El diccionario de la Real Academia de la Lengua indica que la palabra española bicicleta procede del francés bicyclette, (de bicycle ‘biciclo’ y el sufijo diminutivo -ette, por el menor tamaño de sus ruedas) y la define como “vehículo de dos ruedas, normalmente de igual tamaño, cuyos pedales transmiten el movimiento a la rueda trasera por medio de un plato, un piñón y una cadena”. Pues bien, el vehículo singular de esta semana es una bicicleta casi octogenaria que su propietario Enrique Moleón Espigares (Granada, 1943) cuida como oro en paño por la singularidad de sus llantas de madera, de su cuadro de la marca Gaitán y su historia ya que con ella, Guillermo Peregrina Alcalá, ‘Tolinez’, corrió la vuelta a España en 1948 y 1950. En definitiva, una rara reliquia del ciclismo.
Gracias a Juanjo y Leandro, de la biblioteca de Andalucía, pudimos contactar con Enrique Moleón, al que reconocimos cuando nos encontramos por haber sido el organizador con de las vueltas ciclistas a Fornes en los años 90. Cuando llegamos a la entrada de la calle Guillermo Peregrina (sin ‘de’ como pone la placa en homenaje a este ciclista que corrió en dos ocasiones la vuelta ciclista a España y ganó otras tantas vueltas a Granada y Andalucía), Enrique nos espera con varias de sus históricas bicicletas y algunas motocicletas repartidas por el garaje. Tras elegir tres las sacamos a las vías del Metro para las fotos y hacer la entrevista en la que demuestra ser, posiblemente, la persona que más sabe del ciclismo granadino, pues no en vano tiene escritos dos libros sobre este tema, uno que se puede descargar de Internet (Historia del ciclismo granadino) y otro, más extenso, para el que lleva una década buscando patrocinador.
«Mi padre tenía un taller de bicicletas en el paseo del Salón en los años 40 que es donde me entró el veneno del ciclismo. He tenido cientos de bicicletas, ahora a lo mejor tengo unas 20», responde a la primera pregunta acerca del origen de su interés por la bicicletas. De la bicicleta protagonista de este reportaje añade que los cuadros Gaitán se fabricaron en Sevilla, también que tiene tres tubos finos con agujeritos lo que hacía que en las bajadas chiflara el aire, por lo que le pusieron de sobrenombre ‘la Flauta’ y ‘la Chifladora’. También que está en uso pues de hecho le gusta llevarla a las concentraciones. «Primero se pusieron de moda las concentraciones de coches, luego de motos y ahora mi amigo de La Maniqueta de Purchil, está metiendo en las fiestas de los pueblos, las concentraciones de bicicletas», como ha sido el caso de Santa Fe donde participaron unas 300 bicicletas y Enrique ganó el trofeo que nos muestra con orgullo, después en Ventas de Huelma, El Ventorrillo de Cúllar Vega, en Purchil y Pinos Puente,… entre otras.
A continuación la conversación deriva a Tolínez, el ilustre corredor Tolínez que uso esta bici en dos ocasiones en la Vuelta a España, «aunque no fue el mejor en cuanto a palmarés porque Galera, Jiménez Quiles, Juan Fernández, fueron superiores». Bajo el sillín, en un pequeño bolso, observamos que lleva el tubular de repuesto porque en aquellos tiempos en lugar de cubiertas y cámaras se llevaban tubulares, por si pinchaban. En las fotos de época lo normal es ver a los corredores que lo llevaran cruzado en las espaldas, pues por entonces no había vehículos auxiliares y eran los propios ciclistas quienes tenían que arreglar los pinchazos.
«No tiene precio pues no hay otra en su género».
«Sin ponerme flores he sacrificado mi vida por el ciclismo. Empecé en el taller como mecánico con mi padre, después fui corredor, luego fundé mi Grupo Deportivo Genil, de donde han salido casi todos los últimos profesionales, entre ellos Manuel Fernández Ginés de La Zubia, único granadino auténtico, campeón de España de fondo en carretera profesional. Salió de mi escuela que cuando falleció Manuel Galera, hice la Escuela con su nombre», indica Moleón. De sus primeros años recuerda cómo su padre arreglaba bicicletas en su taller del Paseo del Salón y también las alquilaba por una peseta pues en aquellos difíciles años 40, cuando muchas familias no tenían dinero ni para comer, tener una bicicleta era un lujo. A continuación nos cuenta la evolución de su club gracias a los importantes patrocinios como Ávila Rojas, Tech Luch o Peugeot. A ello añade su etapa como seleccionador andaluz y granadino, director deportivo, juez árbitro nacional, directivo de la Federación Granadina de Ciclismo y colaborador con diarios como Patria, IDEAL, Revista Sprint y semanario Meta 2 mil. En cuanto a su bici indica que «no tiene precio pues no hay otra en su género».
Próxima entrega: Manuel Ruiz Mesa y su Renault 8 de 1970
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