En el momento de la inauguración el artista nacido en Rute (Córdoba) y residente desde hace años en La Zubia manifestaba su satisfacción y orgullo «porque he conseguido cerrar un círculo creativo». Inauguración en la que los asistentes asistieron a la proyección de un vídeo de ocho minutos de duración, realizado por el propio director de la sala en el que se pudo ver el proceso completo de creación de una obra por parte de este artista en su estudio. La exposición se puede visitar en la sede de esta sala localizada en Puentezuelas,32 hasta el 14 de enero, en horario, de lunes a viernes de 10.30 a 13.30 y de 17.30 a 21 horas y los sábados de 10.30 a 13.30 h.
Pedro López se pregunta en el catálogo realizado para la muestra si «el simple paso de la realidad al misterio, en la obra de Pedro Roldán, es evolución espiritual, progreso intelectual o ambas cosas a la vez» mientras que en su breve intervención el director de la sala, Alberto López, dio la bienvenida a los presentes a «esta magnífica exposición del gran artista y maestro del color que pasará a los anales de la historia del Arte, Pedro Roldán cuya obra está rodeada de un halo de misticismo que nos envuelve». También habló de la energía que irradia el artista que «seguro que perciben los visitantes de la sala». A continuación expuso «la genial experiencia» de grabarle en su estudio mientras pintaba una de sus obras de pequeño formato. Durante su proyección el artista fue comentando el «momento mágico» que siente a la hora de pintar, en este caso un árbol que le retrotraía a su infancia, para el que necesitó meterse en un estado de semimeditación, para poder dibujar «la savia del tronco y las hojas respirando», de tal forma que «cuando veáis un árbol con tanto colorido penséis que hay una historia detrás». A la pregunta de Antonio Barragán acerca del secreto para hacer estas maravillas al alcance de tan escasas personas, Roldán explica que «la respuesta es que soy un privilegiado, y por eso si siento y no lo trabajo estaría siendo un desagradecido a la vida. Sería mala persona si no lo hiciera, es como una misión». 
Interrogado sobre algunas de las obras que más llaman la atención el artista indica que generalmente no da título a las exposiciones pero que en esta ocasión debería ser llamada ‘Intimidades’. Así en referencia al óleo titulado ‘Esplendor en el camino’, explica que tiene «un proceso de muchísimo tiempo. Se trata de un lugar de Cuenca, Vara del Rey. Toda mi carrera la he hecho en Barcelona y cuando venía a Córdoba para ver a mi familia me desviaba expresamente para ver ese lugar que a primeros de mayo es de una gran belleza». Tras muchos años viendo este espectáculo ha querido cerrar el círculo, para lo que ha aunado la docena de veces que ha pasado por este lugar con la última. De igual forma tienen su propia historia el resto de las obras expuestas realizadas en distintas épocas, especialmente de paisajes que se reparten por toda España y parte de Europa, desde el lago Hallstatt en Austria hasta los rojos de los bosques que bordean la Alhambra granadina pasando por los reflejos marinos de Mundaka (Vizcaya), la tarde serena en Cala Canyers (Costa Brava), el impresionante Lago Como al atardecer o al amanecer, o las últimas horas del día en Isla Cristina.
Pedro Roldán intuye que el actual ciclo se acaba y que está seguro de que va a haber un cambio, pues afirma «no sé si conceptual o técnico, pero ahora es como el punto final, el llegar a la meta. Estoy muy contento y muy orgulloso porque he conseguido cerrar un círculo creativo». Por su parte, Ana García López, vicedecana de Internacionalización e Investigación de la Facultad de Bellas Artes, califica la obra de Roldán de «muy interesante porque tiene una mezcla a la vez clásica y muy moderna. Es una pintura que se digiere muy bien y se deja contemplar sin dificultad y no tiene una factura clásica en el uso del colorido». Así mismo, indica que «la verdad es que llama mucho la atención porque tiene algo que atrapa y creo que es esa mezcla de lo que nos suena tradicional con una exquisita modernidad en el trazo, en el uso del colorido, e incluso de la composición como se puede ver en la titulada ‘Esplendor en el camino’ que es exquisita, con la línea del horizonte arriba del todo que nos deja ver un color que casi nos trae a películas futuristas como ‘Avatar’».
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