Su última actuación fue en la clausura de las jornadas de buenas prácticas del Centro del Profesorado (CEP) de Granada. Llegaron, ensayaron y dieron su pequeño concierto. Entre el público, además de los docentes de la actividad formativa, muchos familiares y amigos, seguidores incondicionales y la superiora que aplaudía y animaba como el que más, entre abrazos y muestras de cariño de los alumnos y usuarios de este centro. No es para menos, merece la pena ver y escuchar a Mikel (leáse Maikel) interpretar varios temas de su admirado Miguel Ríos o a Antonio, con su chupa de cuero, hacer otro tanto con temas de Jarabe de Palo,’como Nadie merece tus lágrimas’ o el original ‘Más chulo que un ocho’ tarareado por todos los presentes: «Hoy soy el protagonista y quien manda en esta canción/ Hoy soy más chulo que un ocho y aquí mando yo/ Hoy soy el jefe, ordeno y te mando pasarlo mucho mejor/ Si no haces caso estarás despedido… Adiós, adiós».
«Utilizamos la música con mucha frecuencia en nuestro trabajo. Prácticamente todo el día porque pensamos que ayuda mucho tanto a la generación de movimiento como a la relajación y otros aspectos motores» explica el psicomotricista de este centro, Roberto Martínez Porcel, quien comparte escenario con los alumnos y usuarios pues toca «un poquito la guitarra y a los chicos les gustaban que les tocara algunas canciones. Poco a poco hemos ido dándole forma al proyecto hasta que en 2012 coincidiendo con unas jornadas de innovación que hacemos en nuestro centro presentamos el proyecto que se llama ‘Música desde dentro’. Ahí empezó nuestro trabajo con la música que surge como una necesidad de apoyar lo que hacemos en la sala de psicomotricidad donde se trabajan aspectos como la coordinación, el ritmo, la expresión corporal y otra serie de aspectos que pensamos que con la música pueden mejorase».
Por su parte Mª Ángeles señala que «el proceso del proyecto lo he vivido con mucha ilusión y orgullo. Nace para desarrollar una serie de habilidades y porque creemos que la música es algo que a ellos les trasmite mucho. Lo que me ha sorprendido a medida que se ha ido desarrollando el proyecto es como despliegan todas las posibilidades que tienen. De personas que en algún momento no se valoran a sí mismas porque creen que no son capaces de hacer cosas y cuando se ponen con un instrumento o cantan una canción son capaces de crecerse y demostrar lo mucho que pueden hacer». Por ello como responsable del centro continua apoyando este proyecto en la medida de sus posibilidades, facilitando los recursos y los tiempos que en muchos momentos necesitan para poder llevarlo adelante. Roberto señala que «es un proyecto muy dinámico y cambiante a la vez pues dependemos de los alumnos que tenemos en el centro», alumnado que va creciendo y que conforme cumplen la edad en la que acaba su etapa en el colegio se marchan por lo que tienen que volver a comenzar.
Integrantes y repertorio
En su inicios participaron en este proyecto ocho profesionales y cinco alumnos y usuarios, alumnos porque están en la etapa escolar hasta los 19 años y usuarios porque pertenecen a otros pabellones que tienen dentro de la Fundación como pueden ser el Centro Ocupacional, Unidad de Día o la Residencia de psicodeficientes. «Conforme ha ido pasando el tiempo va disminuyendo el número de profesionales y aumentando el número de participantes que cada vez van siendo más autónomos e independientes. Este es también el objetivo de este proyecto que ellos vayan tomando las riendas», añade. En la actualidad continua participando tres profesionales que se ocupan de los instrumentos de cuerda porque son más complicados para ellos, aunque ya cuentan con un chico que se está iniciando en el bajo.
Por su parte los alumnos se ocupan de las percusiones, teclados y voces. Así, hay un chico que está tocando la batería que ha comenzado este año y ha sustituido al profesional. Carlos que apunta maneras pues está cogiendo los esquemas rítmicos bastante bien y en los que están poniendo parte de su cosecha. Otro chico que toca también percusión a nivel de timbales y algunas veces el teclado, y tres cantantes, dos chicos y una chica que son Antonio que tiene mucha «culpa» de que comenzara este proyecto al que le gusta mucho el grupo musical ‘Jarabe de palo’. También está Mikel que es un fanático de Miguel Ríos, asiste a sus conciertos, se sabe todas las canciones y tiene toda sus discografía. La tercera vocalista es Bea que interpreta varias canciones. «Partimos mucho de los intereses de los chavales. Ellos son los componentes y la verdadera alma del proyecto», puntualiza.
