– ¿Conoce Granada? ¿Ha estado con anterioridad en la ciudad de la Alhambra, con qué motivo?
Sí, un poquito. Estuve en Granada una vez hace más de diez años. Vine con dos amigos y sólo nos quedamos tres días, pero recuerdo muy bien aquel viaje. Creo que nadie olvida la primera vez que visita la Alhambra. Para mí fue muy impactante. También estuve paseando por Sierra Nevada y me acerqué hasta la Casa de Lorca, un lugar donde soñar, la morada de un genio. Guardo muy buenos recuerdos de esta ciudad.
– ¿Qué supone para usted esta presentación en Granada?
Para mí significa mucho estar aquí. De todas las ciudades preciosas que hay en Andalucía, sólo he visitado Granada. El hecho de que la editorial que ha apostado por mi novela tenga su sede en Granada fue una coincidencia muy especial. En aquel momento, me despertó un gran deseo de volver a una ciudad que parece tener la intención de formar parte de mi vida. También es muy significativo estar aquí para presentar el proyecto más difícil que he afrontado en mi vida: convertirme en escritora de manera profesional. Hace dos años decidí marcar un paréntesis en mi vida para dedicar todo mi tiempo y esfuerzos a trabajar el texto que hoy es Piedras para un puente. Dejé mi trabajo y aposté por este proyecto por el que sigo luchando para que llegue a los lectores. Para mí, presentarlo aquí tiene mucho valor. Además, es una gran oportunidad para descubrir rincones y lugares que no pude descubrir aquella vez, a mis 19 años.
– Tras la presentación y firma de ejemplares en el Día del Libro en Barcelona ¿qué opiniones le están llegando acerca de su opera prima?
La verdad es que el libro salió de imprenta a principios de abril, así que todavía no hay muchas personas que lo hayan leído. En Barcelona, la presentación fue muy bien, ya que los asistentes salieron con una sonrisa, satisfechos de llevarse el libro bajo el brazo y con grandes expectativas de zambullirse en una buena historia. La firma de ejemplares en Rambla Catalunya fue una experiencia muy enriquecedora. Estar en la calle, en contacto directo con el público, hablar con ellos, ver en vivo cómo el libro despertaba su curiosidad a partir de la portada o la sinopsis es algo que no se olvida. Para mí fue muy enriquecedor y la manera más bonita de entregar el libro a sus lectores. La verdad es que me gustaría que este libro le gustase a todo el que se anime a leerlo, pero lo que más me ha importado desde que lo empecé a escribir hasta que lo terminé ha sido que aporte algo a cada lector y que este sienta que ha hecho bien dedicándole su tiempo.
– ¿Qué es ‘Piedras para un puente’: novela, ensayo, tratado filosófico, libro de autoayuda,…? ¿A qué tipo de lectores va dirigida esta obra?
La base de la novela es un tratado filosófico que trata de hacer el protagonista, Pedro, profesor de Filosofía en la Universidad de Salamanca. Cansado de vivir en una sociedad afectada por una crisis de valores, se propone seleccionar y argumentar diez puntos clave para restaurar la felicidad que cree que se ha esfumado a su alrededor. Escogí mezclar el formato de ensayo con narrativa para captar al lector con una historia. Para ello intervienen personas del entorno de Pedro y se crea una trama tensa que se va complicando hasta el desenlace. Para amenizar y cohesionar la estructura, Pedro introduce ejemplos cotidianos y observaciones personales que ilustran sus propuestas. Es una obra dirigida a cualquier persona con curiosidad e interés por la reflexión de manera distendida. Hay quienes se sentirán atraídos por el contenido filosófico, otros por la trama, otros por los personajes. Pero en general, es un libro que habla sobre la evolución de las personas, nuestra manera de pensar, nuestras interpretaciones, nuestras emociones, nuestros propósitos en la vida, el significado de nuestras acciones, nuestros errores, nuestra cobardía, nuestra valentía, lo que nos mueve y lo que no.
– Además de la edad, ambos son treintañeros y cosmopolitismo, ¿Cuánto tiene en común con su protagonista, Pedro Ferrer Gavaldá?
