Salobreña también fue el escenario elegido para este singular coche. Su propietario es Francisco Muñoz Antequera, Paco para los amigos, al que conocimos en Los Bermejales con motivo de la III Ruta de Vehículos Clásicos de Cacín. Hasta allí se desplazó con su precioso Chrysler LeBaron de 1984 para participar en un pequeño recorrido que concluyó en esta localidad de la comarca alhameña. Natural de Almuñécar, donde reside, nos cuenta que antes del Chrysler tuvo un Dyane 6 que, «como andaba muy poco decidimos comprar otro coche». También que es camionero de profesión y que a su pareja le gustan mucho los coches por lo que, cuando se enteraron por Internet de que este estaba a la venta, se desplazaron hasta Toledo para adquirirlo, pagando por él 4.500 euros.
«Estaba muy mal. Ha habido que pintarlo, sanearlo, cambiarle las ruedas, los amortiguadores, cojinetes,… echarle más y mas dinero y aún le falta más para arreglar la tapicería…», explica al tiempo que calcula que el coste de la restauración ha oscilado entre los 7.000 y 8.000 euros. Gracias a ello este vehículo descapotable con dos puertas presenta un estado impecable por lo que llama la atención por cualquier lugar por donde circula. Según hemos podido saber este modelo no proviene de una berlina a la que se haya quitado el techo reforzado, sino que desde un principio fue concebido como un coupé abierto. Este techo de material sintético se abre y se cierra por medio de un sistema electrohidráulico y desaparece directamente en la parte de atrás. Otro detalle es que a fin de evitar los ruidos aerodinámicos, los tiradores de las puertas están hundidos y los cristales de las ventanas desaparecen por completo de los laterales.
En cuanto al motor indicar que es de 6 cilindros en V lo que le permite alcanzar una velocidad máxima de 186 km/h, gracias a sus 136 caballos. En efecto, toma su potencia de cilindrada de tres litros y, gracias a un par máximo de 223 Nm a 2.400 r.p.m, el LeBarón pasa de 0 a 100 km/h en 11,7 segundos. Sus medidas son de 4,70 mm de largo, 1, 74 mm de ancho y 1,38 mm de alto. Su peso es de 1.365 kg. Paco nos comenta que «no es muy gastoso, de 8 a 9 litros a los 100 Km», si se circula a una velocidad normal. Según el propietario «ha recorrido más de 36.000 millas que no creo sean reales», de ellas (unos 6.000 o 7.000 km) son los realizados por él desde que lo adquirió pues solo lo saca para ir a concentraciones, la última en Cazorla al igual que otros socios del Club Vehículos Románticos de la Costa Tropical al que pertenece desde hace unos tres años. «No es muy viejo pero es muy bonito y a todo el mundo le gusta. Además tiene una cosa especial y es que de estos coches se fabricaron 1.105 unidades por lo cual de este modelo no queda ni uno de este modelo. Hay otro LeBaron del noventaytantos pero ya no es ni primo de éste. No lo puedo afirmar cien por cien, pero creo que es único», indica con satisfacción.
Una marca de grandes alianzas
La historia de Chrysler tiene sus orígenes en la Buick Motor Company, donde Walter Percy Chrysler consiguió un modesto empleo, a la edad de 20 años, tras conseguir el título de mecánico. Sobre la base de Maxwell-Chalmers fundó la Chrysler Corporation el 25 de junio de 1925. El primer modelo que lanzaron al mercado fue denominado precisamente Maxwell. Tres años más tarde Chrysler presentó su nueva marca de vehículos de bajo coste, la mítica Plymouth, aunque el verdadero golpe lo dio, al hacerse con Dodge que en ese momento era cinco veces más grande que la Chrysler. Tras la muerte de Walter Chrysler en 1940 y el inicio de la II Guerra Mundial la fabricación de turismos se vio bruscamente interrumpida pues pasó a fabricar camiones militares.
Al finalizar la contienda la compañía retomó la construcción de los modelos de preguerra, que no llegaron a calar entre el público lo que le obligó a introducir nuevos modelos de llamativos colores dotados de avances técnicos como los elevalunas eléctricos y el tocadiscos integrado. Una nueva crisis, en este caso la del petróleo de los 70, obligaría a la compañía a buscar modelos más seguros y económicos como el Cordoba y LeBaron que lanzaría en 1975. Después vendría la alianza de Chrysler y Mitsubishi, y con AMC, a mediados de los 80 y dos hitos importantes: el mítico Chrysler Voyager, primero con airbag de serie y el Dodge Viper, un deportivo equipado con motor V10. A finales de los 90 se produciría la alianza de la Daimler-Benz AG y Chrysler, bajo el nombre de DaimlerChrysler, que perduraría hasta 2007. A lo largo de su historia ha tenido tres logos, el primero con el apellido de su fundador en el centro de unas alas, el segundo el mismo pero sin alas y el tercero, el pentágono, conformado por 5 triángulos que representan la precisión de la ingeniería.
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