Los ensayos los realizan los martes de 12 de la mañana hasta las 14,30 horas, dentro del horario de psicomotricidad que abarca a todos los alumnos del colegio. Han buscado «un huequecito» en el ya apretado horario y calendario semanal y les supone una motivación extra con la intención de que el proyecto vaya cogiendo forma y ampliando a más chavales. Se realizan al lado de la sala de psicomotricidad donde se ha habilitado un local para ello. Gracias a esa preparación ya ha llevado a cabo actuaciones, tanto a nivel interno como para cualquier tipo de público. Así el primero fue en 2012 en el centro de las Hermanas Hospitalarias de Ciempozuelos (Madrid) con motivo de la celebración del centenario de la muerte de su fundador donde acudieron con este proyecto de música y otro de títeres. A él le siguió otro en su Casa de Málaga con ocasión de un congreso al que acudieron como cierre musical del mismo. Fuera de su contexto intervinieron en 2014 en una muestra de artes escénicas de Granada Joven en el Distrito Centro Beiro y, el último, ha sido el celebrado en el CEP de Granada.
Actuaciones que les están sirviendo para mejorar la comunicación, incrementar la autoestima, mejorar el desarrollo psicomotor pues se trabaja el ritmo, la coordinación, la expresión corporal, también las habilidades sociales ya que tienen que enfrentarse a un público y ser capaces de transmitir la energía de un concierto en directo. Por ello, concluyen « es positivo por la inclusión que nos brinda cuando se nos invita a cualquier otro sitio fuera del centro ya que nos hace visibles lo cual es muy importante para nuestro colectivo y para ser ciudadanos de pleno derecho como el resto de personas». Roberto señala también que «el concierto es el producto pero a nosotros los que nos interesa es el proceso en el que se trabaja y se ve la evolución de los chicos, manifiestan esas emociones y ves que merece la pena creer en ellos y darles la oportunidad».
El único requisito que piden para actuar es que se le facilite «un equipo de sonido medio en condiciones, dependiendo del sitio donde se vaya a tocar, si es exterior o interior, y que tengan ganas de vernos». El repertorio con que han contado en los últimos años ha sido de siete u ocho canciones, principalmente temas de Jarabe de Palo pues a Antonio le gusta mucho el tema ‘El lado oscuro’, y de Miguel Ríos, como ‘Todo a pulmón’ que Mikel habitualmente dedica a su madre, que suele acompañarle en los conciertos, ‘Vuelvo a Granada’ y ‘Bienvenidos’. Antonio Ariza ha compuesto algunas de las letras que tienen que ver con la vivencia particular de los chavales y lo que se «cuece» dentro del centro, como es el tema pop ‘Purísima Concepción’ que lo canta de una forma muy linda, Bea. Otro tema como ‘Soy más chulo que un ocho’, haciendo honor a la expresión corporal y a lo que quieren transmitir con el concierto, y una de las canciones que está dando fuerte es ‘Nuestra banda de rock and roll’ con la que acaban el concierto y cuenta como se prepara el concierto y lo bien que se lo pasan. Para contactar con ellos pueden hacerlo llamando a la Fundación Purísima Concepción, teléfono 958 150211 y preguntar por la superiora Mari Ángeles o por Roberto Martínez.
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Los protagonistas opinan |
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Antonio, tiene 30 años y lleva tres en la banda. Afirma que quería cantar en un grupo y «al final lo he conseguido, gracias a muchas personas como Roberto, Tais, Antonio Ariza, Sheila que los tengo en mi corazón». También cuenta que antes de actuar «hacemos un ensayo para que no nos dé vergüenza y para ver si suena bien o falta algo. Cuando estoy en el escenario siento toda la fuerza y energía del rock and roll».
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Mikel. También lleva tres años e indica que «la música es lo mio. Me gusta el rock and roll y soy muy fanático de Miguel Ríos». También declara que «se me va a uno la olla con la guitarra y el micro. El grupo es como una familia, salimos a distintos sitios y me lo pasa supergenial». |
| Bea, tiene 28 años, y ha estado trabajando en el taller de lavandería de los Claretianos. «Me ofrecieron cantar el himno de ‘Purísima Concepción’ y lo estuve ensayando. Hemos ido por ahí a cantar y me ha gustado mucho. Me he sentido muy bien» afirma antes de añadir que el concierto que más le gustó fue el de Málaga pues «había mucha gente y pusimos al público en pie. También el de Madrid donde nos recibieron con los brazos abiertos». |  |
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Carlos, con 15 años es el benjamín del grupo. Se declara aficionado al fútbol, al baloncesto y a la música heavy. No recuerda cuándo se integró en el grupo pero sí que «es divertido» y que «al principio era muy difícil tocar la batería, pero ahora disfruto mucho. Cuando toco siento pasión y me da más energía». |
| Paco, toca un poco de todo: las congas, el piano y la pandereta. Manifiesta querer mucho a todos sus compañeros y que se lo pasa muy bien pues «se olvida de todo». |  |
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