Marcos Jiménez se autodefine como autodidacta en el mundo de las letras, reconoce «influencias de todos en su poesía», aunque «no me parezco a nadie». También señala que fue un gitano de su barrio quien le enseñó a declamar y que si escribir le da muchas satisfacciones, aún más presentar su «criatura» rodeado de buenos amigos. «Presentar un libro es como cuando uno tiene un hijo, es algo que te llena muchísimo por lo que quiero celebrarlo con mis amigos. Me hace mucha ilusión celebrarlo tomando algo con ellos y escuchando buena música» afirma quien lleva a gala saberse de memoria todos los poemas que forman parte de sus cuatro libros publicados, a saber ‘El coleccionista de momentos’ (2006), ‘La melancolía de los relojes’ (2007), ‘Cigarras de alambre’ (2012) y ahora ‘La memoria de los pájaros’
Opina Marcos que ‘la poesía, a veces, es una desgracia pues hay más poetas que poesía’ y también que él no es un poeta normal pues «casi siempre lloro cuando escribo y cuando corrijo sigo llorando». Igualmente señala que su último poemario surgió «tranquilamente» como el resto de su obra, en este caso durante cuatro años en los que ha ido componiendo los 33 poemas que lo integran. «Mi poemario tiene cuatro puertas. La primera es la naturaleza como fuente de inspiración; la segunda el otoño que representa la madurez, la tercera sería la puerta del amor que he abierto, no sé bien el porqué en este poemario, y, la última, es la del espíritu del yo interior», aclara. Como pórtico de entrada cuenta con un prólogo que firma un «arquitecto de palabra y persona muy generosa, además de editor de su primer libro», Pedro Enríquez que comienza explicando que este poemario le ha recordado los caleidoscopios, pues «las palabras de sus versos son como aquellos objetos de colores que giraban uno en otro, abrazándose entrelazados, sintiéndose instrumentos de la luz». También afirma que «cada poema, escrito con reflexión pero con claridad, como agua cristalina de lluvia» y que también tiene presencia «la preocupación social». Por su parte, Marcos afirma escribir «para quienes no tengan quien les escriba» por lo que comparte sus versos con todos aquellos que deseen acompañarle en su vuelo.
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Título: La memoria de los
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