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«Los poetas no eligen los temas, son los temas los que lesvan eligiendo en el día a día», explica este tarraconense que imparte clase en el Granada College como profesor TIC. También indica que los poemas de este libro «son retazos de mi vida que me han ido inspirando». Libro que desde la propia dedicatoria pone de manifiesto una de sus grandes preocupaciones: el paso de tiempo «el propio y el que no tenemos» y el que ha hurtado a sus tres hijas, Julia, Clara y Silvia, «para que este libro fuera real». También la necesaria soledad para llevar a cabo la creación, tal y como resalta su prologuista, Ubaldo Gutiérrez, «porque los creadores necesitan encontrarse solos para desentrañar sus silencios». Soledad que ha encontrado refugiándose en el ático de su casa y que le ha permitido dar rienda suelta a su pasión por la escritura.
«Yo siempre he escrito, es una necesidad que me ordena, me limpia, y es mi visión de la vida que quiero compartir con este libro», aclara el autor de otro poemario titulado ‘Poemas no escritos’ que son poemas que se han escrito pero que jamás se comunicaron. Por eso, está muy agradecido al sello editorial granadino pues «Dauro ha hecho una apuesta increíble por mi trabajo». En total 82 páginas en las que se recogen medio centenar de poemas, -dos de ellos sonetos-, algunos con muchos años y otros como el que da título, dirigido a sus alumnos, escrito en fecha reciente, que termina: «No hay nada guardado,/ ni extinguido ni olvidado,/ aunque me desvanezco en la quietud/ que espera tu movimiento». Cuando le preguntamos acerca de lo que le gustaría transmitir con sus versos afirma «no puedo estar al lado de cada lector para explicar el sentido de cada poema, pero me gustaría que los disfrutaran». También que no es un libro para leer de una tacada, «lo mejor es leer uno o dos poemas al día, descubrir lo que hay concentrado, mi visión de la vida y del mundo. Mucha veces la gente siente cosas y no sabe ponerle palabras, por eso me encantaría ser la voz de la gente».