«La BMW con sidecar la compró mi padre hará unos quince años y es la única que hay en Granada dentro de sus características, además la hemos restaurado con piezas totalmente original es», nos comenta del modelo con el que se han acercado a los aledaños del Museo de la Memoria. Por su parte Sandro señala que depende si es para Granada capital o algún pueblo,«en cualquier caso un servicio normal de unas tres horas estaría en torno a los 300 euros». Para otros temas nos remiten al veterano mecánico de motos, Juan Maturana, quien nos cuenta que esta moto que supuestamente participó en la segunda guerra mundial fue adquirida por un vecino de Baza quien la pintó y restauró el motor antes de venderla al padre de Vanessa. Al principio, según explica presentaba unos problemas de corriente que hacía que no cargase la dinamo. «La moto se calentaba mucho hasta que un día se gripó un cilindro debido a que le había tapado el orificio de engrase por lo que se bloqueó lo que obligó a cambiarle el cigüeñal completo y a repararle el motor por lo que ella actual no llegará a los 1.500 kilómetros». También indica que todo esto ocurrió cuando Torcuato decidió subir un día a la Sierra y hubo que traerla de vuelta en un camión.
Así mismo, añade que también se repararon los tubos de escape pues estaban en bastante mal estado y los carburadores al estar muy desgastados. «Resulta que China compró la patente a BMW por lo que la fabrican con otras mejoras como el arranque eléctrico», añade antes de proseguir contando que de este modelo se fabricaron muchas unidades a finales de los años 30, y cómo «unas llevaban metralleta y otras sidecar con transmisión». Respecto a la potencia de esta señala que es de 750 cc y su consumo medio es de 6 ó 7 libros de gasolina a los cien kilómetros.
También le preguntamos acerca del precio que tuvo que abonar Torcuato en el momento de la compra de esta moto matrícula histórica 1983 DDD señalando que rondaría los tres millones de las entonces pesetas, pues de ruedas, pinturas, y asientos estaba bastante bien. Igualmente cuenta que «es tan difícil de llevar como un motocarro pues no manda el cuerpo sino el manillar» y que puede pesar unos 400 kilogramos al ser de hierro y llevar pocos cromados. Está autorizada para tres plazas y el sidecar se tapa con una lona hasta medio pecho que viene muy bien para días de lluvia. También lleva una rueda de repuesto y dos depósitos, uno a cada lado, de 5 litros de capacidad.
Disfrutar comprando y arreglando motos El taller de Torcuato es un auténtico museo del motor pues cuenta con Montessas, Ossas, Ducattis, Vespa, Guzzis, Lubbes y en otra parte del garaje una Iso con sidecar y otra Gran Turismo, Bultaco, Irisas, BMW, otra Ismoto del padre de su padre que era recovero, una Sanglas 400, una Derbi 125, y varios velomotores, en total unas 26 motos, la mayoría en buen estado. Su afición le viene de lejos pues siempre había admirado las motos de sus amigos mientras él se tenía que apañar con la Iso del padre, por eso «ahora que puede ha ido comprándolas y reparándolas», y sus dos hijas, Vanessa y Sonia, y su futuro yerno le siguen en esa afición y los conocimientos de su amigo Juan Maturana le están siendo imprescindibles para volverlas a poner en funcionamiento. Próxima entrega: José Martín Viana y su Fiat 503 Torpedo de 1925 |
VER GALERÍA DE IMÁGENES: