Así trata la sociedad a quienes encarga su futuro, ofreciéndoles cada vez menos recursos, con un menosprecio hacia la labor, siendo objeto de valoración, mofa y risa, empezando por el mismo alumnado, continuando por los responsables de alentarlos y ayudarlos, que a menudo se convierten en vigías, y finalizando por los padres, que o bien juzgan y critican y eluden sus responsabilidades con respecto a sus hijos volcándolas en los docentes, o guardan silencio cuando observan cómo los docentes son juzgados y criticados por otros padres/madres, últimamente usando esos artilugios de conectividad instantánea que se han adueñado de las redes sociales (guasap y similares) en los grupos de clase.
La UNESCO fija en más de doce millones los maestros a contratar en el mundo para que la educación sea universal, pero mucho nos tememos que ese objetivo no se alcance en este siglo. |
La UNESCO fija en más de doce millones los maestros a contratar en el mundo para que la educación sea universal, pero mucho nos tememos que ese objetivo no se alcance en este siglo. Hay demasiados intereses y una miopía desmesurada, que antepone la riqueza inmediata a la formación que dará esa riqueza en el futuro, y no se ve que el avance de los pueblos, la salida del subdesarrollo, la libertad humana solo se consiguen a través de la educación y de la formación (dos conceptos diferentes). A lo peor no es que esta sociedad sea miope en esa cuestión, tal vez ocurra que quienes se están aprovechando de ella, a través de gobiernos, de multinacionales, de emporios del poder, esas gentuzas que visten de seda, prioricen su absoluto egoísmo desdeñando un interés general que lo convierten en interés personal.
Por eso, es fácil intuir que los docentes, motores inequívocos del futuro social, plataformas de despegue de la igualdad y libertad, personas que dedican su conocimiento a crear intangibles que en el futuro continuará con el movimiento social, los docentes decimos, nunca serán valorados por esta sociedad gestionada por otros intereses e interesados. De ahí que sean mantenidos a raya en todo momento, son espoletas de libertad, y eso no interesa a demasiada gente, porque de lo contrario otro gallo cantaría en una sociedad en la que los apoyos brillan por su ausencia y las autoridades está más interesadas en los papeles que en los niños. Recuerde, el pasado lunes fue el Día del Docente, aunque ni hubo cohetes ni homilías, ni los habrá. No olvide que el docente con frecuencia es el modelo de gestión de la vida para sus alumnos.