«Tras terminar ‘Azim. El tributo de Damasco’, quedó en mí un vacío. Entonces me di cuenta que había cumplido algo importante de mi vida y digamos que no tenía otra cosa más en mente qué hacer o por la que luchar. Pasadas unas semanas sentía un nerviosismo interior el cual me instaba a volver a escribir. Así comencé a plasmar una nueva historia y que mejor lugar para hacerlo que hablar de mi tierra», explica acerca de las motivaciones y origen de su nueva historia en la que le apetecía dejar plasmados en el papel «lugares históricos para contribuir con mi granito de arena antes de que la fatídica destrucción causada por el paso del tiempo y la erosión unida a la especulación humana puedan hacerlos desaparecer». Como ejemplo de ello expone la destrucción del Arco de las Orejas en la Plaza Bib-rambla que ahora podemos ver reconstruido en los bosques de la Alhambra, «todo por el mero objeto de intereses empresariales durante una época que importaba más la renovación a que prevaleciera el arte de una construcción».
La nueva historia transcurre poco más de medio siglo después de la reconquista de Granada por los Reyes Católicos. Aparte de las tramas que reflejan la doble moral existente en la época hacia los musulmanes se les acepta pero después se les destierra en las Alpujarras y se les condena a la miseria. En esta situación, Yusuf decide partir hacia la capital y hacerse pasar por cristiano para vender los tejidos confeccionados en el taller familiar. Así conocerá a la joven Nina con la que descubrirá el amor, los hermosos rincones de Granada y las turbias conspiraciones que se están gestando en la ciudad. Dos amores casi imposibles y mal vistos en una sociedad que no quiere cambiar su forma de pensar mientras la ciudad está goteando cambios y modernizando las casas y calles de la vieja ciudad musulmana. «Usando la experiencia construyen canalizaciones con las que llevar el agua a las huertas, las familias dotaran de artesanía, industria y comercio a la comarca estando obligados a convertirse a otra religión por el bienestar de las próximas generaciones y a pagar más impuestos, eso sin contar la humillación y desprecio unido a constantes acusaciones de revueltas por pícaros ciegos de riqueza», aclara el autor granadino.
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Con motivo de la presentación de ‘Azim. El tributo de Damasco’. (05/11/2014)
‘Tenía en mente construir una historia ligada al mundo árabe pues es una cultura que me encanta’