Lo primero que llama la atención de este pintor que guarda cierto parecido físico con  Michael Douglas  es el número de exposiciones nacionales e internacionales, especialmente China y Japón.  En el país nipón  ya ha realizado tres exposiciones y ahora está entrando “bastante fuerte” en Norteamérica y Rusia lo que le ha permitido descubrir que «el paisaje es algo que no tiene fronteras. Las fronteras las ponemos los humanos». Como anécdota cuenta cómo en Japón le han preguntando si se trataba de  paisajes de aquel país. La muestra de Millenium está compuesta por 30 óleos sobre lienzo principalmente de paisajes otoñales. “El tema del otoño para mi fue un agradable descubrimiento ya que un principio me daba miedo trabajar con colores tan fuertes pues voy a buscarlos a los mejores sitios para encontrar ese color, esos amarillos y rojos”, explica tras lo que añade que “sin darme cuenta la gente me ha metido por ese camino y cuando hago exposiciones son los temas que más gustan”. Aunque prefiere que vean un poco de toda su trayectoria donde hay paisajes con nieve y ríos que se convierten en espejo y reflejan el colorido de la arboleda,  termina siendo el otoño “lo que más impacta”.

 

También pretende que los visitantes salgan contentos de sus exposiciones a los que intenta transmitir sensaciones agradables de las naturaleza.  “Me gusta que cuando alguien vea mis cuadros sienta añoranza por salir al campo a pasear, disfrutar del otoño, los ríos, el olor a hierba…  Eso lo siento y lo plasmo en mi lienzos e intento transmitirlo”, añade. Después explica que sus oleos se consiguen a base de “mucho trabajo, de insistir, equivocarse, rectificar,… de observar mucho la naturaleza”. También nos desvela su forma de hacerlo: “Suelo sentarme al lado de un riachuelo y me quedo horas observando el color. El pintor mira con mirada de pintor, mientras una persona ve la totalidad del paisaje, yo estoy viendo colores, matices, formas de trabajar, y todo eso después intento plasmarlo en el estudio. Evidentemente el oficio hace mucho. Yo llevo pintando paisajes desde los 16 años por lo que llega un momento en el que  intentas mejorar y perfeccionar más tu trabajo. Yo continuo pensando que puedo mejorar mi pintura”. 

 

 

A modo de presentación el catálogo de Milenium Gallery lleva un texto del crítico de arte, Josep María Cadena perteneciente a una exposición de la Sala Rusiñol de Sant Cugat, en Gerona, y que ha utilizado como presentación pues “puso unas palabras que se identifican bastante con mi manera de pensar”. Concretamente el crítico afirma “sus ojos interpretan lo que ven, pero el resto de los sentidos, siempre despiertos, le permiten dar una amplia representación de lo que es permanente en la memoria y después del disfrute de unos instantes. Y cuando llega a este punto por medio de sus obras, es cuando mejor cumple con su misión de pintor hacia los demás, ya que nos hace partícipes de lo que ha querido conocer y nos ayuda a que sean más factibles las propias formas de mirar”.

 

Durante la presentación el director de la sala, Alberto López, además de agradecer la asistencia al números público asistente reconoció que “aprendo a observar las cosas bonitas de la vida a través de la pintura de artistas como Miguel Peidro”. Por su parte el pintor indicó que “mi pintura no necesita libro de instrucciones.  Hay pinturas que te has podido quedar pensando que ha querido decir un pintor pero en mi caso está claro. No trabajo para que la gente piense sino para que sienta . Tengo la suerte de unir dos pasiones como son la naturaleza y la pintura de paisajes. Lo único que espero es que ante mi pintura sintáis lo mismo que yo sentí al pintarla”. En respuesta a una de las asistentes que le interrogó sobre cómo consigue el realismo del agua -curiosamente la pregunta más reiterada en el libro de visitas de la web del pintor- éste respondió: “el peor enemigo que puede tener un pintor es creer que lo hace bien. Siempre te tienes que dar cuenta de que te equivocas e intentar cada vez mejorar, unas veces se consigue y otras no”.