando a los niños y jóvenes y sus familias….Por ello con razón decía Giner de los Ríos: “Dadme un buen maestro, quedaros con todo lo demás”…
– Parece que no le convence la formación continua del profesorado a través de los CEP (Centros del Profesorado)… ¿Participa en algún de actividad formativa?
– Llevo años participando en grupos de trabajo con profesores en Úbeda y en otros centros, pero es vox populis silente que en esos centros se esconden los profesores administrativos que ya no quieren ser educativos, que ya no quieren dar clase. ¿Cómo el que huye de las clases con alumnos va a enseñarme a mejorar las clases? Llevo diez y ocho años de profesor y jamás nadie vino a orientarme. Tampoco me hizo falta, porque yo les pregunto a mis alumnos. Es más, en la época de internet y con miles de cursos online en nuestro país, en Iberoamérica, etc. los centros de profesores están obsoletos… y esos profesores deberían por ley volver a sus clases…
– ¿Qué opina sobre la enseñanza bilingüe en Andalucía?
– Apreciados lectores: este es un tema diario en mi casa con mi mujer, profesora inglesa de idiomas, y mis dos hijos realmente bilingües; como ni la Junta –Andalucía no es la Junta de Andalucía, ¿o sí?- ni el Ministerio de Educación contratan a profesores nativos y especializados en inglés, alemán, etc., sino a estudiantes veinteañeros americanos y europeos para dar inglés, resulta que el maestro/a, profesor/a tiene urgentemente que reactualizarse primero con B1, después con B2, ¿pronto C1?, y además prepararle las clases al auxiliar de conversación, estando los alumnos mezclados con distintas competencias idiomáticas… Hay buenos y excelentes docentes en todos los colegios públicos, concertados, internacionales, etc., pero no nos engañemos: uno es bilingüe cuando en casa se practica el idioma del padre, p.e., y en el colegio el idioma de la madre, con relaciones familiares simultáneas en ambos idiomas… La enseñaza bilingüe precisa de profesores nativos cualificados y una reestructuración de los departamentos de idiomas.
– Partiendo del “torpe aliño indumentario” machadiano en su libro también aborda la forma en que debe vestir un maestro o profesor, ¿tan mal lo ha visto en los centros por donde ha pasado?
– Bueno, me pregunto con los lectores: ¿cuál debe ser la estética de alumnos y profesores de un centro público? ¿Cada uno viste como quiere? ¿Debe haber un decoro, una uniformidad o cada uno hace de su capa un sayo? Creo que así como los colegios concertados tienen una estética sencilla y más barata de los uniformes escolares, así también los colegios públicos deberían preguntar a los padres si es más útil y conveniente cierto estilo. Machado asistía a sus clases con su traje, corbata romántica, camisa blanca y limpia, abrigo y sombrero, afeitado y aseado, aunque para la época se calificaba a sí mismo de poco moderno en el vestir. ¿Es mejor profesor el que lleva una estética progre/pija? ¿Es peor el que lleva una estética tradicional/conservadora? Ustedes juzguen por sí mismos si les gusta la estética del vestido de los profesores y de sus hijos…
– Don Antonio fue vice-director en Soria y Baeza. Eso le da pie a cuestionar a los docentes que desempeñan labores directivas ¿Ha tenido algún cargo?
– Las labores directivas no son educativas. También yo fui jefe de estudios. Y argumento que no es lo mismo trabajar como profesor-administrativo (director sin docencia, jefes de estudios con reducciones lectivas, etc.), dedicado a tareas burocráticas, que como profesor-educativo con 20 o más horas lectivas con alumnos y otras de permanencia en el centro. ¿Pagarían ustedes a sus trabajadores más dinero por trabajar menos o más bien darían más complementos de paga al que más horas echara? La administración burocrática educativa tiene muchas galerías de escaqueo para trabajar menos y cobrar más, ¿habrá injusticia mayor? Es que entre el profesor educativo y sus alumnos hay muchas manos invisibles que se llevan el gasto público sin educar en las clases…
– Apuesta por la evaluación de los profesores por parte de los directores y alumnos ¿no es una utopía?
– Más que una utopía, evaluar anualmente el sistema educativo es una extrema necesidad, dado el fracaso escolar en Andalucía y en España y los defectos de la titulitis y el desempleo juvenil. Pero esa evaluación tiene que ser realista, ateniéndose a criterios sencillos y escuchando a los padres y a los alumnos. Los directores pueden evaluar aspectos organizativos del centro, pero no de la enseñanza en las aulas, porque dejaron de hacerlo ellos; la inspección educativa es funcionarial y por tanto clientelar. Es que se necesita una evaluación externa, escuchando a asociaciones de profesores, de padres y madres, y de los alumnos pero de cada centro, no a nivel institucional-político. Dejemos que los padres decidan los colegios para sus hijos, así veríamos qué colegios están por debajo de sus expectativas y cuáles por encima. ¿Creemos en la libertad educativa o no?
– Después de cuestionar la vocación y labor como profesor de francés de Machado en sus breves conclusiones indica que fue “un verdadero maestro de orientar y motivar a sus alumnos sobre los problemas de España y del mundo” ¿Qué opinarían los padres de sus alumnos?
– Llevo años pasando a mis alumnos una pequeña batería de preguntas para que evalúen mi práctica docente, me indican mejoras y defectos y me ponen nota. Unos me dan un 6, otros un 8, otros hasta un 9, y otros menos. Muy pocos me suspenden, porque tampoco yo les suspendo. Por esto, no me considero un profesor extraordinario, sino normal y corriente, pero con ganas de motivar a mis alumnos a encontrar su camino profesional, sus vocaciones en la vida, dentro de nuestro contexto de España, Europa, Iberoamérica… Hace unas semanas acabé de leer de Julián Marías –el discípulo de Ortega y Gasset- su libro España inteligible. Estoy seguro que muchos padres no están de acuerdo con sus planteamientos desde el contexto liberal español. Pero ¿acaso deben los profesores pensar todos lo mismo? Cito una poesía machadiana: “Tu verdad no, la Verdad.Y vamos juntos a buscarla”. Como diría Ortega, maestro de Machado, cada uno tiene una perspectiva del mundo diferente (el “logos variopinto” machadiano), dado su contexto biográfico y social, pero las perspectivas pueden y deben yuxtaponerse y complementarse…para enriquecer nuestro presente y mejorar nuestro futuro. Ya decía Platón que el verdadero maestro es el que nos enseñar a ver; y creo que Machado fue un maestro extraordinario en la España de su tiempo y aún del nuestro.
– ¿Desea añadir algo más?
Claro, muchas gracias por el interés del periodista Antonio Arenas por en este libro; un sobresaliente por la labor cultural de Sala Nueva Gala, y un diez al diario IDEAL por su seriedad e imparcialidad informativa. Aprovecho para agradecer a sus lectores y a mis alumnos la oportunidad que nos ofrecéis de pensar en voz alta. Muchas gracias.
Título: ‘D. Antonio Machado, profesor. La educación en su época y en la nuestra’ Autor: Martín Ruiz Calvente Editorial: Grupo M&T Impresores Páginas: 215 Precio: 10 euros Presentación: Viernes, 6 de marzo, en Sala Cultural Nueva Gala (20 h) |