Sorprende que en tan escaso espacio quepa tanto arte. Esta será una de las primeras conclusiones que sacará el visitante de la Galería de Arte ‘Ceferino Navarro’ de la calle San Matías. También la categoría de los cinco artistas invitados en esta nueva colectiva y su capacidad para materializar una idea del director de la sala consistente en que cada pintor realizara cinco piezas sobre Granada «para los que unos ha elegido un plan espacial, otros temporal, e incluso algunos irónico». En tanto los asistentes a la inauguración valoraban positivamente «la homogeneidad de la muestra», el galerista destaca que «encajan muy bien en técnica, temática y en circunstancias conceptuales, de Alguacil destaco la elegancia en su composición; de Wynne, la maestría de su timidez; de Conde, la gran resolución que tiene en el arte; de Paco Carrillo, su alarde al pintar y de Pérez Casanova, el más joven que viene por primera vez a la galería, el gran futuro que le espera».
Uno de ‘Cinco relatos para Granada’ es el ofrecido por José Luis Alguacil que ya presentara en este espacio individualmente en noviembre de 2014 y que ha participado en varias colectivas. En la presente exposición muestra seis obras en las que se pueden ver un par de marinas de Almuñécar y el resto son detalles de construcciones (pilastras, columnas,…). «La idea de Cefe es que fuera una exposición por y para Granada. Cada uno escogió una parte y ha salido una exposición muy redonda,. Hay alguna obra más antigua pero otra está secándose», informa.
Por su parte, Paco Carrillo, que muestra su satisfacción por los compañeros con los que comparte sala, ofrece un estudio alrededor de la Catedral de Granada, espacio que considera de «mucho interés» y del que ofrece varias acuarelas de la fachada de la catedral, también un óleo de la fachada de la Capilla Real y una vista desde la plaza Bibrambla desde la que se ve parte de la torre de la Catedral. «Ese conjunto me atrajo bastante y lo conseguí a partir de un atardecer. Las acuarelas las realicé para otra exposición en esta galería y el resto de las obras las he pintado expresamente para ésta». También le preguntamos sobre sus motivaciones por la pintura, a lo que responde «porque es una forma de vivir y entender la vida, de recrearse en los paisajes, ciudades y personas, en miles de detalles que te producen emociones diversas».
La dualidad de Jesús Conde como pintor y profesor está muy presente en cada una de sus respuestas. En su caso son cuatro obras las expuestas pues la quinta se quedó inacabada. Todas están relacionadas con las obras que está realizando últimamente. «Es una cuestión como de espacios olvidados donde yo viví» explica antes de contar que uno se llama ‘Mi primera calle’ de la Cuesta Santa Inés, donde aparece el famoso bar de La Sabanilla que lo van a tirar por la terrible especulación. Por lo que significó para toda una generación es «como un último recuerdo de las tabernillas de Granada». Otro, sobre una parte olvidada de la Alhambra pues para él la pintura puede servir para protestar pero «no somos ni políticos, ni escritores, si siquiera músicos que tienen una voz potente. Lo nuestro sería como el ruido del silencio, me siento a gusto en esa miniprotesta personal de desandar lo andado y volver a los sitios que fueron importantes». Nos sorprende sobre las motivaciones que le llevan a elegir marcos redondos que viene realizando desde la exposición de un viaje a la Habana por aquello de que iba en barco y miraba por el ojo de buey. «También porque a nivel compositivo el marco redondo funciona muy bien, sobre todo con la arquitectura vertical y horizontal», indica tras lo que nos confiesa que «tengo muchos errores de tipo aquitectónico, pues pinto un pilar más alto que otro o cosas que se vuelcan. Al pintarlo redondo carece de referencias laterales, verticales y horizontales y no se notan estos defectos. Ahora se ha puesto de moda y en algunos casos funciona bien».
El pintor que se estrena en esta sala, Pérez Casanova, señala que su «relato» está guiado por la propuesta de Ceferino que le sugirió algunas claves a partir de las cuales crear su obra. En este caso el espacio elegido ha sido la Carrera del Darro para lo que estuvo un par de días investigando la zona. Al final encontró los motivos inspiradores a partir de los cuales ha trabajado dando como fruto las seis obras creadas para esta exposición. Reconoce su preferencia por el acrílico, el óleo y técnica mixta. También nos cuenta que «prefiero el realismo huyendo de la fotografía y parto de un dibujo rector. Me gusta coger la realidad, pasarla por el tamiz de mi mirada y devolverla. Me apoyo mucho en la textura con un estilo personal mío».
Por último, Geofrey Wynne ha expuesto individualmente en Ceferino en dos ocasiones y «en muchas colectivas». Reside en Granada desde hace más de 30 años, donde llegó por «accidente» pues fue invitado a pasar un tiempo aquí y se quedó «alucinado». Buena prueba de ello son «los miles de cuadros» que le ha dedicado a esta ciudad. En esta muestra participa con obras de dos tamaños, dos cuadros de 30×50 que le permiten «poner mucha información» y otros más pequeños en los que trata de atrapar la luz típica de un momento, de un día o de una hora. «Me gusta más pintar del natural, es donde he aprendido a pintar acuarela. Ahora mezclo, de estudio y la calle, pero para un pintor es esencial salir a la calle», indica. Para las obras expuestas partió de la idea de hacer un paseo por el centro de Granada tomando la trayectoria de un lado de la Catedral, bajando por la Calle Oficios hasta la plaza de las Pasiegas y la Bibrambla, para terminar en el centro neurálgico de Granada, Puerta Real. Con esta colectiva Ceferino Navarro despide temporada. Volverá en septiembre con Humberto Planas, un escultor cubano y seguirá celebrando hasta el mes de marzo de 2018 su 20º aniversario con varias exposiciones.
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