Lamentablemente ha vuelto a ocurrir, unos vándalos han vuelto a entrar en el Parque de la Fuente y han acabado con la vida de una veintena de patos que habitaban en el pequeño lago del recinto. Esta es la segunda ocasión que lo asaltan y matan animales, dándose la coincidencia de que precisamente en esta semana se está desarrollando la I Semana de la Aves de la Villa.
Algo realmente pasa en esta sociedad y en este mí pueblo, para que unos desalmados ataquen sin piedad a unos pobres patos, que eran la seña de identidad de críos y padres que acudía diariamente a echarle pan. Si hace unas semanas las víctimas fueron las aves o conejos de las jaulas las que acabaron destrozadas por el ataque de unos perros introducidos por los delincuentes; en esta ocasión han sido los patos del pequeño lago situado en el centro del recinto los que han resultado muertos o destrozados.
En Salobreña, no existen las casualidades, solo hay un propósito que aún no hemos comprendido, porque todo pasa por algo, para enseñarnos una lección, para descubrir quiénes somos en realidad, para ayudarnos en lo que deseamos alcanzar o para mostrarnos un camino mejor; pero que alguien me diga qué se pretende con esta matanza y esta barbaridad.
Aunque aún no se conoce con exactitud los hechos y la causa, sí el resultado: los animales que viven en el parque y que suponen un gran atractivo para los visitantes y vecinos del lugar han sufrido de nuevo un ataque brutal en menos de dos meses después que unos desalmados utilizaran perros para matar a varias aves en pasado mes de febrero.
La periodicidad de los ataques es cada vez mayor pero se ve, que como son patos, a aquí nadie hace nada ni nadie pone los medios para que esto se erradique de una vez por todas. Salobreña se merece un trato mejor y sobre todo nos merecemos salir en los periódicos para alabar nuestras bellezas y virtudes que por supuesto, también tenemos.
Por eso decía al principio que no tenemos arreglo, al menos han quedado tan solo tres patos silvestres disfrutaban de una calma siniestra, ajenos a la ejecución que sufrieron sus congéneres que en mi egoísmo de animal racional quisiera pensar que no vieron tal matanza y de ahí su calma. ¡¡NO AL VANDALISMO ANIMAL!!
Antonio Luis Gallardo Medina
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