Conocimos a Serafín Martínez, natural de Cuevas del Campo, gracias a su paisano Ángel García Tamayo, amante de los coches y pieza fundamental en esta sección que acaba de arrancar en el suplemento DVM. Con él nos desplazamos hasta el kilómetro 431 de la Carretera de Córdoba donde se encuentra ‘La Casa de las Mamparas’. Cuando termina de atender a unos clientes nos lleva hasta el lugar donde guarda su tesoro: un impresionante Cadillac Eldorado con cerca de 40 años que compró hace un lustro y que protege con una funda de tela. Lo descubre, arranca a la primera y lo saca al exterior para darnos un pequeño paseo hasta la cercana rotonda de Mercagranada. Sorprende por sus dimensiones exteriores y también por su capacidad y acabado anterior. El asiento delantero permite que vayan dos personas junto al conductor.
“Lo adquirí por Internet hace unos cinco años y después de haberle dado unos repasos al motor que es lo único que no funcionaba perfectamente, lo disfruto los fines de semana,” nos cuenta de entrada este amante de los coches americanos al que le gusta completar el atrezzo colocándose al volante con su sombrero vaquero mientras en la radio original, como no podía ser de otra manera, suena la típica música country. Después continua dándonos detalles de este Cadillac Eldorado matriculado originariamente en 1975 y que arreglarle el motor lo matricula en España. Según la aplicación Fecha Matrículas Españolas que también nos ha facilitado Ángel García Tamayo, y que permite saber la fecha de matriculación y antigüedad cualquier vehículo, el Cadillac aparece como matriculado en el año 2000 y, por lo tanto, con 15 años.
“Me costó mucho trabajo matricularlo por motivo de los cinturones de seguridad pues son distintos a los que hoy se llevan” cuenta a la hora de explicar el proceso para que pueda circular por las carreteras granadinas ya que suele utilizarlo los fines de semana “para mi disfrute y el de mis amigos”, aunque también le ha dado algún uso excepcional como cuando llevó a su hija en el día de su boda. Confiesa las “inmensas ganas” de tener un vehículo como éste desde que siendo joven los veía en las películas americanas. Renglón seguido nos hace partícipes de sus características: “es un 8.200 cc, gasolina, inyección y pese a los años que tiene todo es electrónico, elevalunas y aire acondicionado”. A propósito de estas prestaciones señala que fueron “una sorpresa lo que tenía en relación con nuestros coches de aquellos años”. En cuanto a los asientos de piel y resto de equipamiento afirma que “todo es original, no tiene puesto nada que no sea suyo”.
Como buen cueveño siempre que puede se escapa a su pueblo distante de Granada poco más de cien kilómetros pese a que “se nota mucho en el bolsillo” pues cada vez que lo hace, especialmente durante las vacaciones estivales le sale el viaje por “ciento y pico de euros, pero sarna con gusto no pica”. Cuando regresamos de nuevo a la nave, Serafín levanta el capó para demostrarnos la estabilidad del motor para lo que coloca de canto una moneda sin que se caiga. “Me extraña tanto que un motor tan grande, 8 cilindros de gasolina, suene tan redondo y tan suave”, manifiesta con orgullo este empresario que afirma contar con un buen número de anécdotas relacionadas con su singular vehículo pues cuando lo aparca en cualquier sitio todo el mundo quiere hacerse fotos a su vera. “A mí me encanta que llame la atención. Un día que iba por el Camino de Ronda, en Granada, de pronto se paró un autobús lleno de viajeros y se bajó el conductor para hacerse fotos. Ha habido veces en las que me ha parado la guardia civil para felicitarme por lo bonico que es el coche en lugar de para pedirme los papeles, por ese particular tengo un poquillo de ventaja”, comenta con humor. También nos cuenta que hace poco participó en una concentración de vehículos históricos en Motril donde vio uno igual pero de color rojo. “No conozco a nadie en Granada que tenga otro igual” comenta antes de despedirnos no sin antes fijarnos en el logo, que además de en el capó lo encontramos en los ceniceros, volante,..
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Un apellido francés para un coche genuinamente americano
El logo y denominación de Cadillac proviene de la corona del explorador y oficial del ejército francés, Antoine de la Mothe Cadillac, que en 1701 fundara la ciudad de Detroit. La corona indica la herencia real de los Cadillac y el espíritu de los pioneros de esta industria que convierte a esta ciudad en centro mundial de la producción de automóviles durante el siglo XX. William H. Murphy y Henry M. Leland , fundadores de la Cadillac, empresa automotriz, rindieron homenaje al francés mediante el uso de su nombre para su empresa y sus escudos de armas para su logotipo en 1902. El Cadillac Fleetwood Eldorado Convertible de 1971 toma la parte delantera a partir del modelo anterior con faros redondos colocados en unidades cuadradas, una rejilla rectangular y guardias verticales en los parachoques. Recuerda al Eldorado de 1953, que tenía un alerón trasero de cromo. Fue el coche que usó Richard Nixon en su visita a las Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1972. Entre los clientes de esta firma de automóviles se contaron el rey del rock, Elvis Presley, y su compatriota el pianista y cantante, Jerry Lee Lewis. Próxima semana: Javier Dolz y su Chevrolet Camaro |
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