Son las diez de la noche, domingo, 23 de julio de 2017. Acaban de comunicarme que te has ido, Antonio, y no puedo contener mi dolor. Te has marchado para siempre. No sé si de la peor o de la mejor de las maneras en la que algunos desearíamos hacerlo: sin enterarte. No me apetece hablar de tu biografía en tu trayectoria profesional, ni de tu grave voz cantando los goles del Granada C.F en que llegabas hasta la asfixia, ni de tu caudaloso e irónico verbo.
Te escribo porque mi dolor no encuentra remedio cuando la muerte se ha apoderado de ti y te ha segado la vida improvisadamente. Lo siento tanto, Antonio, que en este momento nada hay de serenidad en mí y todo mi pensamiento no se aviene al rigor que yo desearía para poder expresarte con justicia lo que legítimamente has significado en el periodismo deportivo granadino y para todos los que te queríamos.
Porque en estas circunstancias, Antonio, no sé distinguir al periodista del amigo; sin embargo, quiero decirte, a modo de despedida, que casi todo los ha hecho muy bien, nunca se puede hacer todo bien en la vida; y que tu faceta de actor teatral, que pocos conocíamos, la has representando a la perfección en el tiempo que has estado entre nosotros. Nos has ofrecido conscientemente la imagen externa que tú deseabas, algo avinagrada (de malafollá como tú decías), que en nada se correspondía con tu corazón, con la persona sensible que caía en la cuenta de la irremediable soledad del yo en el mundo y entre los hombres.
Adorable amigo, Antonio Barragán, maestro de la comunicación, que siempre te había visto como una montaña sin edad, te ha sorprendido la muerte traicionera y te has quedado en mi llanto y en mi memoria para siempre. Nos veremos.
Pedro López Ávila
LA ZUBIA (Granada)
OIR EL TEXTO EN LA VOZ DE JUAN DE DIOS JERÓNIMO (CADENA COPE GRANADA)