Su nombre es Antonio Moya Requena, es de Guadix, y afirma que su afición por las bicicletas arranca desde muy pequeño y comenzó cuando le dio por arreglar la bicicleta de su abuelo que encontró en un pajar. «La primera fue una de lechero del año 63, una BH Especial, que llevaba dos cántaras auténticas de aluminio de 40 litros cada una, con coladores, vasos, todo de aluminio propio de la época. Ahora está alquilada en una tienda de novia y antes estuvo en una floristería», afirma antes de entrar en más detalles. Después llegaría la de afilador que costó un poquito más porque «las piezas no se encuentran en cualquier ferretería y tuve que buscar por todos los pueblos de la comarca. Mi grupo logístico está en el Hogar del Pensionista que es donde está la gente mayor que son los verdaderos expertos y los que me van informando donde puedo encontrar las piezas que he ido encontrando en Pedro Martínez, Gor, Baza, Guadix y Granada. Ello le ha permitido conseguir una bicicleta con unas cualidades exageradas. A día de hoy es mi preferida»
De esta Super BH de los años 50, conserva una placa de Guadix costaba 4 pesetas que se pagaban en el ayuntamiento como impuesto o arbitrio de rodaje a lo que había que añadir otras dos pesetas cada año,. Esta palca daba prioridad a poder andar por toda la provincia, es decir con la de arbitrio para circular por Guadix, y con la otra por toda la comarca, Al principio, recuerda que, por su lamentable estado, algunas piezas se rompían al desmontarlas. Si ello sucedía él compraba buscar otras piezas, nada de imitaciones, todo original me costó muchísimo pero lo conseguí, conserva una dinamo Siryus que lleva a la derecha pues «en la posguerra todo se hacía a la derecha, puños del manillar de madera, hechos por un ebanista, pues lo originales estaban muy mal y se rompieron. También un conserva un faro Lucis, Mod. 23, con las dos bombillas originales sopladas a mano, con su luz corta y larga y un pequeño subfaro, muy bonito, en el guardabarro que sustituia al superior en caso de que se rompiera».
Toni continua dándonos algunos detalles como el cepo que servía para portar el bocadillo, y el timbre Ding Dong de 7 cm que tuvo que niquelar debido a su mal estado pero que «ahora suena perfecto», lo cual nos demuestra al tocarlo. Como bicicleta de afilador lleva un yunque, dos piedras de amolar, una negra para lo basto y piezas muy grandes, especialmente para los aperos de matanza, y otra blanca para piezas más finas como tijeras o cuchillos. Las palometas también son originales BH, y las ruedas llevan yesca original en las ruedas utilizada «para espantar la tierra y las piedrecillas que hacía que sonase raro, para evitar que se oxidase se empapaban en aceite». También el sillín de cuero es auténtico y lleva un escudo en el que se puede leer ‘Armas y ciclos BH’ porque los hermanos Beistegui, primero tuvieron una fábrica de armas hasta el final de la II Guerra Mundial, y cuando vieron que finalizaba un hermano decidió dedicarse a las bicis, otro puso el capital y otro que era un manitas comenzó a darle forma a las bicicleta cuya fábrica estuvo, la primera en Eibar, la segunda en Vitoria, la tercera en Portugal y la cuarta en China». Como últimos detalles nos muestra la bomba con su récord, para poder inflar las ruedas y la caja de herramientas propia de la época que le regaló un hombre mayor que había trabajado en Renfe. «La barnicé, y le puse el año del que era el la bicicleta (1949) y en el que la restauré (2015)», afirma antes de relacionar su contenido: un martillo, tenazas o alicates, linterna, una piedra en basta y en fino, y una siringa o chiflo del afilador, que hace sonar antes de soltar el consabido: ¡Atención señoraaaaaa ha llegado a su localidad la bicicleta del afilador. Afilamos todo clase de cuchillos, tijeras, hachas y nuestra nueva especialidad: los aperos de matanza. Señora no lo dude y baje a visitar al afilador. No se creerá cómo corta su cuchillo! que concluye con una nueva emisión del característico sonido.
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La bici militar, destina a un museo La tercera bici que ha restaurado es la Orbea militar. Según nos cuenta se utilizaba para acompañar a las autoridades y también por los mensajeros. «La he restaurado también este año 2016 y ha sido muy costosa y difícil de encontrar. Guarda diferencias con respecto a la otra pues esta ya incorpora el freno de cable acerado, también conserva muy bien la palometas y el engrasador de los pedales. Próxima entrega: José Enrique Camacho y su Pierce Arrow de 1934 |
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