Una corona de espinas aparece en la portada del primer libro que este licenciado en Derecho, y con algunos estudios de Teología, publica con el sello editorial de Dauro. Espinas en clara referencia a la primera parte de este libro de relatos (17 en esta primera parte que da título al volumen, ambientados en la Vega granadina, principalmente en Chauchina y sus alrededores y 62 en el segundo bloque publicados bajo el título genérico de ‘La llamada’). Con anterioridad este funcionario de Administración Local ha entregado a la imprenta obras en prosa como ‘Otoño’, ‘Sueños de la Alhambra’, ‘Estampas granadinas’, ‘Paisajes y Costumbres del Valle de Lecrín’ y la novela histórica ‘Memoria de entreguerras y el secreto de la mina de oro’. A ellas hay que añadir su obras en verso ‘Poemas inéditos’, ‘Poema del Alba’, ‘Luces del arco iris’, ‘Remembranza’ y ‘Brocal del Pozo’.
“Llevo escribiendo poesía desde que era pequeño y un poco después comencé con la prosa. Tenía varios relatos escritos y a la hora de darle un título pensé en un nombre simbólico como ‘Relatos del Espino’ y relatos de ‘La llamada’”, indica ante de añadir que “el hombre a la hora de creer y de crear literatura siente como una llamada. Entonces la literatura es un vehículo de comunicación consigo mismo y con los demás, una manera de compartir ideas, estética, contenidos, espiritualidad,…” Para Ortega es “una manera de dibujar las cosas”, pues de la misma forma que el pintor dibuja con el pincel, el escritor, con mayor o menor maestría, recrea la vida y en muchos casos, como decía Unamuno, la intrahistoria de cada uno. “El escritor es como un notario que está recogiendo la vida de la sociedad de su tiempo y, en definitiva, lo que yo quiero es aportar ideas y soluciones. En este aspecto invito a la gente a que no desespere, a que existen los milagros”, añade.
Igualmente nos aclara que comenzó a escribir a los 11 años cuando le ocurrió un suceso singular ya que le vino de golpe la inspiración de una serie de poemas. Poemas que su maestro consideraba había copiado por lo que le dio una nota mediocre lo que le llevó a plantearse preguntas del tipo ¿por qué surge la inspiración¿, ¿por qué Dios te ha dado o has nacido con esa capacidad? A lo que responde: “Yo creo que ésta la tengo y me es fácil comunicarme, sentir, estar inspirado, sugerir ideas, e incluso, presentir e intuir cosas. Está ahí y es una cualidad que te impulsa a escribir , a innovar y aportar ideas”. En referencia al primer bloque de relatos aclara que “cuando hablamos de la palabra milagro no tenemos que entender un milagro exclusivamente como un hecho sobrenatural sino que un milagro también es que la gente cumpla con su deber, que creamos en construir un mundo mejor, que procuremos ser como niños -en la obra hay guiños a ‘El Principito’ de Saint Exupéry- , que creamos que la sociedad puede cambiar y no solo sea vivir en un mundo de intereses y de prisas, que haya gente que trabaje de corazón y buena voluntad”.
Milagro
Esta primera parte hace referencia de forma apócrifa no al milagro original que ocurre en Chauchina el 9 de abril de 1906 en el que se le aparece la Virgen a doña Rosario Granados Martín, sino a un nuevo relato figurado en el que la Virgen se le aparece a un mendigo y a partir de ahí con un mensaje de la Virgen una niña es curada. Añade que “ocurre un milagro que aprovecho para evocar la realidad sobrenatural de las ninfas de la Vega, las hadas, el paisaje de la Vega, el camino de la Torre de Romilla, en definitiva, el paisaje de nuestra Vega granadina que es un patrimonio universal y de todos. También Sierra Elvira es un lugar importante”. En cuanto a la segunda parte se trata de relatos relacionados con Sierra Nevada, el Valle de Lecrín, el río Monachil, con sucesos algunos ocurridos al propio autor o su círculo de familiares o personas de su entorno, en los que trata de unir “los elementos paisajísticos y del hombre con una perspectiva de crear imágenes, de ensueños románticos, de que el hombre tiene que vivir más allá de su realidad rutinaria”.
Ortega considera que “muchas veces vivimos en la ciudad, en medio del ruido de los coches y de las prisas y nos olvidamos de que el hombre es parte de la Naturaleza y está llamado a vivir con los árboles, los pájaros, las flores,… Hay una llamada a la Naturaleza que reivindican muchos movimientos, lo que pasa que es que la vida consumista o hedonista que nos predican desde la televisión pero como eso no da dinero por eso se aparta”. En cuanto a los receptores principales de su obra indica que “han de ser lectores con una gran espiritualidad y creencias religiosas, aunque también está abierto a cualquier persona que tenga sensibilidad”.
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Título: Relatos del espino
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