Desde mi experiencia profesional puedo decir que somos Europa, y somos mundo: la internacionalización no es ya únicamente un referente, sino también un hecho. Así lo he vivido en los distintos intercambios que he realizado con los alumnos y alumnas de los centros educativos de Näsbydalskolan, en Täby (Suecia) y de Roundhay School, en Leeds (Reino Unido); además de los propios intercambios entre profesorado, como auxiliar de conversación en el Lycée Marc Bloch, de Estrasburgo (Francia) y de Comenius, en el International Projects Centre de Exeter (Reino Unido).
Del 9 al 20 de marzo, en el marco del Programa ERASMUS PLUS, han realizado prácticas en nuestra Escuela de Arte un grupo de estudiantes de Polonia, dispuestos a aprender y a querer aprender. Vienen de la ciudad polaca de Tarnowie, donde viven y estudian en la Escuela de Arte de la ciudad. Gracias al Proyecto Erasmus Plus estos estudiantes pueden estar aquí, con nosotros. En total son 10 alumnos/as que han decidido, y han sido seleccionados para venir a conocer y trabajar en nuestra ciudad y nuestra Escuela. El primer día del programa de prácticas conocieron el Centro, los diferentes talleres y hablaron con el profesorado a fin de conocer el programa formativo de cada especialidad. Tal ha sido su interés en aprender algunas técnicas de trabajo que se han organizado y dividido, de común acuerdo, en tres grupos para incorporarse a los talleres de Dorado y Policromía, Esmaltado sobre Metales y Ornamentación Islámica.
El primer grupo de alumnos/as que realizan sus prácticas en el Taller de Dorado y Policromía lo forman las alumnas Daria y Agnieszka y el alumno Szymon. Daria aclara que la escuela de Arte de Tarnowie tiene unos 220 alumnos/as, y especifica que le ha gustado mucho aprender la técnica del dorado. “Hoy hemos aprendido cómo preparar la placa para después dorarla”. Agnieszka afirma contenta: “ahora sé cómo dorar los elementos, y creo que esto es muy importante”. Insiste en que está interesada en el mundo del Arte al igual que su compañera, también es su segundo año de estudios. Está muy contenta porque viven en la calle Panaderos, en el Albayzín, y todo aquí tiene mucho “encanto”: la ciudad, el trabajo… Szymon dice que ha aprendido mucho en su formación y que está muy contento de estar en Granada y en la EAG.
Para Alberto Gómez, profesor del Taller de Dorado y Policromía, es una satisfacción poder transmitir las técnicas del taller al alumnado polaco, y destaca la participación del alumnado del Ciclo Formativo para el desarrollo de las prácticas.
El segundo grupo de alumnos/as trabajan en el Taller de Esmaltado sobre Metales. Son tres alumnas, Julia, Martyna y Wiktoria. Julia está muy contenta, y comenta que ha aprendido en dos días de clase a hacer un esmalte. Explica los pasos: “primero hicimos un dibujo pequeño, como base para ponerlo en un metal que después se pone al horno”. Hemos acabado y realizamos otra base, dibujándola, para después poder hacer un collar, y saber cómo ponerlo al horno”. Martyna coincide con sus compañeros/as en que la ciudad y la EAG son muy bonitas, y añade que “mi escuela de Polonia parece mucho más vacía, porque aquí se ven todos los dibujos y los trabajos del alumnado por los pasillos, el ambiente parece así más agradable”. Wiktoria aclara que “estoy en esmalte, y no en dorado, porque me interesa más aprender esta técnica, y no se imparten estos estudios en mi escuela. Por eso, elegí esta opción de prácticas”.
Tatiana Cano, profesora que sustituye a Rocío Medina en Taller de Esmaltado sobre Metales, explica más detalladamente el proceso que han llevado a cabo: “El esmalte es un compuesto de vidrio que se trabaja sobre el metal, fundamentalmente trabajamos con cobre. Ese vidrio tiene un aspecto como si fuera azúcar de colores, y se aplica sobre las capas de metal, y se funde en un horno especial, en una mufla, entre 840 y 860 grados. Entonces, van trabajando por capas, primero trabajan el reverso, con un esmalte que se llama contraesmalte, lo funden, luego trabajan la parte de delante con una capa que se llama fundente, la cuecen también de manera individual. Yo he estado asesorándoles, pero ellas han realizado sus piezas. Ha sido un poco costoso porque hace mucho calor, pero lo han resuelto estupendamente. Después del fundente trabajan una capa de color. Han realizado también sus bocetos aquí en clase, el primer día que estuvieron, después de la presentación, y han ido aplicando los colores según el boceto, y otra vez fusión en el horno. Y ya lo que te permita tu imaginación…”.
