En el caso de José Enrique el interés por los coches clásicos surge por su suegro, ya fallecido, que fue quien llevó a cabo la restauración del Ford A negro que aún conserva. «Estuve viendo la restauración durante un año en el que pasó de ser un montón de chatarra a verlo como esta ahora. Me impresionó mucho, pero ya no quiso restaurar más y nos dedicamos a comprar los otros tres pero ya restaurados», comenta este médico de atención primaria nacido en 1959 y casado en Almería que disfruta dedicando a esta afición el tiempo libre que le deja el desempeño de su oficio. Respecto al Pierce Arrow informa que llegó a sus manos a través de un francés que lo importo de EEUU a Francia, y desde el país vecino a Valencia, donde lo adquirió en una feria.
Sorprendidos por la solidez y elegancia, nos aclara que pesa cerca 3.000 kilogramos pues su chapa es casi de un centímetro de grosor. Su potencia es de 103 caballos, 8 cilindros en línea y en su depósito le entra 100 litros de combustible y es que como parece lógico «estos coches de grandes cilindradas necesitan mucho carburante». También nos llama la atención su elegancia, el hecho de haber conservado su tapicería original y, por supuesto, el diseño de los faros delanteros, «encarrozados dentro del paragolpes, típico de esta marca». Lógicamente, tanto durante el trayecto, como el tiempo que permanecimos en el puerto, comprobamos cómo llamaba la atención pues no en vano mide 1,90 m. de alto y cerca de 6 metros de largo si se le pone el baúl que solía llevar a modo de maletero. También es una pequeña obra de arte su logo, el llamativo ‘tireur d’arc’. Igualmente explica que no ha necesitado piezas de recambio y que los pequeños problemas que han surgido los ha podido resolver con la ayuda de varios amigos mecánicos «que le ponen mucho cariño y dedicación». Así mismo que el trayecto más largo que ha realizado con él ha sido de Aguadulce a Murcia, ya que la vez que lo trajo a Granada, para participar en una boda, lo hizo montado en una plataforma.
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De la fabricación de refrigeradores a los ‘Pierce Arrow’ Este vehículo debe su nombre a su promotor George N. Pierce (1846-1911) quién llegó en 1863 a Búfalo, (Pensilvana), procedente de Friendsville a la edad de 17 años. Junto con otros socios comenzó a fabricar refrigeradores y otros artículos hasta que en 1878, montó su propia empresa la ‘George N. Pierce & Company’ que en 1888 añadió a su catálogo de productos una línea de triciclos para niñas. En 1889 pasaría a fabricar bicicletas para adultos cuyas placas se identificaban con una flecha que pasado el tiempo se convertiría en el sello familiar de la marca. Sería en 1891 cuando se plantearía la fabricación de automóviles para lo que junto con George K. Birge y algunos amigos, comprarían a Pierce parte del negocio, y contratarían al ingeniero escocés David Fergusson que estarían en el origen del ‘Arrow’ de 15 caballos de potencia y el ‘Great Arrow’ de 24 caballos. En 1904, Pierce Arrow presentó un 4 cilindros que fue vendido por 4.000 dólares. A principios de 1905, Pierce Arrow producía algunos de los automóviles más grandes y más caros de Estados Unidos . El coche de motor de la ‘Pierce-Arrow Motor Car Co’. fue lanzado oficialmente en 1907. Un año después Pierce se retiró de la gerencia de la compañía, muriendo de un ataque al corazón en 1910. Su socio desde 1899, George Birge sería el presidente de la compañía entre 1908 y 1916. Según se explica en la web www.autopasion18.com «la publicidad tras la victoria en una carrera campo a través en 1908 provocó un crecimiento de las ventas, y en 1909 la compañía fue redenominada ‘Pierce-Arrow’ con Birge y sus socios como directivos. En 1928 se asociaron con la ‘Studebaker Corporation’ que quebraría en 1933 aunque mantendría su actividad hasta 1938, año en el que la ‘Pierce-Arrow’ también echaría la persiana. Próxima entrega: Manuel Cecilio Amador y su Seat 1500 de 1964
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