Este profesor de instituto con 25 años de experiencia que en la actualidad enseña Lengua y Literartua en el IES Ilíberis reconoce que no concibe la vida sin la escritura, de hecho escribe prácticamente todos los días, pues “sí no escribo me falta algo”. Desde que publicó su primera novela en 2001, ‘Nunca será la muerte como un hombre dice’ no ha dejado de escribir y ya ha dado a la imprenta siete novelas a pesar de que su gran debilidad sea la poesía que suele incluir salpicada en su obra narrativa donde igualmente destacan las descripciones. “La descripción en una de mis señas de identidad” nos aclara al tiempo que la considera que “es una de las modalidades más difíciles de cultivar”.
También que “es un arte que para conseguirlo hace falta sentir el paisaje” afirma este escritor que echa en falta en la literatura española ese tipo de descripciones “sobre todo en las novelas actuales. El paisaje aparece como un simple decorado con apuntes muy rápidos y no hay ese sentimiento del paisaje que sí existió en otras épocas de la literatura como en la generación del 98 con autores como Unamuno, Azorín, e incluso, en la generación siguiente con uno, para mí tal vez el mejor paisajista de la literatura española que es Gabriel Miró. Yo creo que este autor es el mejor ejemplo de paisajista. Lo leo muchísimo me fijo mucho en él y es de quien más he aprendido este arte de la descripción”.
Escenarios y viajes
Lecturas y cualidades que se aprecian en su primera historia fantástica cuyos escenarios descritos recordarán a muchos lectores paisajes del entorno de Granada. En este sentido aclara que ‘la idea de escribirla surgió de una conversación con mi hija de 16 años a quien le gusta mucho leer novelas fantásticas. Así surgió ‘Taifar’ que es un reino fantástico que recuerda el de Granada en su paisaje, en su ambiente, su atmósfera. He creado una historia basada en ese lugar, de tipo fantástico en el que aparecen seres propios de la literatura de este género como hadas, náyade, elfos,… y que conviven con otros personajes sacados del plano de la realidad”. Obra en la que está muy presente el viaje no sólo físico sino también espiritual y que concluye con el triunfo de la magia sobre la realidad. Muchas obras literarias, aparte de la literatura de viajeros, se basan en el viaje como elemento organizador de esa historia. Está presente en muchos libros como la Biblia, la Odisea, El Quijote, es también un viaje.
“Mi novela se basa en un viaje iniciático de un joven que es a la vez físico y espiritual que va conociendo y experimentando cosas nuevas. Uno viaja y van apareciendo esos paisajes, se va sintiendo, se va cambiando también conforme se viaja. Yo creo que el viaje es muy importante está en la base de la literatura”. Al decir de su hija de 16 años admiradora de Tolkien, además de una de sus primeras lectoras y gran crítica, los personajes de Pedro “nos son grises si no que son todos o blancos o negros, no hay personajes en los que conviva el mal y el bien”.
Pedro Ruiz-Cabello empezó a escribir poesía con apenas 17 años. Primeros poemas que envió al programa ‘Poesía 70’ de Juan de Loxa y que para su sorpresa fueron leídos. Más tarde publicaría artículos en la revista ‘Extramuros’ donde continua realizando colaboraciones, especialmente artículos sobre libros, en especial de poesía. Desde la entrada de nuevo milenio ha escrito siete novelas: ‘Nunca será la muerte, como los hombres dicen’, que tardó siete años en escribir, seguida de ‘El poeta enamorado’, ‘Luz que nos une’, ‘El amor que nos queda’, una novela de corte romántico y más tarde ‘Elvira, la voz de un ángel’, una novela de carácter autobiográfico en la que cuenta su infancia hasta los 15 años, ‘La fuente del alma’ y, por último, ‘Taifar’ que le ha salido “a golpes de inspiración”.
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Título: Taifar Autor: Pedro Ruiz-Cabello Fernández Editorial: Nazrí. Colección. Cadí Págs: 198 Precio: 15 € Presentación: Lunes, 13 de abril, en la Biblioteca de Andalucía (Sala Val de Omar). Le acompañarán el catedrático, Miguel Jiménez; la actriz, Fabiola García Montijano y el editor, Paolo Remorini
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