– ¿Cómo se ha gestado este poemario?
– Este libro de poemas es una recopilación de los que llevo escribiendo desde los diecisiete años, edad que viene, más o menos, a coincidir con los primeros estudios serios de la asignatura de Literatura Española, si bien también contiene versos que se han elaborado este mismo año. Fue por aquel entonces cuando surgió en mí el gusto por la poesía, que viene de la mano de la curiosidad que me inspiró la métrica de versos y todas las figuras que giran en torno a ella como la rima, la sinalefa, el hiato, diéresis, sinéresis… Toda esa arquitectura en torno a las palabras me llamaba la atención porque, si bien es verdad que, hoy por hoy, la vanguardia gira en torno al verso libre no por ello hay que dejar de reconocer el mérito de la estructura ya que, por ejemplo, frente a dos poemas cuyo contenido sea insulso, si uno es libre y el otro reglado, este último, como poco, siempre tendrá el mérito que aporta su correcta medida.
– ¿A qué se debe su clara predilección por el soneto?
– Aunque no todo el libro es de sonetos bien es verdad que estos ocupan la parte más importante de la obra. El gusto por el soneto me viene desde siempre, creo que su armazón, su ritmo, musicalidad y cadencia son perfectos para expresar de manera concisa y tajante cualquier tipo de situación o sentimiento. Por otro lado, su estructura me parece que, hoy por hoy, sigue siendo incuestionablemente válida porque no es la medida lo que da modernidad a una estrofa sino la expresión de su contenido, y ello se ve claramente cuando poetas actuales de primera línea siguen coqueteando con el soneto, a pesar de que su estructura date de la Italia del siglo trece. Por otro lado, la última parte de la obra si que presenta variantes libres, aunque siempre insinuando cierta estructura y provocando cierta rima.
– ¿Qué temas aborda en su libro?
– La temática es variable, los hay más profundos y más coloquiales, al fin y al cabo así son los momentos de la vida; pero si tuviera que precisar diría que los ejes son la melancolía, el ocaso, y el amor, aunque también hay algún pequeño homenaje a mis hijos o despedidas a escritores y otras personas cercanas que ya no están con nosotros, así como un grupo de estrofas que pretende contar breves historias lúgubres o románticas en el sentido literario de la palabra.
– ¿Cuáles son los poetas que más le han influenciado?
– Algunos de los poetas que más han influenciado mi trayectoria son Antonio Machado, Miguel Hernández, Mario Benedetti y Ángel González.
– ¿Por qué escribe Pedro J. Marín?
– La obra surge por la necesidad y la ilusión de ordenar todo el material que llevaba escribiendo desde los diecisiete años y que he seleccionado por temáticas para que el conjunto pueda tener un sentido unitario y completo. No puedo dejar de destacar el generoso aval que aporta la lucidez del prólogo del poeta Manuel Salinas, a quien he tenido el gusto de conocer en persona durante el periodo de edición, y todo ello gracias a mis editores, Mariana y Víctor, que han hecho del proceso un crisol impecable de cercanía y profesionalidad.
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EL AUTOR Pedro J. Marín Galiano nació en Granada en 1979. Tras licenciarse en Derecho, estableció su residencia en Málaga y, desde entonces, trabaja para la Administración de Justicia. En su tiempo libre compagina sus dos grandes aficiones: la música y la literatura. Si bien su trayectoria vocacional ha sido mayoritariamente poética, el gusto por el género negro y su particular preocupación estilística y estética le hicieron debutar como novelista con la publicación de su ópera prima: El crisol de lo prohibido y una mujer que desaparece. En el presente poemario, Lo que jamás sabrás por mis palabras, el autor compila por temáticas los mejores sonetos de su autoría junto con algunos guiños al verso libre, siendo el amor, la melancolía y el ocaso los ejes centrales que vertebran la obra. |
