«El libro surge de una forma curiosa, casi como una broma, en la barra de un bar. Estaba tomando algo con un amigo y alguien dijo lo que en Algarinejo llamamos una ‘borricá», comentándolo se nos ocurrió recoger todas las palabras raras, curiosas o en desuso», así nace esta singular obra que, como es lógico, ha tenido excelente acogida en esta localidad a juzgar por los comentarios posteriores que le han llegado al autor de este libro a medio camino entre un diccionario de expresiones locales y un pequeño ensayo antropológico pues las palabras recogidas y organizadas por orden alfabético se ilustran con narraciones de uso en situaciones cotidianas.
«Poco a poco, al principio sin el convencimiento de que se fuera a materializar en un libro, fuí anotando muchísimas palabras en servilletas de los bares, luego las trasladaba a un cuaderno» explica el autor. Una vez iniciado el trabajo reconoce que cuando los familiares y amigos se enteraron de que estaba recopilando palabras típicas muchos comenzaron a colaborar en este empeño, «aunque algunas eran palabras normales que están en el diccionario».
Vocablos como bragolines, gurrimino, sinsibulle, pinchinera o lastiquera están ordenados alfabéticamente e incluyen situaciones reales de su uso. | |
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De esta forma Félix que es licenciado en Filología Española por la Universidad de Granada y profesor de español para extranjeros en una academia granadina ha ido recuperando el vocabulario que aprendió de niño, por lo que interesará a todos los nacidos en esta población y comarca y «a mucha gente, sobre todo la nacida en ambientes rurales, pues se trata de un léxico que está en vías de extinción por el empuje y homogeneidad que provocan los medios de comunicación». Compilación de palabras que están en desuso, pertenecientes muchas a campos semánticos de la agricultura y la ganadería, por lo que están en proceso de desaparición por la mecanización del campo, el escaso uso por parte de las nuevas generaciones más jóvenes y la desaparición de la gente mayor que las utilizaba. «Mi humilde idea al hacer este libro es que no se pierdan las palabras típicas de Algarinejo, pues son el testimonio de unas palabras que existieron aunque dejen de usarse», insiste antes de concluir que como léxico pertenece al patrimonio inmaterial y merece la pena conservar.
Félix que ignora el número de palabras que ha podido recuperar y las que ha tenido que desechar al estar recogidas en el diccionario de la RAE, y otras, porque aunque son andalucismos, se emplean en otros sitios. Otra de las ideas que tiene clara es que es «un trabajo incompleto pues seguro que ahora saldrán más» por lo que no descarta realizar una próxima edición revisada y ampliada. Cuando le pedimos que comparta algunos de estas expresiones más características le ponemos en un aprieto pues son muchas. Al poco rato comienza con una serie de ellas como son ‘acá’ como sinónimo absoluto de ‘nosotros’ en expresiones como ‘acá nos entendemos’. Otro de los vocablos estrella de Algarinejo es bragolines, (calzoncillos, prenda interior masculina), gurrimino, (tacaño, encogido), macha, (femenino de macho), chilanque (charco, sinsibulle (impaciente, bullicioso), pinchinera (canica preferida), esento (descortés, falto de atención), lastiquera (tirachinas), etc. y así 232 páginas.
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