Principalmente lo que nos une es el deseo de acercar la Filosofía a un público amplio, liberarla del mundo académico donde parece haberse estancado. Hace tiempo que pienso que debería estar más a mano de todo el mundo y de cualquiera que esté dispuesto a pensar. Comparto con Pedro el objetivo de simplificar conceptos, hacerlos más cercanos. Pero hasta ahí llega mi intención. Pedro es mucho más ambicioso y provocador. Él busca una reacción en el lector, él espera despertar en la gente el deseo de luchar por hacer de este un mundo mejor. Pedro quiere que su manifiesto sea una empenta que nos lleve a cambiar lo que no nos gusta de nosotros mismos y del mundo, aunque tengamos opiniones distintas a las suyas.
– ¿Ha puesto en práctica los diez puntos recomendados para rescatar la felicidad?
Pues creo que los he probado todos en algún momento, sí. Los más duros para mí son la Perseverancia y el Optimismo. Quien me conoce dirá que soy una optimista de pies a cabeza, pero eso no quiere decir que no me cueste trabajo mantenerme ahí, en la brecha, el mayor tiempo posible, a pesar de lo que me venga encima. Perseverar es casi una consecuencia del optimismo, no te rindes si sigues creyendo en aquello por lo que luchas.
– ¿Si tuviera que elegir uno o dos con cuáles se quedaría?
Elegiría Sonreír y Educación. El primero lo intento aplicar todo lo que puedo. Lo llevo haciendo tanto tiempo, que es algo automático, sonrío sin pensar y siempre me hace feliz. El capítulo de la Educación engloba muchísimas cosas y coincido en muchos puntos con lo que dice Pedro. Además creo que una de las cosas que nunca deberíamos dejar de hacer es estudiar. Nunca deberíamos dejar de aprender, de despertar y nutrir nuestra curiosidad.
– ¿Con qué autores/pensadores considera que tine una mayor deuda contraída a la hora de componer esta historia?
Si tuviese que escoger a uno, probablemente sería Michel de Montaigne. Sus ensayos me apasionan. Me quedaría con Heráclito, Demócrito, Epicuro, John Stuart Mill, Popper y Victor Hugo, que no aparece en el libro, pero es una figura de inspiración por sus ideas sobre la revolución social y la política.
– ¿Cómo ha sido el proceso de su redación?
Pasé un tiempo en Salamanca, donde me documenté y me entrevisté con varios profesores de Filosofía. Me instruí en historia de la Filosofía. Investigué y estudié los movimientos filosóficos, junto con los pensadores más representativos de estos. A partir de aquí, hice una selección de lo que más me convenía para el perfil de Pedro y así surgió la lista que él defiende para rescatar la felicidad. Fue una experiencia muy intensa.
– Se ve que es muy bien nacida, dada la larga relación de agradecimientos: profesores de Universidad, de cursos de escritura y de autores de todas las épcoas, incluido el dibujante granadino Juanjo Guarnido, qué le ha llamado la atención de éste, ¿alguno granadino más?
Soy lectora y admiradora de Blacksad. A finales de 2013 salió el último tomo, Amarillo, y hubo en París —donde resido— una exposición de las ilustraciones de Guarnido. Allí tuve la suerte de poder saludarle y agradecerle su trabajo. No supe que era de Granada hasta mucho más tarde, cuando por curiosidad busqué su trayectoria cuando decidí añadirlo a mis Agradecimientos. Es otra gran casualidad que me une a esta ciudad. No sé si entre los demás autores que admiro se esconde alguno de origen granadino, pero ahora no recuerdo ningún otro… Bueno, quizá debería nombrar a José Antonio Cordón García, profesor titular de la Universidad de Salamanca, una de las personas que intervendrá en mi próxima presentación en la Casa de las Conchas, en Salamanca, el 15 de mayo. Esta semana me comunicó que es granadino. Alguna fuerza hay en esta tierra que se empeña en atraerme y seguirme los pasos y no lo ignoro. Me parece fascinante.
– ¿Desea añadir algo más?
Me gustaría agradecer a este diario el interés por Piedras para un puente y la oportunidad que supone esta entrevista para mí.
Soy feliz por estar en Granada y desearía contagiar a los demás, aquí y allá, este sentimiento y las ganas de luchar por los sueños que nos mueven.
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Título: Piedras para un puente Para saber más: Web de Laura Muñoz |