René nació en Ginebra (Suiza) y ha sido un reconocido arquitecto de museos y escenografías de exposiciones. Estudio Bellas Artes en su ciudad natal entre 1967-1970 y durante toda su vida se ha dedicado a la pintura y a la escultura. Tras vivir en Granada hace 38 años, después se desplazó a Japón y otros países de Oriente. En la actualidad reside en Granada con viajes durante el invierno a su tierra natal. Posee una pequeña pensión (Las tres terrazas) justo debajo del Mirador de San Nicolás y disfruta creando personalísimas obras en las que suele aparecer su personaje, un ser imaginado de cuerpo grande y diminuta cabeza, «que tampoco tiene nombre y es cualquier persona, pues es la humanidad». Hasta el 16 de julio se puede contemplar 31 de sus cuadros en este espacio de arte, localizado en la calle Churriana de la Vega en La Zubia.
Cuando nos disponemos a visitar la exposición -la novena de este espacio- nos recomienda hacerlo por las fotografías que hay en la entrada que forman parte de un librito titulado ‘Paseos por Granada’, publicado para esta exposición, en la que la cabeza de las personas ha sido sustituida por la de su personaje, presente en todo su trabajo, en las que vemos rincones reconocibles del Albaicín y de otros lugares granadinos. Al lado vemos el primer cuadro que nos recuerda la obra de Magritte, en la que destaca el cielo azul y una silla suspendida en el aire. «Con mis obras quiero hacer soñar a la gente y que cada cual lo interprete como quiera. Para mi este personaje es la representación de la Humanidad que para vivir se tiene que mover», declara este artista que se autocalifica como «un hombre al que le gusta mucho la vida y que ha hecho de su vida su obra de arte para ser feliz». También se define como un enamorado de Granada a la que llegó hace 38 años, y donde vivió los primeros seis años en una casita del Albaicín.
De su obra señala que hay que mirarla, soñarla y construir su historia, pues para él es fundamental que participe el espectador con su imaginación. La treintena de obras expuestas, realizadas en los tres últimos tres últimos años, se podrían destacar varias temáticas. En una de ellas juega con tapices orientales donde aparece igualmente su personaje, en tanto que en otras está presente la cerámica granadina. También nos confiesa con su típico acento que «me gusta la arquitectura pues me ha permitido vivir bien. Ahora que estoy jubilado tengo todo el tiempo para dedicarme a la pintura que me gusta también mucho». Obras que crea en su pequeño estudio en el Albaicín y de Suiza donde pasa el invierno, huyendo del granadino que considera el más frío que conoce y prefiriendo el calor pues le encanta pasear «a las cuatro de la tarde sintiendo el sol en la espalda».
En la parte central de la exposición nos encontramos otra de las obras con las que realiza un guiño al pintor flamenco del siglo XVII, Pieter Brueghel, pues ha incluido detalles de uno de sus cuadros, en los que parece haber un diálogo entre los personajes de aquel y su personaje. Obras que están realizadas con técnica mixta, gouaches, acuarelas, con algo de óleo. Su compatriota Willy L’Eplattenier nos cuenta que conoció a René con motivo de una exposición anterior y que tras visitarle en su casa se enamoraron de su obra y decidieron invitarle a exponer en ArtUnity. Un visitante de la sala y artista, Miguel Valdivieso (Valdif), califica de «muy interesante» la exposición de René, «en pos de un personaje muy peculiar que se mueve por todos los cuadros. Para mi es un ser espiritual o una sombra como algo que abarca todo y nada». Por su parte, la directora del espacio, Nataliya Riesen se muestra muy satisfecha con la inauguración pues reunió a varios músicos (Leandro Brandi (voz), David Defries (trompeta/percusión) y Jesús Santiago (percusión). También participó el guitarrista granadino, Ángel Alonso. Así mismo, nos hizo partícipes de sus próximos proyectos, una velada poética y una exposición con dos escultores ucranianos en el próximo otoño.
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