Los caminos del arte son imprevisibles. Si hace unos años le dicen a Marijose Muñoz Rubio (Las Gabias, 1972) que iba a realizar una exposición de pinturas sobre piedra en el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada hubiese pensado que era algo fruto de la fantasía, prácticamente imposible. Sin embargo, su pasión por el arte, el azar y cuestiones familiares se han confabulado para que a día de hoy cuente con 52 piezas, 39 de las cuales se exhibirán hasta fin de mes en este espacio. El martes, 17 de enero, a las 19:30 h., se inaugura ‘Granada, versos en piedra’ con la que espera emocionar a todo aquel que se acerque para lo que cada obra inspirada en una fotografía de sus amigos de la Asociación de Fotógrafos de Granada contará con un poema relacionado inspirado a sus amigos poetas.
Esta gabirra afirma que desde pequeñita siempre dibujaba y le emocionaba todo lo relacionado con el arte pues enfrente de casa siempre había un taller que le gustaba visitar. También su madre tenía amigas, como la madre de José Luis Ortega Jaldo, que siempre ha estado muy relacionado con la pintura y el teatro. Sin embargo, sería mucho más tarde cuando comenzaría a pintar. «Empecé en el 2003 cuando estaba trabajando en la Costa de Almería. Allí empezó mi amor por las marinas tras comprar unos lienzos y pinturas, luego pintaría flores, paisajes, África que siempre me ha llamado mucho la atención,… pero siempre obra sobre lienzo», explica en cuanto a sus inicios pictóricos. Después vendría su paso de esta técnica a la pintura sobre piedra debido a sus circunstancias familiares pues «de repente encuentro un amor en mi vida y mi casa se llena de risas de niños y claro los olores tan fuertes de óleos y trementinas, no los veía adecuados para mi vida en familia por lo que dejo estancada mi faceta de pintora», explica.
Mientra sentía gran nostalgia de la pintura la casualidad quiso que conociera al Grupo Granadino de Fotografía, en especial, a Manuel Rodríguez, Manuel Cogolludo, Francisco Santiandreu, Ricardo Martínez, Marta Mora, Juan Jujiba, Cueto, José Luis Hens, Eduardo Castro y Carmina que le agregaron a su grupo por lo que comenzó a sentir de nuevo todas las calles a través de sus fotos que incluso le recordaban los olores. Dado que también es senderista en una de las salidas paseando por el río se imaginó una de esas fotos en una piedra. Comenta que se la llevó a su casa y como tenía unos acrílicos empezó a pintar,«me gustó el resultado y volví al río para buscar más piedras, también en playa y otros sitios de Granada». Había nacido la técnica que ha patentado y que ha denominado lithorama, (piedras con alma) de litho, piedra y rama, terminación griega que significa punto de vista o escena. Y la primera colección que ha dedicado a Granada, «quizá por el hecho de haber vivido mucho tiempo fuera, en Galicia, Barcelona, Almería… al volver a mi tierra ha sido como un boom en mi corazón y unas inmensas ganas de saborear las calles de mi ciudad». En la actualidad completa su formación en el taller de pintura de Orlando Vázquez y de Peter Bojthe.
Como ya hicieran los hombres primitivos en las cuevas de Altamira, Marijose aprovecha las características de las piedras (formas, texturas, color,…) para convertirlas en objeto de arte. Para ello, previamente realiza un estudio geológico. «Esa es una de las características de mis obras que parte de la gama cromática de la propia piedra que se difumina en la pintura y hay zonas de la piedra que están absolutamente vírgenes en cuanto a pintura», destaca de sus singulares obras que ahora los visitantes del Centro Artístico podrán contemplar acompañada cada una de un poema de la Asociación Anduxar que dirige Juanjo González quien también al ver su obra ha querido componer un poema para la colección ‘Granada, versos en piedra’. Para las obras utiliza pintura acrílica y óleo creando relieves y matizando luminosidades que una vez terminada cubre con espray mate y para las bases, hierro con un proceso de oxidación hasta conseguir el tono y textura deseado, que completa con un fondo de metacrilato. Por su características, algunas de las obras se exponen dentro de un marco. Marijose quiere agradecer a su marido Emilio, «por su gran amor, apoyo y paciencia en mis noches de ausencias dedicado a mi mundos de color, a mis hijos que son mis cuatro amores y demás familiares». Y a todos sus amigos, del grupo Nácar, «porque todo ese amor que recibo es lo que me hace expresar mis sentimientos a través de mis pinceles».
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