El tercer grupo, formado por tres alumnas y un alumno, trabajan en el Taller de Ornamentación Islámica (El Ciclo Formativo de Ornamentación Islámica es único en Europa en su especialidad).
Aneta y Klaudia comentan que su sistema educativo es diferente al de España, y que después de los seis años de primaria hay tres años de educación secundaria obligatoria, y después de esos tres años, una educación secundaria superior, normalmente de cuatro años en la Escuela Técnica. Klaudia añade: “es difícil hablar aquí con la gente, porque la mayoría de la gente de España no sabe hablar inglés. Tenemos dificultades a la hora de comunicarnos en inglés, pero nuestro amigo habla inglés y español, y él nos ayuda a comunicarnos, o a la hora de encontrar algunas palabras”. No obstante, ambas comentan que la gente es muy amable, y la profesora también.
Con respecto al método de trabajo, ambas aclaran que al principio se les dio un diseño de Ornamentación Islámica, que han tomado como modelo. Les cuesta, a ambas, explicar en inglés el trabajo que han realizado y, ante esto, Carmen Esturillo, profesora del Taller de Ornamentación Islámica, explica el proceso que han seguido: el objetivo fundamental es “tallar la escayola y darle la forma”. Para ello, primero, diseñan el motivo ornamental y después, por medio de diferentes herramientas, irán tallando la escayola consiguiendo distintos motivos ornamentales: atauriques, lacerías, etc.
Tanto a Aneta como a Klaudia les resulta muy interesante este taller: “es una cosa que en ningún otro lugar del mundo podríamos aprender”, aclaran. “Ayer visitamos la Alhambra y entendimos cuánto esfuerzo y trabajo hay ahí, mucha dedicación y mucho tiempo. De hecho, escogimos este taller porque pensamos que era muy original y especial, nada común en este mundo”.
En el mismo Taller de Ornamentación Islámica realizan sus prácticas Jan y Dominika, en su cuarto año de estudios en la Escuela de Arte de Tarnowie. Tienen diferentes caracteres, mientras que Jan es más hablador y extrovertido, Dominika es más tímida y reservada. De hecho, prefiere no hablar por vergüenza y porque dice en polaco a su compañero que no maneja tan bien inglés. Jan Kukutka interrumpe su labor, intentando cortar el bloque de escayola, para comentar sus impresiones sobre el taller: “ahora mismo estoy tallando esta parte de dentro del bloque de yesería, y diferenciarlo del resto de tramos del mismo bloque. Y después lo vamos a policromar. Previamente a este trabajo hemos tallado una flor. Primero la profesora nos dio una fotocopia que nos ha servido como modelo, y luego hemos tenido que pulir y tallar para hacer esa flor en nuestro bloque de yesería”. Asimismo, añade: “encuentro esto muy interesante, porque Granada es la única ciudad que nos presenta este tipo de arte. Ayer visitamos la Alhambra y hemos encontrado la conexión entre lo que estamos haciendo y sus motivos ornamentales. Desafortunadamente no tuvimos mucho tiempo para fijarnos en todos los detalles, pero tomamos fotografías, y voy a estudiar al detalle esas fotografías en casa”. Con respecto a la ciudad y la EAG dice que “la gente aquí es muy agradable con nosotros. El clima es más cálido que en Polonia, aún no he tenido ocasión de ver el estadio de fútbol de Granada. En la Escuela de Arte hemos estado viendo los talleres, y también tenemos la oportunidad de practicar nuestro español”.
En definitiva, desde el punto de vista profesional, y también desde el personal, podemos ver que este tipo de intercambios educativos internacionales presentan una gratificante y reconfortante situación laboral y social en la que ambas partes se nutren de intereses comunes, un proceso de enseñanza-aprendizaje cooperativo y, en general, productivo. El interés suele ser mutuo, y como producto encontramos una experiencia que deja en nuestro ser un grato recuerdo. Los idiomas, por tanto, se muestran como útiles herramientas de y para este trabajo.
(*) Juan Antonio Carrión Martín es profesor de idiomas en la Escuela de Arte de Granada
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