Caniles y el Club Automóvil Clásico del Altiplano estarán siempre ligados a esta serie pues, gracias a su presidente, José Antonio Pérez, un buen número de marcas y modelos han sido objeto de reportaje. También de espacios de la localidad pues la rotonda de Caniles-Baza, la plaza del Ayuntamiento, la ermita de San Sebastián, el paseo Federico García Lorca, la Fuente de los Caños y ahora la plaza de la iglesia parroquial de los siglos XVI y XVII, dedicada a Santa María y San Pedro, han servido de fondo a los vehículos de los aficionados canileros. Tras un pequeño recorrido por el casco urbano hasta la mencionada plaza y la realización de las fotos, tanto del exterior como del interior, llevamos a cabo la entrevista a Pedro José Padilla Lozano, propietario de un 4 L Super, matriculado en Valencia en 1964.
Que determinadas experiencias de la infancia nos marcan de por vida, es algo que se puede aplicar en el terreno de los vehículos. En muchos casos hemos comprobado que el primer coche o moto, generalmente propiedad familiar, o que nos sirvió para aprender a conducir, hace que si se entra en el mundo de motor clásico se tenga una clara predilecciones por ese vehículo. Tal es el caso de protagonista de esta semana nacido en Caniles hace 35 años y maquinista de profesión. «El primer vehículo que hubo en mi casa fue un Renault 4 de mi padre, del año 69 y cuatro velocidades. Después cambiaríamos a otro más moderno, un 4 TL del año 1977, que aún lo conservo aunque está sin restaurar. Desde siempre me han gustado y por eso conseguí este tan antiguo que me traje de Valencia», manifiesta. Igualmente nos cuenta que antes trabajaba de camionero y que al subir y bajar por una localidad valenciana lo vio en un solar. «Después de pasar muchas veces por ese sitio un día que iba con buen tiempo me paré y localicé al propietario. Pasaron dos o tres años pues no quiso vendérmelo pero al final, de su propia voluntad, me llamó para decirme que al verme con tanto empeño que me lo regalaba. Finalmente no me regaló pero hice una buena compra y me lo traje», explica antes de añadir que fue en 2008 y que estaba en un estado lamentable por los años que había estado a la intemperie.
«He tenido que restaurarlo 100 %. Estaba bien de motor pero lo he desmontado entero ya que había estado más de 20 años en un garaje y luego lo sacó al solar pues le estorbaba para una obra. Fue entonces cuando lo vi. Menos la chapa y pintura, el desmontaje y montaje de todas las piezas y accesorios se lo he hecho yo. Al taller de chapa y pintura llevé el cascarón, con las cuatro ruedas y el volante», comenta con satisfacción. También que ese proceso le llevó bastante tiempo, «por lo menos dos años y medio». Una vez restaurado, desde 2010, lo ha usado para salir con él a todas las concentraciones que ha podido de las organizadas por su club. Afortunadamente para la restauración no ha tenido ningún problema para conseguir las piezas en tiendas de recambio o por internet, aunque en algunos casos «ha costado algo más de trabajo y han sido caras, pero lo conseguí». Al fijarnos en el cuentakilómetros vemos que marca 32.822 kilómetros, lo cual nos causa extrañeza para un coche que ha superado el medio siglo. No obstante, Pedro afirma que pueden ser los reales pues el anterior propietario dijo que era de su padre y por el tiempo que estuvo en el garaje y en la calle sin funcionamiento. Del mismo color lleva en la guantera una maqueta pequeñita de esta marca y modelo. «Era el color más habitual por eso a la hora de pintarlo aprovechamos que en el portón trasero llevaba un panel que no estaba descolorido y conservaba la pintura original. Vinieron los de las pintura con una máquina para sacar el color lo más exacto posible. El color y acabado del coche es lo que más llama la atención».
El Renault 4, Cuatro ele, Cuatro latas o R4
El Renault 4 (conocido popularmente como Cuatro ele, Cuatro latas o R4) es un utilitario producido por el fabricante francés Renault entre los años 1961 y 1992, y originalmente concebido para competir con el Citroën 2CV. La compañía se estableció en 1951 en Valladolid como FASA (Fabricación de Automóviles Sociedad Anónima) tras obtener una licencia que permitía la producción de vehículos Renault en España gracias a la gestión de Manuel Jiménez Alfaro. Pedro José nos dice que podría alcanzar los 120, pero lo máximo que lo ha puesto ha sido a 105-110 km por aquello de las las vibraciones y el poco peso del vehículo, -según la tarjeta técnica, 735 kilogramos-. Su potencia fiscal es de 7 caballos y 4 cilindros, tres marchas y dinamo (no lleva alternador), de 12 voltios. Reconoce que cuando pasa por algún pueblo la gente se queda mirando al coche y en algunos casos hasta le aplauden, en especial la gente mayor que le para para contarle anécdotas relacionadas con algún R4 que han tenido. Al interrogarle si lo vendería, responde tajante, «a menos que este pasando hambre no lo vendería». A María, su mujer, también le gusta este mundillo y conserva un Seat 127 de su abuelo, que había vendido y que consiguieron volver a comprar. Igualmente lo han restaurado y cuando salen, habitualmente cada uno va su coche.
Próxima entrega: Javier Escudero y su ciclomotor FN-280 cc de 1910
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