López-Quiñones afirma que en ‘La oruga azul’ encontró el apoyo para ir ganando confianza día a día hasta decidir hacer pública su vocación, pues las revistas ‘Gealittera’ y en ‘Absolem’ se han convertido en tribunas para publicar sus poemas dedicados «a la estatua de Pedro Antonio, a la rambla, al fin del mundo, a la tumba de mi niñez en la plaza de las Palomas, a mis recuerdos y a los ajenos, a algún amor de juventud y a personas reales o medio reales, habitantes en mi imaginario». El poeta retorna para hablar del amor, de la paternidad, de la infancia, de sus rincones, de todo lo que le inspira al escribir, y que supone un repaso a sus dos poemarios. «Gracias a ‘La Oruga azul’, a mi familia, a la Fundación y algunos buenos amigos que se han ocupado de toda la logística, imposible para mí desde el exilio, el 22 cumpliré el sueño recurrente, con toda la modestia, de ver el hijo pródigo que vuelve a casa y es profeta en su tierra», indica.
Luis López-Quiñones, palentino de nacimiento (1970), criado en Madrid, pero granadino militante por familia y por elección es licenciado en Derecho y en la actualidad empresario y escritor. Poeta vocacional desde su etapa universitaria, relacionado con distintos grupos culturales y literarios de la Universidad Complutense de Madrid. Es colaborador habitual de la revista digital mensual ‘Absolem’ y miembro activo del grupo ‘La Oruga Azul’ de Guadix para la promoción del arte y la cultura. Ha sido incluido en la primera recopilación de poesía accitana (2014), patrocinada por el Ayuntamiento de Guadix y más recientemente en ‘Antología de poesía’ (2015) de la revista Absolem. Hasta el momento ha publicado dos poemarios, ‘Poesía con perdón’ y los ‘Hombres que no soy’.
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