Odile Fernández, tres niños, tres libros. En estos días la doctora granadina que ha superado un cáncer de ovario con metástasis que le fue diagnosticado en 2010, cuando contaba 32 años, está feliz con el doblemente feliz. Por una parte el lunes, 21 de septiembre, presenta junto al concejal de Educación y Juventud, Fernando Egea, su tercer libro, publicado como los anteriores en Ediciones Urano, ‘Guía práctica para una alimentación y vida anticáncer’, en un acto que dará comienzo a las 19 horas, en el Teatro Municipal del Zaidín (C/ Pintor Manuel Maldonado s/n). Y, por otro, porque también, en breves fechas, dará a luz a una niña lo que en su opinión demuestra que «si crees en los sueños, éstos se hacen realidad, como en mi caso el sueño de poder escribir para ayudar a otras personas y el sueño de ser madre a pesar de la enfermedad».
– ¿Cuáles son las principales novedades y aportaciones de su tercer libro?
– Este libro recuerda a un libro de texto porque pretende ser muy didáctico y sencillo. En la primera parte se explica que es el cáncer, los factores que influyen, la situación actual en el mundo respecto a esta enfermedad, por ejemplo se recalca que en España es la principal causa de muerte, de ahí la importancia de hacer una prevención. También hay una parte dedicada a analizar lo que comemos, centrándose mucho en la dieta mediterránea. En una reciente publicación se indica que el 67 % de los casos de cáncer de mama se podrían prevenir siguiendo una dieta mediterránea a la que se añade un plus de aceite de oliva virgen extra. Analiza alimento por alimento, cómo incluirlo en nuestra cocina. A continuación se añaden recetas clave con estos alimentos en cremas, ensaladas o potajes.
– Observamos que también dedica una parte al ejercicio físico y a oncología integrativa
– Efectivamente, dedicamos un apartado al ejercicio físico, escrito por la doctora Bárbara Malagón, enfocado a la prevención donde se recomienda 30 minutos de actividad física, de 3 a 5 días por semana, y centrado en el ejercicio físico durante el tratamiento. También se incluye un capítulo dedicado a la oncología integrativa o nueva visión y abordaje del cáncer que se está implantando en algunos hospitales de EE.UU, Canadá, Austria y Alemania, pero que aún no ha llegado a España pero estoy segura de que llegará y que no es otra cosa que aunar la medicina convencional con todas sus técnicas (radioterapia, quimioterapia, cirugía…) a la que se suma todo aquello que sea beneficioso para el enfermo y que se ha demostrado que sirve como es asesoramiento en nutrición, puede ser yoga, meditación, masaje, psicoterapia,…
– Igualmente aborda el tema de la influencia de las emociones…
– La última parte del libro se centra en cómo influyen las emociones, los pensamientos y la gestión del estrés en el origen y desarrollo del cáncer. Se propone cambiar nuestra actitud frente a la vida, mantenernos más en paz y calma, aprender a frenar un poco para que nuestro sistema inmune esté fuerte y podamos luchar frente a la enfermedad. En un capítulo muy breve explico mi sueño de cómo debería tratarse el enfermo oncológico. Yo que he pasado por la enfermedad cuento lo que me habiese gustado encontrar cuando me diagnosticaron cáncer, es esa oncología integrativa, que me hubiera gustado me hubieran ofrecido en el sistema sanitario español mediante consulta con un nutricionista, un psicólogo, haber tenido acceso a clases de yoga, me hubiesen enseñado a meditar,..
– Asume que el cáncer le ofreció una segunda oportunidad y la posibilidad de ayudar a mucha gente ¿Es así?
– La parte más bonita de empezar a escribir y divulgar este tema ha sido el feedback con la gente. Que te venga un enfermo de cáncer o un familiar diciéndote que le has aportado algo de luz cuando estaba en mitad del túnel es muy gratificante. Tengo anécdotas como la del precioso dibujo con el que termina el libro que hizo una lectora por haber ayudado a una de sus amigas en un proceso de cáncer metástasico que ha resultado ser un éxito.
– Supongo que también habrá gente incrédula que duda si sus afirmaciones se basan en estudios científicos
– Claro. Yo lo que he intentado en mis libros es que siempre haya referencias bibliográfica. Es muy importante que si yo estoy hablando de un tema tengo que fundamentarlo. Tanto en este libro como en el primero hay bibliografía que cualquier persona puede consultar para comprobar qué esto se está investigando. Yo no hago más que divulgar la investigación, que esté en un lenguaje accesible. Cada vez hay más información científica disponible y de lo que se trata es de acercarla al público.
