Manuel Luque, licenciado en Filología Hispánica y barbero de profesión, se autodefine como un poeta de pueblo y para el pueblo pues es natural de esta localidad cordobesa de casi 5.000 habitantes y dado que se considera «un aprendiz de poeta que trata de plasmar sus emociones en el papel al tiempo que desea remover las emociones del otro. Lo que intento con mi poesía es desmitificarla, desnudara de ese halo de falsa erudición con el que siempre se ha vestido y bajarla a la tierra. Poesía para todos, poesía necesaria como el pan de cada día que diría Gabriel Celaya». Así mismo, reconoce que la poesía le sirve «de catarsis, de liberación y redención pues cuento mis problemas, mi dolor y, al mismo tiempo, buscando siempre la belleza». En cuanto al tema galardonado indica que ha surgido de «los concilios» de su barbería y de los ratos que echa con las personas mayores en la plazoleta cercana. «A veces, muchas de estas personas se sientan en los bancos de los parques y plazas o de cualquier residencia, esperando la muerte en silencio y con los recuerdos como únicos aliados. Los ves pensativos, con la mirada perdida,… esto es lo que me inspiró. Este poema nos habla de la vejez, de la soledad, de la nostalgia del tiempo pasado como alimento para sobrevivir en esa lenta espera».
Reconoce que una enfermedad le produjo «estragos en mis pensamientos y en mi equilibrio emocional» y que le preocupa mucho el paso del tiempo, así como «la violencia de género, el abuso, el hambre, la guerra, la enfermedad mental, el abandono, la vejez, la soledad, la miseria, la discriminación, la discapacidad, el dolor, la muerte, así como la nostalgia, la pasión,… es decir los temas que solemos tratar los poetas». En cuanto a los premios literarios afirma que «la corrupción en poesía es una cosa que está presente como la corrupción en política» y que «los grandes premios literarios están amañados, que se los dan unos a otros, en fin, que existe el compadreo». No obstante los escritores humildes como él participan en los certámenes porque «es el medio para dar a conocer nuestra poesía. Todos mis libros publicados -unos 14- han sido a raíz de haber sido galardonados en certámenes literarios y donde he ganado sé que no está corrupto pues yo no lo estoy y mi ideología es la poesía». Por eso felicita al ayuntamiento de Alhama por convocar este certamen pues en muchos lugares de España lo primero que han hecho con la crisis ha sido eliminar los premios literarios. «Creo que la cultura es el medio fundamental para salir de la crisis de valores que vive esta sociedad. La poesía puede ser un trampolín para salvarnos del fracaso. También quiero agradecer públicamente al jurado que haya tenido a bien considerar mi obra como ganadora en esta edición.
Por su parte, José Ignacio Molina, afirma que «la poesía me emociona, me inspira y me evade». También que escribirla le obliga a «hilar fino pues te da la posibilidad de decir mucho con poco texto». Reconoce que este premio, al que se ha presentado por primera vez, le reconforta y le da ánimos para seguir. Así mismo, que con su ‘Paseo por Alhama’, un viaje temporal por Alhama, sus fiestas, sus costumbres y sus encantos, ha querido transmitir «el amor por mis raíces y por mi tierra», todo ello escrito con unos «versos fáciles de leer, amenos y que puedan tener vigencia con el paso de los años».