«Lo vi por Internet y era un coche que me gustaba. Por eso cogí un avión y me fui a por él a Madrid y cuando llegué descubrí que el coche no era lo que mostraban las fotos que se habían hecho 10 años antes pues el coche estaba hecho un desastre», cuenta el marido de Belén pese a cuyo desencanto decidió traerlo a Granada pues siempre ha tenido «una simpatía especial por la marca Renault, y por este modelo al ser un coche fiable y de mecánica muy dura». También porque en su familia siempre ha habido alguien con un Renault desde su padre que tuvo un Ondine y un R8. También porque «salvo en una ocasión que tuvimos el fallo de no haberlo revisado nunca nos ha dejado tirado». Este coche venía dotado de serie de aire acondicionado, dirección asistida, elevalunas eléctricos y espejos retrovisores que se mueven desde el interior gracias a control remoto por cable.
«Me lo bajé y se desmontó absolutamente todo y se ha vuelto a montar, lo único que no se ha tocado nada es el motor porque el kilometraje que tenía era bajo. En la actualidad ronda los 151.000 km y no ha hecho falta tocarle nada de lo que es mecánica. Eso sí se le ha hecho un mantenimiento profundo de radiadores, y se ha sustituido todo de lo que ha sido susceptible de desgaste», continua contando de este vehículo que fue matriculado en junio de 1992, siendo ellos los segundos propietarios. Ambos disfrutan participando en rallyes de regularidad histórica y concentraciones que se celebran en distintos puntos en Andalucía con buenos resultados gracias a sus 1996 cc y 110 cv «lo que para la época estaba muy bien» y que e permite alcanzar con facilidad los 180-190 km/h.
Este modelo y sus propietarios fueron objeto de un amplio reportaje en el número 309 de la revista Motor Clásico correspondiente a diciembre de 2013 y en el que se pone en evidencia lo orgullosos que están de muy orgulloso de el amplio reportaje en Motor Clásico en el que se destaca su habitabilidad, su comodidad a la hora de conducir, su bajo consumo-entre los 8 y 11 litros de media, y el hecho de que además de su uso para participar en los rallyes es un vehículo que se podría usar como coche de diario. Coetáneo de los Alfa Romeo GTV, Ford Capri y Lancia Beta Coupé, marcó un antes y un después en el tema de los cupés, rondando su precio de venta por entonces el 1.200.000 pesetas (7.200 euros), «lo cual era muy desorbitado para ese momento». Reconoce que es difícil encontrar piezas de recambio nuevas pues la casa Renault no tiene prácticamente nada por lo que tiene que buscarlas en Francia o Argentina, principalmente. «De segunda mano sí hay pero no me gusta reparar un coche con piezas usadas».
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Mujeres apasionadas por los coches clásicos Belén es un claro ejemplo de pasión por el mundo del automóvil por contagio, mundo en el que le inició su marido y que le ha llevado a participar como copiloto en los últimos rallyes. Nacida en Baza, y residente en Granada desde los 17. Antes residió en Caniles de los 6 a los 11 años donde fue destinado su padre en una entidad bancaria, donde conserva muy buenas amistades, a donde suele regresar cada septiembre para participar en la concentración que organiza el Club de Automóviles Clásicos del Altiplano de Granada ‘Villa de Caniles’. «Una vez que entras en este mundillo ves que también hay muchas mujeres. Cada vez veo que hay más mujeres participando en concentraciones y rallyes. Aunque quizás no se den mucho a conocer pero hay muchas», aclara antes de exponer varios ejemplos como la malagueña, Concha Velázquez, que lleva tres años seguidos como campeona de Andalucía de copilotos o el mencionado Club de Caniles donde junto con los 52 socios están sus mujeres que también forman parte del mismo. Próxima entrega: Jorge Cruz y su Mercedes 170 S de 1937
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