– ¿Habrá gente que lo vea como un tratamiento milagro?
– Hay que recalcar que no estamos hablando de un tratamiento milagro para el cáncer. No porque empiece a comer saludable o a hacer ejercicio te vas a sanar, estamos hablando de que esto es un complemento ideal para paliar los efectos secundarios de la quimio e intentar potenciar la eficacia de la medicación para que el enfermo tenga mejor calidad de vida. Es un complemento, se trata de sumar, no de restar. Eso es lo que se hace en otros sitios y lo que intento yo: que la gente se conciencie de que el enfermo no sólo tiene que someterse a sus sesiones de quimio o radio que jamás vamos a poner en entredicho. El oncólogo es la persona que sabe cuál es el mejor tratamiento médico que tienes que realizar pero si tu como enfermo puedes implicarte en el proceso, cambiando cosas sencillas que es de lo que trata el libro pues qué herramienta más útil. El médico decide tu tratamiento pero tu también aportas. Entre todos sumamos y entre todos sanamos.
– ¿Este libro puede ser útil para otras enfermedades?
– Puede interesar tanto enfermos como a personas sanas, o personas con otras enfermedades porque sirve para hipertensos, diabéticos, obesos,… Creo que cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene lo que comemos y lo que pensamos. Por eso cada vez acude más público y esperamos que estemos rodeados de muchos lectores y de muchos amigos.
– ¿Qué alimentos debemos eliminar o reducir y cuáles incorporar y potenciar?
– Una de las cosas que siempre digo es que no hay que ser drásticos ni radicales. Debemos reducir la comida procesada y la comida rápida, cuanto menos mejor. Esto incluiría exceso de fritos, de carnes, de embutidos o preparados de carne, exceso de azúcar sobre todo en forma de bebidas azucaradas, de pastelería, bollería,… No abusar de barbacoas, de las grasas animales,… Por el contrario, debemos incorporar la dieta mediterránea tradicional: frutas, vegetales, frutos secos, legumbres., cereales, a ser posible integral, y aceite de oliva virgen extra como paradigma o base de nuestra dieta mediterránea.
Estrés y cáncer
– ¿Qué influencia puede tener el estrés en las enfermedades oncológicas?
– Todos tenemos estrés en nuestra vida pero cada uno lo lleva de una forma. El estrés mal gestionado se está viendo que está en el origen de muchas enfermedades no solo en el origen y desarrollo de cáncer. A veces es más fácil cambiar de alimentación que gestionar el estrés. Una de las cosas que a mi más me sirvió y se está viendo que es muy útil para enfermos oncológicos es el mindfulness, la relajación muscular progresiva, la práctica de yoga, puede ayudarnos a manejar el estrés, la respiración consciente, y cambiar nuestra actitud frente a la vida, pararnos a observar cómo estamos viviendo en vez de vivir corriendo. A veces no prestamos atención de lo que estamos comiendo, comemos tan rápido que a veces no sabemos ni lo que hemos comido. En la medida de lo posible hay que aprender a parar un poco, a disfrutar más y vivir el día a día, no pensar tanto en el futuro ni en el pasado sino vivir el momento presente. Disfrutar con lo que tengo e intentar ser feliz con tu familia, con tus amigos. Esa sería la base de cómo gestionar ese estrés.
– Está claro que es partidaria de la comida lenta…
– Claro. Lo ideal sería que cuando se siente a la mesa, desconecte el móvil, deje de mirar la tele, y disfrute del plato y de cada bocado. Esto sería bueno porque salivamos bien, prodigerimos el alimento y cuando llega al estómago éste tiene menos sobrecarga, se hacen mejor las digestiones, se asimilan más los alimentos, somos más conscientes de que estamos comiendo, disfrutamos más los sabores, y hacemos de la comida un momento agradable y placentero.
– ¿Es vegetariana o vegana?
– Cuando estoy en casa intento seguir una dieta vegana sobre todo porque en mi caso, el cáncer de ovario, está relacionado con un exceso de grasas animales y de lácteos. Cuando como fuera de casa tengo que adaptarme a lo que hay y suelo incorporar pescado y algún lácteo. Siempre que es posible intento darle prioridad al mundo vegetal. En el libro he contado con la nutricionista Pilar Salas que fue quien me aconsejó a mí en las recetas cuando tuve la enfermedad y que nos da consejos para hacer recetas apetitosas con esos alimentos saludables.
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