El esperado encuentro se produjo en la puerta de la ferretería y calzados, además de mercería y paquetería ‘Vidal’ de Caniles, o simplemente la ‘tienda de Pepe Luis’, como es popularmente conocida, localizada en la calle Rambla. Allí pudimos observar su avanzado estado de gestación (ocho meses y medio) y lo bien cuidado que tenía ‘su pelotilla’, como cariñosamente denomina a su 850.
Después, pensando, en el lugar más apropiado para las fotos de rigor nos dirigimos a la histórica Fuente de los Caños cuyo origen data del año 1910. Aquí supimos que contrajo matrimonio con el presidente del Club el 4 de julio de 2015 y la emotiva historia del vehículo relacionada con su padre y con su marido. «La afición por el mundo de los coches clásicos no tiene porqué ser algo exclusivo de hombres. Las mujeres también tienen su mérito en esto de los coches clásicos, más si tienes un vehículo que perteneció a tu padre, que he querido conservar, porque él le tenía mucho cariño».
También, cómo este Seat 850 le ha unido más a su marido, porque cuando decidió restaurarlo se puso en contacto con el Club Automóviles Clásicos del Altiplano para que le asesoraran en el tema de piezas y tapicería, pues estaba un poco perdida. «Yo conocía a José Antonio de antes pues es de Caniles como yo y el coche nos unió aún más pues surgió una bonita historia de amor», explica antes de relatar la historia del coche en cuestión que se inicia en 1970, estando soltero su padre y se continua con el viaje de novios de sus padres de mes y medio de duración, en el que recorrieron prácticamente toda España y en multitud de otros desplazamientos que han realizado toda la familia por razones de trabajo, placer o estudio. Sonia explica que su padre le trasladaba a ella y alguna compañera durante su etapa de estudiante en Granada para lo que le colocaba la baca en el techo y llenaba el maletero. «Mi padre estaba superorgulloso de su coche, pues no le ha fallado en ningún momento. Le ha tenido muchísimo cariño y aunque le han salido compradores nunca lo ha querido vender», resalta. Las vivencias de Sonia con este vehículo se remontan a su infancia pues siempre lo recuerda aparcado en la puerta de la tienda «por si era necesario ir a Baza por algo». Comercio que fundara su abuelo en 1892 para vender chorizos, fideos o lanas y que ha ido pasando de generación en generación hasta su hermano que lo tienen más enfocado a mercería, ferretería, calzados y «cualquier cosa que se necesite pues lo que no esté en la tienda de Pepe Luis no lo hay en ningún sitio».
Emoción, salidas y piezas originales Sonia cuenta que su padre -fallecido a principio de este año- se emocionaba cada vez que la veía participando con el 850 en las salidas mensuales. Por eso se mostró encantado cuando le propuso restaurarlo y mantenerlo, lo que supuso la rectificación del motor, tapicería, chapa y pintura pues «es un coche que ha llevado mucha batalla». Desde su incorporación al Club, Sonia recuerda sus salidas a Alhama de Granada, a la capital granadina, a Jaén y a la Manga, entre otras. De esta última guarda una anécdota pues al ser todos los vehículos participantes de una mayor potencia, ellos decidieron salir con antelación suponiendo que durante el trayecto les adelantarían, hecho que no se produjo por lo que tuvieron que esperarles. Cuando le pedimos los datos técnicos nos explica que tiene 843 cc, 4 cilindros, y 37 cv. También que ha conservado su originalidad pues le ha puesto su paragolpes original, tapacubos y llantas pulidas con arena a presión. Próxima entrega: Juan Antonio Navarra y su Renault 4/4 de 1956 |
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