Pero uno se pregunta: ¿han sido necesarias 244 sentencias firmes para que sólo tres ladrones cumplan un año en el talego y que, seguramente, se quedarán en poco más de seis meses? ¿Y las horas que han tenido que dedicar la Policía y los funcionarios del juzgado para esto? Pero, ¿y las veces que habrán robado a las víctimas en un comercio y no los han detenido, ni se ha podido probar nada a esta tropa de 56 elementos?… Recuerdo que, hace dos años, me llamó un familiar diciendo que le habían robado la cartera, cuando se encontraba haciendo cola en la caja de un comercio, de la calle Puentezuelas. Como en la cartera llevaba el carné, la tarjeta sanitaria y varias tarjetas, tuve que ir corriendo al banco para anularlas. Luego hablé con el guarda jurado del comercio, y me dijo: “A veces se llevan el dinero y tiran la cartera en una papelera”. Comiéndome la vergüenza, miré en todas las papeleras de la calle Recogidas, en ambas aceras. Seguidamente, hurgué en las papeleras de las calles cercanas, hasta que encontré una cartera en la calle de la iglesia de la Magdalena, pero sólo tenía la documentación de una mujer. Me fui a la Policía Local a entregarla y aquí me encontré al familiar denunciando el hurto de su cartera.
Con el paso de los meses, me pasé varias veces por ‘Objetos Perdidos’ del Ayuntamiento, pero nunca apareció la documentación. En fin, hay que perder varios días para que te hagan de nuevo el carné, la tarjeta sanitaria, las del banco… El daño tan grande que hacen estos delincuentes a las víctimas y la ridícula condena que les cae. En los comercios tienen muchas cámaras, donde queda grabado el hurto, por lo que sería fácil trincar a los delincuentes. Y tendría que trabajar menos la Policía y el juez, pero no quieren saber nada (fuera del robo de sus prendas) para que no los acusen de delatores y no tener que ir al juzgado. Lo cierto es que los comercios serían los más beneficiados, pues los delincuentes ya no volverían más por allí. Un juez de Madrid prohibió a las famosas ‘bosnias’ que entraran en el Metro, cuando sus numerosos robos eran ya un escándalo. Poco tiempo después, un joven atrevido logró grabarlas mientras le robaban a un turista, en el centro de Granada, de manera que las imágenes de las delincuentes se vieron en toda España y fueron detenidas.
Hace varios años, vi a un tipo intentando cortar con una cizalla de casi un metro la pitón de una bicicleta, al lado de un centro público. Le llamé la atención, pero el tipo me respondió con toda naturalidad que la bici era suya. Como yo hablaba alto, la gente se congregó por allí y entonces emprendió la retirada. Llamamos a la policía y fue fácil atraparlo por la calle de San Juan de Dios: era un tipo bastante alto, con una gabardina oscura y la cizalla escondida. Tuve que identificarlo desde lejos, ir a Comisaría por la tarde y, dos días después, asistir al juicio para declarar. Fue condenado a pagar unos doscientos euros, que era el valor que le dieron a la bici –había robado varias en otras ocasiones–, pero ya no volvió más por el lugar. La bici era de un joven, casi paisano mío, que vino a darme las gracias, aunque la gente no está por la labor de ayudar y menos para ir al juzgado.
El pasado día 16 venía la noticia en IDEAL de que la Guardia Civil había detenido a tres rumanos, a los que acusan de haber robado en doce cortijos, en el término de La Peza, aunque los agentes sospechan que pueden ser también los autores de los robos ocurridos últimamente en Prado Negro. Su modo de proceder: revientan una ventana de la vivienda, con la palanqueta, roban toda clase de electrodomésticos y usan guantes para no dejar huellas. El 18 de marzo detuvieron a tres ciudadanos marroquíes: vivían en Murcia pero se desplazaban a Puebla de don Fadrique, donde robaron en tres cortijos. El dueño de una metalistería me dijo, hace una semana, que están robando mucho por la zona de Guadix por lo que está colocando ventanas a mogollón. Hace unos días robaron en una casa de la Urbanización el Cristo de los Favores (los propietarios vieron a los delincuentes pero lograron huir), también robaron en una vivienda que se encuentra cerca de la calle de San Miguel y en otra, por el barrio de la ermita de San Antón.
España se ha convertido en un paraíso abierto para muchos delincuentes y, al mismo tiempo, un paraíso cerrado para miles de jóvenes españoles que tienen que ganarse la vida fuera del país. |
Una vecina de Guadix escribe esto en la Red: “A mi padre han intentado robarle, los ha visto porque estaba dentro de la casa y salieron corriendo. Menos mal que puse una alarma, hasta le sacaron una navaja. Eran dos niños, entre 8 y 14 años, si les das una hostia, como son menores, te buscas la ruina”. Como a los menores los robos les salen casi gratis, pues los mandan a hacer las prácticas. Otro internauta avisa: “Pues en Monteverde ya van tres casas. El mismo sistema. Revientan rejas y entran por la ventana. En Darro y en Fiñana también. En dos semanas (una compañía de seguridad) ha instalado en la zona 39 alarmas, entre ellos yo”. Un vecino se queja: “Yo vivo en la barriada de Fátima, y también lo intentaron hace dos semanas. Y esta es la cuarta vez”. También robaron en el bar del paseo, comenta otro. En la Estación de Guadix se produjo un intento de robo, a primeros de marzo pero, lo peor de todo, es que no ha trascendido nada de esta oleada de asaltos. Del 7 al 12 de febrero, la policía estableció controles por el barrio de Fátima y otros barrios de las cuevas. El 9 de febrero, los vecinos de Beas de Granada se manifestaron delante del ayuntamiento por los numerosos robos en las viviendas que estaban padeciendo. Hace unos días fueron detenidos unos jóvenes, acusados de estos robos. En cambio, en Guadix nadie se manifiesta ni se mueve por lo que, como es natural, los delitos aumentan.
Sin embargo, los datos que ha ofrecido el Ministerio del Interior, en febrero pasado, sobre la provincia de Granada, son bastante optimistas pues “arrojan la mejor tasa de delitos y faltas desde 2004”, a pesar de que los sindicatos policiales y asociaciones de la Guardia Civil vienen denunciando que se encuentran bajo mínimos y que hay un déficit importante de personal. Los datos de la provincia son: el pasado año fueron registrados 32.320 faltas y delitos, con una media de 88,5 denuncias por día (sobre todo en las localidades más pobladas y en el cinturón metropolitano), por lo que las infracciones penales bajan un 5,2% respecto a 2014. El informe dice que el pasado año se denunciaron 1.986 robos en viviendas, con una media de 5,4 por día, lo que supone un 7% menos que en 2014. Los atracos y el resto de robos con violencia también han bajado un 20% en la provincia. Hay que decir que las cifras del Ministerio del Interior no siempre coinciden con la Memoria de la Fiscalía General del Estado, que son más fiables. España se ha convertido en un paraíso abierto para muchos delincuentes y, al mismo tiempo, un paraíso cerrado para miles de jóvenes españoles que tienen que ganarse la vida fuera del país. Los delincuentes saben que hasta cierta cantidad sustraída es falta, y la condena es mínima, aunque las faltas se van acumulando hasta el juicio. Y la Po
licía está aburrida de detenerlos, un agente decía que un conocido delincuente en Guadix había sido detenido más de doscientas veces. Por esta serie de circunstancias favorables, se les costea robar en España.
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«Delitos contra la propiedad», (IDEAL EN CLASE, 6/02/2016)